La nueva generación de princesas —con Leonor a la cabeza— ha encontrado en la melena larga su mejor carta de presentación. Con un brillo espectacular, naturalidad y elegancia atemporal, el "pelo de princesa" se impone como la tendencia capilar más deseada en los palacios europeos. No solo la hija de los Reyes de España, también Amalia y Alexia de los Países Bajos, Isabella y Josephine de Dinamarca, Elisabeth de Bélgica, Ingrid de Noruega.... sus melenas largas, cuidadas al detalle y con reflejos suaves reivindican una belleza discreta, pulida y muy royal.
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© Getty ImagesPese a sus diferentes personalidades, todas ellas proyectan una imagen similar y hasta simbólica. Nunca apuestan por cortes drásticos ni por colores arriesgados. Y todo tiene un porqué. Sus melenas XXL clásicas reflejan juventud, naturalidad y una elegancia discreta, pero también hablan —y mucho— de la imagen que desean transmitir. "Están en la edad de disfrutar del pelo largo. Es la época en la que tienes el mejor pelo de tu vida porque está supersano, fuerte... Da igual que lo lleves liso o rizado, que sea fino o grueso... pero está supersano. También es la edad en la que puedes cuidarlo más", nos cuenta María Baras.
© Getty ImagesLa directora creativa de Cheska cree que el hecho de que las Princesas no arriesguen más tiene un motivo: "Es normal, no se puede hacer cortes muy de moda, porque tienen un montón de citas y necesitan recogerse el pelo, ponerse joyas... Si a lo mejor tienen que lucir una tiara o un collar de su joyero real, necesitan hacerse peinados que no llamen mucho la atención. Looks muy puros, una melena natural y que no llame la atención. Un cabello que no destaque, sino que esté bien cuidado, ultrabrillante, con un color natural y bonito, y un corte sencillo, tan solo con algunas capas. Ahora se llevan mucho los desfilados y ellas también se han apuntado. Desfilan un poco los contornos del rostro para hacer capitas".
© Getty Images"Todas buscan una melena clásica atemporal, tipo Kate Middleton", asegura la reconocida estilista. "Por ejemplo, un flequillo no te puedes hacer, porque, por ejemplo, en el caso de la princesa Leonor que tiene que llevar todo el pelo tirante y bien recogido, no podría hacerse un flequillo o una melena midi. Es decir, ellas tienen unas necesidades que el resto de niñas no tienen. Ellas tienen unos compromisos y son muy conscientes. Por eso su imagen está tan cuidada y siempre las vemos perfectamente peinadas con el pelo extrabrillante, con las puntas cortadas perfectas. Está claro que se harán sus tratamientos de hidratación y sus cuidados diarios, confiando en un profesional de la peluquería que les deje ese acabado impoluto", opina María Baras.
© Getty Images¿Y sus colores de pelo? "Llevan reflejos muy naturales que se mezclan con su propio color de pelo para dar luz y así no están nada esclavas. En esa edad tienes el pelo virgen, precioso y maravilloso, entonces con que te lo hagas dos veces al año suficiente. Las que eran rubias de pequeñas siempre tienden a los rubios vainilla, rubios mantequilla... porque son los rubios que tenían cuando eran niñas", apunta la directora creativa de Cheska.
© Getty ImagesY es que en ese gesto aparentemente sencillo —mantener la melena larga y natural— hay toda una declaración de intenciones. Las Princesas no buscan marcar tendencia con cortes arriesgados ni con colores de moda; prefieren proyectar una imagen atemporal y pulida, propia de su papel institucional, pero también fiel a su generación. En la misma línea, la consultora de imagen pública Anitta Ruiz apunta que el fenómeno es también una cuestión generacional: "Observándolas, lo que está claro es que llevan con fuerza las melenas larguísimas dándole mucha importancia dentro de la imagen personal de cada una".
© Getty Images"Igual que ha habido otras generaciones que han apostado más por los pixies o los bobs, está claro que ahora la moda el pelo muy largo, aunque, eso sí, muy muy cuidado, con mucho tratamiento, con mucho brillo. Y yo creo que el hecho de que todas ellas apuesten por estas melenas largas es un tema de moda, de que a ellas les gusta y de que están expresando su propia identidad a través de estos melones que son muy propios de la juventud".
© Getty ImagesEs una moda que expresa libertad, feminidad y cuidado. Más allá de la estética, el “pelo de princesa” puede interpretarse como un símbolo de continuidad: una forma de mantener la tradición y el ideal clásico de belleza dentro de una nueva generación que, aunque moderna, sigue valorando la elegancia discreta. "Las jóvenes ahora son mucho más clásicas, especialmente en palacio. Yo creo que el miedo al que dirán y su enorme exposición mediática hace que sean más cautas a la hora de innovar", concluye la experta.
