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El Festival de Venecia siempre regala momentos inolvidables, pero esta vez la magia llegó de la mano de Eugenia Silva y Miguel Ángel Silvestre que supieron acaparar todas las miradas. Entre flashes y góndolas, la pareja se convirtió en la gran protagonista de la noche gracias a un detalle que marcó la diferencia y que solo ellos compartían: el perfume Cuir Nu de Armani Privé.
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La silueta impecable del vestido de Armani Privé bordado con plumas y pedrería, rematado con una falda sirena de ensueño, devolvió a la alfombra roja la esencia de la Alta Costura más pura. Cada movimiento de Eugenia Silva era una declaración de estilo y de confianza, perfecta para un escenario tan romántico como Venecia.
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En un mar de trajes que a veces parecen idénticos, Miguel Ángel Silvestre logró diferenciarse con un porte magnético. La sobriedad de un traje negro con camisa blanca se transformó en algo mucho más poderoso gracias a la complicidad que lo unía a ella (y a Cuir Nu de Armani Privé que selló ese vínculo).
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Lo que podría haber sido un gesto rutinario se convirtió en el secreto mejor guardado de la noche. Perfumarse con Cuir Nu antes de salir hacia el Lido fue, para ambos, mucho más que una elección de estilo. Fue la manera de reforzar un lazo invisible y cargado de complicidad.
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Inspirada en la tradición italiana de la marroquinería, Cuir Nu de Armani Privé traduce el tacto más suave del cuero en un aroma envolvente. A su lado, notas inesperadas como el café ahumado, la rosa o el ámbar crean un contraste irresistible que no distingue entre géneros y que se adapta a cada piel.
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Cuir Nu es la incorporación más reciente a la exclusiva colección Les Mille et Une Nuits de Armani Privé. Una fragancia que traduce el cuero en pura sensualidad y que confirma el espíritu de Alta Costura de la línea. Cada detalle está pensado como si se tratase de una pieza única de atelier.
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La verdadera magia de la noche estuvo en la complicidad. Perfumarse con Cuir Nu no solo completó sus looks, también fue la clave para brillar juntos en Venecia. Un mismo aroma que los unió como talismán y que terminó por conquistarlo todo: la alfombra roja, los flashes y la memoria del festival. Seguro que más de un invitado se giró siguiendo la estela inconfundible que dejaron a su paso.