Se habla mucho de los tratamientos con polinucleótidos, pero quizá te suene más el "esperma de salmón". Antes eran protocolos que parecían cosa de Hollywood, pero ya son una realidad cercana muy asentada y con mucho futuro, según confirman expertos como la doctora Moss, médico estético y directora de la clínica que lleva su nombre.
Con ella nos hemos puesto precisamente en contacto para saber por qué estos fragmentos purificados de ADN extraídos de las gónadas (testículos) del salmón, se están demandando tanto para regenerar y rejuvenecer la piel.
¿Qué puedes esperar de un tratamiento con polinucleótidos?
"Lo que vemos en Moss Clinic es que los resultados son muy agradecidos: más luminosidad, firmeza y una piel visiblemente más saludable", comienza explicando la experta. Nos cuenta que muchos pacientes le dicen que sienten su piel mejor que nunca y que, sin embargo, nadie percibe que se hayan hecho ningún tratamiento.
La doctora habla de resultados sutiles y elegantes. "Los polinucleótidos ofrecen una mejora global de la piel que va mucho más allá de un simple efecto glow", afirma. "Al trabajar directamente sobre la regeneración celular y la calidad del tejido, los resultados que podemos esperar son muy naturales pero visibles", agrega. Entre los beneficios que puede ofrecer un tratamiento con polinucleótidos, la médica destaca:
- Más firmeza y elasticidad: los polinucleótidos estimulan la producción de colágeno y mejoran la estructura de la dermis, lo que se traduce en una piel más firme, elástica y rejuvenecida sin necesidad de aportar volumen.
- Luminosidad inmediata y progresiva: tienen un potente efecto hidratante. La piel recupera luz, frescura y un tono más uniforme. Muchas personas describen el resultado como un glow saludable, ideal para quienes quieren verse más radiantes sin que nadie note un cambio artificial.
- Mejora de la textura y calidad de la piel: al regenerar el tejido, suavizan poros, pequeñas marcas, rojeces y signos de cansancio. La piel se ve más lisa, densa y resistente.
- Reducción de la inflamación y aspecto descansado: son especialmente útiles en zonas delicadas como el contorno de ojos, ya que reducen la inflamación, la fatiga y la apariencia de piel fina.
"En conjunto, los polinucleótidos aportan una belleza muy real, muy natural y muy buena piel. No cambian los rasgos; simplemente hacen que la piel esté en su mejor versión", dice la experta.
Preguntada por cuáles son las zonas en las que funcionan mejor, la doctora habla del cuello y el contorno de los ojos. "Son dos de las zonas donde vemos cambios más bonitos", asegura. "Son áreas que requieren delicadeza y los polinucleótidos permiten tratarlas de forma segura y natural", nos cuenta. "Para pacientes que buscan rejuvenecimiento sin cambios bruscos, es una de mis técnicas preferidas", confirma. La experta explica así todas sus aplicaciones:
- Contorno de ojos: reducen inflamación, mejoran textura, fortalecen la piel fina y aportan un aspecto descansado. Muy útiles en ojeras por falta de hidratación, piel fina o mirada cansada.
- Rostro completo: mejoran firmeza, suavizan poros y líneas finas, aportan piel sana y luminosa.
- Cuello y escote: restauran elasticidad, densidad y uniformidad, reduciendo arrugas verticales y horizontales.
- Manos: recuperan hidratación, luminosidad y aspecto rejuvenecido sin volumen artificial.
- Cicatrices o texturas irregulares: regeneran tejido dañado, suavizan cicatrices o marcas y mejoran irregularidades.
- Cuerpo (brazos, abdomen, rodillas): mejoran calidad del tejido y elasticidad en zonas con flacidez fina o piel debilitada.
Según la doctora Moss, los polinucleótidos son ideales para zonas con piel fina o flacidez leve, por eso también funcionan muy bien en el escote. Mejoran hidratación, estimulan colágeno y elastina, favorecen microcirculación, reducen líneas finas, mejoran textura y dan un aspecto descansado. En definitiva, "se usan en zonas delicadas donde un relleno convencional podría aportar demasiado volumen".
¿Es el 'esperma de salmón' una moda pasajera'?
La doctora Moss tiene claro que los polinucleótidos son claves en el futuro de la medicina estética porque se tiende más a buscar microinyecciones refinadas y muy precisas que no alteren los volúmenes faciales y consigan un efecto natural y sutil.
Además, se persiguen también procedimientos cómodos, que resulten indoloros y permitan retomar la rutina de forma inmediata y que se diseñen de forma muy personalizada atendiendo a la individualidad del paciente. Los polinucleótidos permiten todas estas cosas y además ahora son la base de otros tratamientos con objetivos distintos porque por fin hemos comprendido que mejorar la calidad y apariencia de la piel es lo primero.
Buenos aliados para potenciar los resultados
Algunos de los tratamientos en los que los polinucleótidos pueden funcionar bien como base son:
- PRP o plasma rico en plaquetas: el PRP aporta factores de crecimiento que activan la reparación celular. Los polinucleótidos hidratan, reducen inflamación y estimulan fibroblastos. Juntos potencian la regeneración, especialmente en pieles finas o dañadas.
- Láser: el láser genera microlesiones controladas que activan la reparación cutánea. Aplicar polinucleótidos después acelera la recuperación, reduce inflamación y optimiza la creación de nuevo colágeno, logrando una piel más uniforme y luminosa.
- Radiofrecuencia: la radiofrecuencia mejora la firmeza estimulando colágeno por calor profundo. Los polinucleótidos complementan aportando densidad, hidratación y elasticidad. La combinación tensa la piel y mejora su calidad global.
En el futuro, según la doctora Moss, "veremos avances en formulaciones específicas para diferentes zonas, combinaciones en un solo vial con vitaminas o péptidos, y aplicaciones más allá de la cara, como párpado superior, piel masculina, tratamientos corporales de firmeza y recuperación postquirúrgica". "También crecerá su uso en laxitud corporal, cicatrices y alopecias", indica.
En resumen, los polinucleótidos tienen un futuro sólido en la medicina estética regenerativa. Los pacientes buscan mejorar la salud real de su piel, no solo rejuvenecer, y los polinucleótidos encajan perfectamente en esta filosofía.









