Hay mañanas (y algunas tardes y noches) que solo se salvan con una buena taza de café. Pero no hablamos de cualquier café. Hablamos de ese espresso con crema suave y un aroma intenso que recuerda al de las cafeterías de especialidad – que están tan de moda ahora –. O de un latte espumoso que parece salido de la mano de un barista experto. ¿Las buenas noticias? No necesitas un máster en hostelería ni una cápsula por cada taza. Lo único que necesitas es una cafetera superautomática. Y este 2025, hay dos modelos que están despuntando: la Philips Serie 5500 y la Philips Serie 4400.
¿Qué es una cafetera superautomática (y por qué la necesitas en tu cocina)?
Si todavía no estás familiarizada con el concepto, una cafetera superautomática es una máquina capaz de hacer (casi) cualquier bebida de café –desde un ristretto hasta un cappuccino con leche vegetal– sin que tú tengas que hacer más que apretar un botón. Muele el grano, ajusta la intensidad, calienta el agua, espuma la leche y, en cuestión de segundos, te sirve una taza digna de una cafetería de especialidad.
Tanto la Serie 5500 como la Serie 4400 de Philips se han ganado su hueco en el top cafetero del año por varios motivos: son rápidas, silenciosas, intuitivas y, sobre todo, preparan cafés realmente deliciosos. La Philips Serie 5500 ofrece hasta 20 tipos de bebidas, mientras que la 4400 prepara 12 recetas diferentes. Ambas incluyen opciones calientes, frías, con leche o sin, y lo mejor es que puedes personalizarlas al milímetro: temperatura, cantidad de café, intensidad, espuma… Todo.
¿Otro punto a su favor? El sistema de leche LatteGo, que no solo crea una espuma riquísima, sino que además se limpia en segundos. Literalmente. No hay piezas imposibles ni tubos que den pereza. Es apto para lavavajillas y compatible con leches vegetales (soja, avena, almendra… tú decides).
El sabor lo es todo (y aquí no hay cápsulas que valgan)
La diferencia entre un café bueno y uno espectacular está en los detalles – como todo en la vida –. Y Philips se los ha currado. Sus cafeteras vienen equipadas con molinillos 100% cerámicos, lo que significa que los granos se muelen sin sobrecalentarse ni alterar el sabor. Además, la temperatura del agua se mantiene entre 90°C y 98°C, el punto exacto para extraer el aroma perfecto sin quemar el café. ¿El resultado? Una taza con cuerpo, con crema, con aroma. ¿Alguien da más? Pues lo hay.
Si eres de las que disfruta del café sin despertar a medio vecindario, te encantará saber que estas cafeteras cuentan con tecnología SilentBrew, que reduce el ruido al moler los granos. De hecho, la firma asegura que hasta un 40% respecto a modelos anteriores. Más paz y menos ruido por las mañanas. Y eso se agradece.
Más allá del sabor y la comodidad, hay un punto que cada vez nos importa más: la sostenibilidad. Al trabajar con café en grano se disminuye la cantidad de envases, lo que se traduce en menos residuos y un consumo más consciente. Además, al poder ajustar exactamente la cantidad que usas, no desperdicias ni café ni energía (ni dinero, que también es importante, para qué nos vamos a engañar). Si a eso le sumas que los molinillos cerámicos son más duraderos, estás frente a una inversión que, a largo plazo, sale rentable para ti y para el planeta.
Así que ya sabes, si estás pensando en dar un salto de calidad (y de sabor) a tu rutina cafetera, estas dos máquinas lo tienen todo para convertirse en tus nuevas aliadas de cocina. Porque madrugar cuesta, pero hacerlo con un café que sabe a gloria, cuesta bastante menos. Y si encima lo preparas tú, con solo apretar un botón y sin montar un caos en la encimera, mejor que mejor.