Acostumbrarse a la limpieza. Posiblemente, una de las tareas más ingratas de cualquier rutina de belleza sea el desmaquillado, especialmente cuando es tarde y se tiene sueño. Sin embargo, conviene adquirir este hábito cuanto antes, como explica la esteticista Maribel Yébenes. "Es un paso muy sencillo que a menudo se hace mal, y debemos recordar que la base del cuidado de la piel es la higiene. Es importante usar una limpiadora adecuado al tipo de cutis antes de aplicar el tratamiento posterior". Ella recomienda además acudir a un instituto de belleza cada tres meses, coincidiendo con los cambios de estación. "De esta forma se asegura una limpieza a fondo, un tratamiento de hidratación y un cuidado específico para cada tipo de piel".
A vueltas con el maquillaje. La dra. Elena Fernández, especialista en medicina estética, no cree que a una piel joven le haga falta usar siempre una base de maquillaje. "Para uso diario, veo más adecuado recurrir a una crema hidratante con color. Cuando se use maquillaje, es mejor optar por fórmulas libres de aceites, y es muy importante retirar los restos con cuidado, realizando una limpieza perfecta". La modelo Cindy Crawford asegura que, a menudo, sólo se aplica un poco de base de maquillaje sobre la nariz y barbilla, allí donde hace falta cubrir alguna imperfección, dejando limpio el resto del rostro y consiguiendo así un aspecto muy natural.
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