El verano pide frescor. En los platos, en la ropa y, sobre todo, en el maquillaje. No es tiempo de capas y capas de producto ni de acabados mate. En agosto, la luz y el calor encuentran sus aliadas en la sencillez y la transparencia. Por eso los looks monocromáticos son los protagonistas de la temporada: basta un solo color para resaltar los rasgos con gestos fáciles, rápidos ¡y superfavorecedores!
Antes de dar color
- Preparación: Una piel hidratada siempre se ve más luminosa. Nada como cremas o lociones en textura gel, dejando siempre que se absorban por completo antes de extender más producto.
- Base ligera: Para unificar la tez no hace falta un maquillaje cubriente. Un toque de corrector en zonas estratégicas o un poco de bb cream o de base ligera en las áreas que pidan cobertura es suficiente. O... ¿qué tal usar solo un primer? Para un acabado de lo más jugoso, mejor extender el producto elegido con una esponja previamente humedecida.
Trucos de maquillaje 'pro'
Estas técnicas mejoran el resultado de los cosméticos multiusos:
- En dos pasos: Cualquier producto de maquillaje se puede extender siempre directamente sobre la piel, pero queda mejor si primero se aplica el color en el dorso de la mano y de allí se lleva a la tez. Este gesto permite controlar mejor la intensidad, y es más fácil ir aumentándola que intentar retirar el cosmético una vez aplicado.
- Buenas herramientas: Si hay un maquillaje concebido para ser utilizado instintivamente con los dedos, casi sin mirar, son sin duda los sticks, barras y coloretes multiuso, siempre de textura cremosa y fáciles de difuminar. Sin embargo, trabajarlos con brocha tiene también sus ventajas. En primer lugar, se puede conseguir más precisión, sobre todo en los párpados; además, resulta más sencillo extenderlo a conciencia y lograr un acabado más ligero. Si lo que se busca es un efecto sutil, nada como un toque final con la esponja para un acabado más suave y fresco.
Menos puede ser mucho más, sobre todo en verano: basta un único color para crear un look completo, fresco y armónico
Acertar con el tono
Elegir bien el color es esencial cuando hablamos de looks de una sola gama. Para un efecto "besado por el sol", nada como los matices bronce. Para un acabado fresco, muy natural, sobre todo en morenas y cutis cálidos, la elección ha de ser el coral o el melocotón. El maquillaje más romántico, sobre todo en pieles frías, se consigue jugando con tonalidades rosas.
Una vez encontrado tu color, sigue estos consejos:
- Sigue un orden: En el maquillaje de un solo tono, el colorete es el director de orquesta. El blush va a marcar la intensidad del resto. Por eso se debe comenzar siempre por las mejillas, seguir por los ojos y finalizar en los labios, un truco que evita sobrecargar de color.
- Graduar y modular: Aplicar una única tonalidad en todo el rostro no significa que el maquillaje vaya a quedar todo igual. Por ejemplo, se puede conseguir un acabado natural aplicando apenas un velo de color en los párpados o, en cambio, darle un efecto más poderoso si se extienden varias capas, una recomendación que también funciona para los labios.
- Rayo de luz: Apostar por un solo color no implica un resultado plano. El iluminador será el aliado imprescindible para crear volúmenes, aportar dimensión al rostro y proporcionar, además, un matiz irisado o metalizado en algunas zonas específicas.