Hace más de un año que la reina Letizia no cambia de look. Melena suelta, raya lateral y ligeras variaciones entre liso pulido u ondas suaves se han convertido en su peinado favorito. Este hecho no ha pasado desapercibido y sugiere una pregunta inevitable: ¿es casualidad o estrategia? Para responderla, hablamos con consultores de imagen y expertos en peluquería y estilismo que coinciden en que detrás de esta elección hay mucho más que una cuestión estética.
Reforzar un perfil más institucional
Una de ellas es Mª José Llata, presidenta de Intercoiffure España y directora de la peluquería Llata Carrera, en Cantabria, que opina: "No creo que el look actual de la reina Letizia sea casualidad. Más bien parece una estrategia muy bien pensada". "Si revisamos su imagen pública en este 2025, vemos un cambio claro hacia estilos más sobrios, repetidos y sin grandes variaciones. Melena suelta, lisa o con una ligera onda, sin recogidos elaborados ni apuestas sorprendentes. Todo muy medido, minimalista y coherente", afirma la experta.
"Creo que responde a una intención de reforzar un perfil más institucional, sobre todo en un contexto político delicado, tanto dentro como fuera de España. Es normal que, como figura pública, quiera transmitir una imagen más seria, sólida y menos expuesta a la frivolidad o a interpretaciones superficiales. De hecho, este tipo de estrategia visual no es nueva", apunta.
Coherencia, sobriedad y minimalismo
Llata recuerda que las reinas europeas de generaciones anteriores —como Sofía de España, Isabel II de Inglaterra, Margarita de Dinamarca, Beatriz de Holanda, Fabiola de Bélgica o Silvia de Suecia— mantenían estilos de peinado muy constantes que acabaron convirtiéndose en parte de su iconografía. Su peinado no era solo una cuestión estética, era identidad de Estado. Doña Letizia, que siempre ha mostrado sensibilidad hacia la moda y las tendencias, parece querer acercarse a ese tipo de imagen institucional, pero adaptándola a los códigos actuales: sobriedad, naturalidad, minimalismo. Y lo está haciendo con mucha coherencia".
"A este paso, es muy posible que su estilo —aunque más relajado y moderno que el de sus antecesoras— se convierta también en un sello distintivo. No por un cardado icónico, sino por la constancia y la elegancia discreta. Esa, en sí misma, puede ser su gran firma estética", explica la presidenta de Intercoiffure España.
Su trabajo no es el de estar en una pasarela
Coincide con ella Anitta Ruiz, consultora de Imagen Pública, que, tras tomarse el tiempo de repasar bien todas las imágenes de este año de la mujer de Felipe VI cree que "ha encontrado su look significativo", aquel con el que "se ve cómoda y, de alguna manera, quiere 'pasar a la posteridad'". "Si nos fijamos en casi cualquier monarca, siempre tienen un estilo muy identificativo, con el que salen en los sellos y monedas. Hay algunos que no han cambiado durante décadas. De hecho, lo raro era lo que hacía antes, que cambiara y probara tanto".
En este sentido, la experta declara que: "Una Reina tiene que estar correcta siempre, y eso también incluye el lucir lo mejor posible. Pero no nos olvidemos que su trabajo no es el de estar en una pasarela, por más que nos encante a todos comentar sus looks". "Es más, si prestamos atención a sus últimos actos, la Reina repite mucho y opta por cosas estéticamente más 'planas', como pueden ser los trajes de chaqueta. Y es algo que precisamente va en esa misma línea también", añade.
"Lo importante aquí no soy yo, sino mi papel y mi mensaje"
Al preguntarle a la consultora de Imagen Pública si cree que este cambio puede estar provocado precisamente para evitar que se hable de su físico, ella lo tiene claro: "Sí, hay una estrategia clara detrás. Mantener el mismo peinado, color y corte le evita titulares centrados en su físico y le da un look fácilmente reconocible, casi de 'marca personal'. Así consigue que la conversación gire hacia su papel institucional y no hacia cambios estéticos".
¿Y qué revela esto? "Una personalidad práctica, controladora de su imagen y consciente de que, en su posición, cualquier cambio genera ruido. Esa constancia indica que valora la sobriedad, el mensaje político detrás de la repetición y la importancia de minimizar riesgos. También habla de alguien que no se deja llevar por tendencias pasajeras, sino que apuesta por un estilo propio y calculado", nos cuenta Ruiz, que defiende que con ello busca "transmitir estabilidad, seriedad y profesionalidad".
"El peinado y maquillaje discretos, sin estridencias, refuerzan la idea de una Reina comprometida con su función, que no compite por protagonismo estético, sino que consolida su autoridad a través de la coherencia visual. En términos de comunicación, es su manera de decir: "Mi imagen está bajo control, y lo importante aquí no soy yo, sino mi papel y mi mensaje".
La supermelena de la Reina
"Doña Letizia lleva un tiempo apostando por una imagen muy reconocida: melena suelta, con raya lateral, y solo ligeras variaciones entre ondas suaves o un liso pulido", apunta Natalia de la Vega, fundadora de los centros de belleza Tacha Beauty. "Esta repetición no es falta de variedad, sino una estrategia clara: mantener una imagen impecable, moderna y fiel a sí misma. Y detrás de esa aparente sencillez, hay una rutina de cuidado capilar meticulosa y coherente, pensada para potenciar lo mejor de su imagen con naturalidad y sofisticación", defiende.
"Para conseguir este acabado natural, pero muy cuidado, es imprescindible contar con una melena sana y bien tratada. Productos que mantengan la fibra capilar fuerte, que trabajen desde el interior, para reparar el daño acumulado y brindarle ese brillo tan característico. Además, para fijar ligeramente las ondas o mantener el liso sin encrespamiento que ella siempre luce, se puede recurrir a productos que fijen la forma, pero no apelmacen el cabello. Son fórmulas pensadas para trabajar el cabello con precisión, pero manteniendo un acabado flexible y natural, como el que vemos en sus apariciones", concluye la experta.