Si no lo sabías con seguridad, por lo menos lo intuías: los viajes en avión afectan directa y negativamente a la piel. Las celebrities lo saben y suelen viajar con un arsenal de mascarillas, sérums, cremas y, por supuesto, sin una gota de maquillaje a riesgo de brotes de acné inesperados y que las consecuencias que te contamos a continuación se potencien. Desde rojeces a irritaciones, sin olvidar la retención de líquidos o la sequedad, descubre qué esperar desde el abordaje hasta el despegue, además de cuáles son los cuidados que de verdad funcionan para pisar suelo firme con un cutis libre de imperfecciones.
Cómo afectan los viajes en avión a la piel
Según Patricia Garín, directora dermocosmética de la firma coreana Boutijour, "cuando vamos en avión, el cambio de presión afecta directamente en nuestra piel y son cambios que se aprecian de forma bastante inmediata". En cuanto la cabina se presuriza el organismo empieza a notarlo y Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode, señala la causa que aumenta aún más el problema: "Los vuelos, cuanto más largos, mayor altitud suelen tener y el cambio de presión asociado a esta variable incide directamente en la humedad de nuestra piel, que se tiende a ver resentida".
Raquel González añade a la lista otra realidad de viajar: "Los aviones suelen llevar durante los trayectos el aire acondicionado a bastante potencia, lo que reduce la humedad ambiental en la cabina y provoca que el equilibrio de hidratación de nuestra piel se pierda". El primer truco de la creadora de Byoode pasa por reforzar la hidratación con activos a medida: "Recomiendo llevar en el avión un suero de ácido hialurónico o una esencia. Texturas ligeras que se absorberán rápido y que le aportarán a nuestra piel la humedad que necesita".
Rojeces e irritaciones a bordo
Es otro de los daños colaterales que derivan de llevar una vida de altos vuelos y de ello nos habla Patricia Garín: "En ciertos casos, la falta de hidratación desencadena rojeces mientras volamos. Esta es una reacción irritativa como respuesta de la piel cuando los niveles de humedad están bajo mínimos. Podría hasta producir picores". La solución pasa por inspirarnos en las estrellas, quienes no se suben a un avión sin sus mascarillas: "Si te ha pasado esto, se puede solucionar con una mascarilla relajante antes de dormir, en velo, para aportar hidratación y es ideal si lleva ingredientes calmantes como la centella asiática o la niacinamida".
SPF, depende de la hora y el lugar
Es el cuidado antiedad por antonomasia, el favorito de los dermatólogos, y en el avión también es importante como asegura Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD: "La radiación UV es más intensa a determinada altura porque está menos filtrada por elementos como las nubes. Una incidencia solar de este tipo puede afectar a nuestra piel". Como curiosidad con mucho sentido, añade que "especialmente si estamos cerca de la ventana del avión, debemos volar con SPF aplicado, sobre todo en aquellos trayectos que transcurren de día".
Cuidado antibrillos
"Cuando la piel se deshidrata, intenta compensar la reducción de la humedad autogenerándola. Sin embargo, a la piel se le da mejor producir grasa que humedad y en este proceso es posible que genere exceso de sebo", explica Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8. Su solución y último consejo experto para viajar en avión consiste en "exfoliarse la mañana antes de volar con un producto rico, por ejemplo, en ácido salicílico y, antes de volar, hidratar la piel con texturas ligeras que humecten gracias al ácido hialurónico o la glicerina, evitando aquellas fórmulas más nutritivas con manteca de karité, por ejemplo".