A punto de decir adiós al mes de agosto, llega el momento de empezar a pensar en la vuelta a la rutina. Pronto retomaremos nuestras agendas, horarios y obligaciones, y casi sin darnos cuenta, nos encontraremos inmersas en una nueva temporada. Un regreso que merece un espacio cómodo y funcional para trabajar, estudiar o simplemente organizar ideas. Sería fácil si contáramos con una habitación extra en la que poder montar un despacho en toda regla, pero no siempre es así. Por suerte, con un poco de creatividad y soluciones a medida, es posible integrar un “home office” en casi cualquier estancia de la casa. Desde aprovechar rincones olvidados hasta camuflar escritorios con la decoración, existen múltiples maneras de conseguirlo. En este artículo, te presentamos 10 ideas inspiradoras para lograr una zona de trabajo práctica y con estilo. ¿Lista para la rentrée?

Camuflaje perfecto
Un truco infalible para que tu zona de trabajo pase casi desapercibida es utilizar muebles en el mismo acabado que el resto de la decoración. Si el dormitorio es blanco, que tu escritorio también lo sea; si la carpintería es de madera clara, busca ese mismo tono. El objetivo es que el rincón quede integrado como un elemento más del conjunto. Así lo hizo el estudio de Pia Capdevila en este proyecto, con una mesa de estudio que recorre la pared libre de muebles y que se confunde con los armarios. Resultado: un ambiente ordenado y calmado, sin “ruido” visual.

No subestimes ningún rincón
Muchas veces tenemos pequeños huecos desaprovechados: ese espacio entre un armario y la ventana, un retranqueo en el pasillo, un rincón entre pilares… Son sitios ideales para encajar un escritorio a medida. Si la suerte está de tu lado y encuentras una mesa con las dimensiones exactas, mejor aún. Además, los escritorios enmarcados entre dos paredes transmiten sensación de recogimiento y ayudan a concentrarse.
Fíjate en este proyecto de Punto M: se colocó un pequeño escritorio tipo tocador, de madera en tono negro y una silla que combina el mismo material y acabado con tapicería de piel.

Acondiciona la terraza
Una terraza acristalada puede convertirse en tu mejor despacho. Con la ventaja de la luz natural y la sensación de amplitud, estos espacios son un lujo. Eso sí, hay que cuidar la climatización para que sea confortable todo el año.
En verano, un ventilador o estores que regulen el sol te ayudarán a mantener el espacio fresco; en invierno, si la calefacción de la casa no llega a esta estancia, un radiador eléctrico es la solución más práctica y efectiva para disfrutar de una temperatura agradable. Añade una alfombra para dar calidez y aprovecha las paredes con estanterías o baldas, tal como hizo el estudio Júlia Brunet en esta vivienda.

En el corazón de la casa
El salón es, muchas veces, la estancia más amplia de la casa y, por eso, una candidata natural para acoger un rincón de trabajo. A la hora de integrarlo, tienes dos opciones: diferenciarlo con un guiño decorativo, como un papel pintado o un revestimiento distinto al del resto de las paredes, o crear una continuidad visual, la mejor opción para espacios reducidos como éste, un proyecto de Studio Duggan.

Separar sin cerrar
A veces conviene marcar una ligera frontera entre el espacio de trabajo y el resto de la estancia. No se trata de levantar muros, sino de introducir barreras ligeras: una estantería sin trasera que deje pasar la luz (además de ofrecer un espacio de almacenaje de lo más valioso), una cortina de lamas de madera o incluso un biombo decorativo que, como vemos en este proyecto de la interiorista Raquel González, queda de maravilla. Además de dar cierta intimidad, estos recursos permiten organizar mejor el espacio.

Al pie de la cama
El dormitorio es otro lugar donde muchas veces se instala el escritorio. Una ubicación práctica es colocarlo a los pies de la cama. Eso sí, hay que respetar las distancias: deja al menos 60 cm de paso para que no se convierta en un obstáculo. Si hay ventana cerca, procura no tapar las vistas, especialmente si son tan espectaculares como las de esta casa, ubicada en Praia Rasa, en Río de Janeiro. Un proyecto de Paola Ribeiro.

Bajo la ventana
Sí, lo sabemos. En ocasiones no queda más remedio que situar el escritorio bajo la ventana (sirva como ejemplo este dormitorio, diseñado por Studio Duggan). En ese caso, las cortinas largas hasta el suelo resultan incómodas porque tropiezan con la mesa. Una alternativa elegante son los estores de lino o las cortinas tipo paquete, que se recogen hacia arriba y dejan la ventana despejada. También quedan muy bien los paneles japoneses, que aportan un aire contemporáneo y se deslizan fácilmente. Aquí, además, el textil elegido para confeccionar las caídas encaja a la perfección con la tapicería del cabecero, un modelo de la firma Trove.

Dos en uno
Los diseños multifuncionales son un filón para casas donde cada metro cuenta. Más allá de sofás o consolas que esconden un escritorio, existen propuestas tan ingeniosas como este cabecero de La Redoure Interiéurs, que incorpora una zona de trabajo en su parte trasera. Con superficie para escribir, y baldas de almacenaje, se integra de manera natural en el dormitorio sin robarle demasiado espacio a la estancia. Eso sí, conviene asegurarse de que entre la mesa y la pared o armario que quede detrás haya suficiente espacio de paso: lo ideal es contar con, al menos, 90 cm libres para moverse con comodidad y poder sacar la silla sin tropezar con nada.

¿En una zona de paso?
Un recibidor amplio, el vestíbulo al subir las escaleras o, como en este proyecto de Sandra Marcos Interiorismo, un distribuidor abierto en la planta superior, son lugares llenos de posibilidades. Así que si optas por una de estas ubicaciones para tu nuevo "home office", recuerda que la clave está en elegir piezas ligeras, que no entorpezcan la circulación, y en cuidar la estética para que el conjunto resulte tan atractivo como práctico.
Una mesa consola con cajones para guardar material, una lámpara de sobremesa y una butaca cómoda (como la de terciopelo rosa de la imagen) bastan para crear un rincón de trabajo acogedor que no desentone con el resto de la decoración. Y para evitar esa sensación de rincón improvisado, nada como decorar la pared con una composición de láminas, ilustraciones o, por qué no, portadas de revista que lo dote de personalidad.

Soluciones a medida
Cuando el espacio es reducido, la planificación es clave. En este apartamento de tan solo 40 m2, el equipo de Reondo diseñó un armario con la zona de trabajo perfectamente integrada en el frente: un nicho con mesa de estudio. Como ves, este solución no ocupa superficie extra y mantiene la estética limpia del dormitorio.