Eva Longoria, Kendall Jenner y Ana Milán marcan en ‘Le Défilé’ 2025 las 3 tendencias de maquillaje del otoño/invierno

Lo primero que me impresionó fue la energía colectiva. Ver a tantas mujeres reunidas, celebrando la belleza como un espacio de encuentro y empoderamiento, me recordó que los desfiles ya no son solo una cuestión de moda y belleza. Son mensajes. En París, frente al Hôtel de Ville, desfilaban Andie MacDowell, Helen Mirren, Viola Davis, Aishwarya Rai, Kendall Jenner, Ana Milán, Eva Longoria… y aquí, en Madrid, a cientos de kilómetros, vibrábamos al mismo ritmo. La cita no hablaba solo de maquillaje, hablaba de sororidad, de unión y de cómo, cuando las mujeres nos juntamos, creamos comunidad. Y qué mejor que hacerlo a través de algo tan universal como pintarse los labios o darse un toque de colorete.

Confieso que cuando vi a Ana Milán aparecer en la pantalla sentí orgullo. Ella fue la representante española y, de alguna manera, nos estaba llevando a todas a esa pasarela de París. Su look me conquistó por una razón muy simple: era ella misma. Nada de artificios, nada de disfraces. Una piel impecable, trabajada con una base en sérum que aportaba jugosidad y frescura, como si hubiera dormido 10 horas seguidas.

Ese acabado, conocido ya como clean look, está a punto de convertirse en el uniforme beauty de la temporada. Pero lo que lo elevó a un nivel superior fueron los labios. Un rojo mate profundo, en concreto el Labial Power Matte Mugler x L'Oréal Paris Tono Red, de esos que no se mueven, aunque pase la noche entera. Ese gesto, tan característico en Ana es una declaración de intenciones. Y anoche, frente a miles de personas, sonaba a empoderamiento total.

“Se han priorizado maquillajes que serán tendencia en otoño. Labios en tonos nude, marrones, granate y, cómo no, el rojo, que sigue siendo el color del empoderamiento femenino por excelencia”, me explicó Manu Gara, maquillador oficial de L’Oréal Paris. Raquel Muñoz, también maquilladora profesional de la casa, me dio otra clave: “Ana Milán utilizó el Sérum Rellenador con color Accord Parfait. Contiene ácido hialurónico, hidrata y rellena sin cuartearse. Logra ese acabado pulido que potencia la luz natural de la piel. Ella lo elevó con sus labios rojos, que son ya el sello personal de la actriz”.

Si Ana Milán representaba la fuerza del rojo, Eva Longoria trajo el calor de los tonos café. Su maquillaje se enmarca en lo que los expertos llaman latte makeup, y os aseguro que, visto en directo en la pantalla gigante de Callao, era hipnótico. Toda la armonía del rostro se trabajaba con marrones suaves y toques bronceados. La piel parecía besada por el sol, con un contouring muy trabajado apenas perceptible, sin colorete marcado. El resultado era sofisticado, elegante y muy favorecedor.

Lo que más me llamó la atención fue su boca: labios delineados más allá de su forma natural y rellenados con un nude cremoso que aportaba un volumen instantáneo. Un overlined lip perfecto. “Eva Longoria se caracteriza por resaltar siempre sus facciones con tonos marrones para lucir muy bronceada. Evita enfatizar coloretes y apuesta por labios nude perfilados con la técnica de contornear los labios por fuera del borde para lograr un extra de volumen y jugosidad. Es de esos maquillajes que parecen complejos, pero que cualquiera puede recrear en casa con un par de productos clave”, señaló el maquillador profesional Manu Gara. Y lo mejor de todo es que funciona igual de bien para el día que para una cena especial.

La tercera gran inspiración llegó con Kendall Jenner. Su maquillaje fue el que más comentarios despertó entre la gente de Callao. Quizá porque rompía con lo esperado. Acostumbrada a looks más potentes, esta vez apostó por un acabado fresco, jugoso y con un punto juvenil irresistible. La clave estaba en el guava girl makeup, un rubor melocotón aplicado con generosidad en las mejillas, combinado con unos labios glossy en el mismo tono. Ese efecto “zumo de guayaba” iluminaba el rostro entero y daba la sensación de haber pasado una tarde al sol, aunque el calendario marcara finales de septiembre.

El maquillador Manu Gara me desveló un detalle técnico que me fascinó: “No ha aplicado colorete en el tabique de la nariz, tan típico del efecto sun-kissed, sino un toque de iluminador muy sutil para ir más en sintonía con la temporada otoñal. El resultado es más equilibrado, natural, moderno y muy fácil de aplicar”. No tengo dudas de que lo veremos en bucle en TikTok este otoño.

Mientras que en París desfilaban iconos, aquí, en Madrid, la plaza estaba abarrotada. Mujeres de todas las edades esperaban su turno en el backstage para probar las novedades, maquillarse con profesionales y sentirse, aunque fuese por un momento, parte del espectáculo. Escuché frases que se repetían una y otra vez sobre L’Oréal Paris: “Es la firma que me ha acompañado toda la vida”, “Con estos productos me siento guapa”, “Me hacen sentirme yo misma”, “Me siento empoderada”. Y mientras tanto, yo pensaba que esa era, en realidad, la verdadera magia del evento, conectar a mujeres anónimas con lo que pasaba en uno de los epicentros de la moda y la belleza que tiene ese je ne sais quoi que siempre nos conquista.

Cuando pienso en lo que se vivió anoche, no me quedo solo con los focos ni con la espectacularidad del desfile –que también–. Lo que me llevo es esa sensación de autenticidad que transmitió Ana Milán, con su piel luminosa y ese rojo tan suyo que parecía hablar por sí solo. También la calidez elegante de Eva Longoria, con sus tonos café que parecían un abrazo al otoño. Y, por supuesto, la frescura inesperada de Kendall Jenner, que con un simple rubor melocotón consiguió recordarnos que el maquillaje también puede ser natural, ligero, pero igual de bonito.

Al final, lo que nos queda no son solo tendencias, sino la certeza de que maquillarnos no va de escondernos detrás de capas y capas de una base, sino de mostrarnos con más verdad, más naturalidad o, mejor dicho, de sentirnos más fuertes y poderosas. Y quizá esa sea la verdadera revolución beauty de nuestro tiempo, poder elegir cómo queremos presentarnos al mundo, con el rouge poderoso de L’Oréal Paris, un nude sofisticado o un gloss jugoso. Yo salí de Callao con esa convicción y con la sonrisa de quien sabe que el maquillaje, más que un accesorio, es un lenguaje. Uno que anoche, entre luces y aplausos, gritamos todas juntas: “Nosotras lo valemos”.