La absurda "rutina del cavernícola" ya se ha hecho viral en redes. Se basa en la ridícula premisa de que "menos siempre es mejor" en lo que a cuidado de la piel se refiere. Exactamente, "propone eliminar por completo el uso de productos cosméticos y limpiar la piel solo con agua, bajo la creencia de que esto permitirá que la piel se ‘autorregule’ de forma natural", explica Cristina Eguren, dermatóloga y fundadora de Clínica Eguren.
Incluso su versión más extrema "propone evitar el agua", recalca Inés Escandell, dermatóloga del GEDET y del Grupo Dermothéque. Pues bien, estas expertas aseguran que el agua por sí sola no es capaz de eliminar correctamente los restos de sebo, maquillaje, protector solar o partículas contaminantes que se depositan sobre la superficie de la piel. "El agua sola no puede disolver eficazmente el sebo ni eliminar los restos de protector solar, maquillaje o polución. Una limpieza adecuada requiere agentes tensioactivos capaces de eliminar estas sustancias sin alterar la barrera cutánea", apunta la doctora Escandell.
El primero de los riesgos es el hecho de que esto se haya convertido en tendencia en TikTok, de manera que es capaz de calar entre un público masivo y particularmente joven. "Las redes pueden convertir en tendencia cualquier práctica, aunque no tenga ninguna base científica. En este caso, muchos jóvenes están adoptando esta rutina sin comprender sus implicaciones reales. El problema es que normaliza hábitos poco beneficiosos para la salud cutánea y hace que patologías como el acné o la rosácea empeoren", advierte la doctora Eguren.
En la misma línea se muestra la Dra. Escandell cuando asegura que esta 'moda' banaliza la importancia de la higiene y el cuidado dermatológico, además, "puede incitar a personas con acné, dermatitis o rosácea a abandonar tratamientos efectivos y a desconfiar de las propuestas de especialistas. Y como ocurre con otras modas, se crean expectativas poco realistas, ya que los efectos beneficiosos mostrados suelen ser anecdóticos y no generalizables".
Qué riesgos entraña la 'rutina del cavernícola'
- Altera la microbiota cutánea: nuestra piel tiene un ecosistema de microorganismos que cohabitan en equilibrio. "Sin una correcta rutina de limpieza, es más fácil que proliferen ciertas bacterias y ácaros que alteran ese equilibrio", advierte la Dra. Eguren. ¿Por qué? "Al no retirar restos de sudor, sebo, contaminantes o células muertas, se crea un ambiente desequilibrado que favorece la aparición de microorganismos oportunistas o patógenos. Además, la falta de limpieza puede favorecer el desarrollo de microorganismos patógenos", explica la Dra. Escandell.
- Favorece la proliferación bacteriana: ya lo hemos anticipado en el apartado anterior; al no eliminar el sebo, la suciedad o restos de polución, se crea un entorno ideal para el crecimiento de ciertas bacterias, "lo que aumenta el riesgo de aparición de trastornos inflamatorios e incluso infecciones", asegura Cristina Eguren. No en vano, "los estudios realizados en pacientes con acné, demuestran que la limpieza una o dos veces al día reduce la carga de bacterias como Cutibacterium acnes. De la misma forma, también hay estudios que demuestran que el sobrecrecimiento de Staphylococcus aureus se ve favorecido por una ausencia de limpieza", justifica Inés Escandell.
- Provoca irritaciones: "La acumulación de impurezas y el exceso de sebo pueden alterar la composición de la capa córnea, lo cual debilita la función barrera. La piel se sensibiliza y muestra una tendencia mayor a deshidratarse y a que aparezcan la irritación, las rojeces y la incomodidad", explica la doctora Eguren.
- Favorece infecciones y brotes de acné: en primer lugar, "se crea un ambiente inflamatorio, idóneo para la formación de comedones o pústulas", explica la doctora Escandell. Y en segundo lugar: "al no eliminar correctamente las impurezas, detritus celulares y sobre todo el exceso de sebo, los poros se obstruyen, lo que puede desencadenar o empeorar brotes de acné, rosácea y dermatitis seborreica", añade la Dra. Eguren.
- Acelera el envejecimiento: siempre se ha dicho eso de 'sin limpieza no hay belleza' y es que es fundamental ser muy disciplinada con la higiene facial, mañana y noche, para disfrutar de una piel sana. De hecho, "la falta de limpieza dificulta una correcta renovación celular y expone la piel a más radicales libres, lo que acelera el envejecimiento cutáneo", asegura Cristina Eguren. Pero no solo higiene, la piel también necesita una buena dosis de antioxidantes y protección solar para lucir sana y joven. "No usar protección solar ni antioxidantes aumenta el daño oxidativo. La radiación UV, la polución y el estrés oxidativo contribuyen al fotoenvejecimiento, pérdida de colágeno y aparición de arrugas. Además, una piel deshidratada puede lucir más envejecida", añade la doctora Escandell.
- Produce dermatosis neglecta o terra firma-forme: se trata de afecciones cutáneas causadas por la acumulación de células muertas y suciedad, que pueden llegar a formar placas oscuras, rugosas y estéticamente desagradables. "En ausencia de una limpieza correcta, aparecen estas placas parduzcas o grisáceas, formadas por la acumulación de sudor, sebo, células muertas y suciedad", asegura la Dra. Escandell.
En qué debe consistir exactamente una buena rutina de higiene facial
Vaya por delante que una correcta limpieza facial debe ser sencilla, constante y adaptada a cada tipo piel (personalizada). Y que debe realizarse mañana y noche, aunque no se haya utilizado maquillaje. Dicho esto, en términos generales:
- Por la mañana: las expertas recomiendan una limpieza suave (con un limpiador específico según el tipo de piel. A continuación, es aconsejable utilizar un producto antioxidante (como la vitamina C) y seguidamente, especialmente en los meses de verano, un protector solar (de amplio espectro y SPF mínimo 30).
- Doble limpieza por la noche: "Recomiendo realizar doble limpieza, especialmente si se utiliza maquillaje, empleando como primer paso un producto oleoso o agua micelar, y como segundo paso un gel o espuma de aclarado con agua", aconseja Cristina Eguren. Y a continuación, algún cosmético con agentes transformadores, como los retinoides o los alfahidroxiácidos.
- Exfoliación física o mecánica: "Es muy interesante incluir una correcta exfoliación física o mecánica pues contribuye a retirar correctamente restos de grasa, detritus celulares y de Demodex, mejorando el estado y funciones cutáneas. En cuanto a su frecuencia de realización, dependerá del tipo y estado de la piel. En pieles grasas puede realizarse con mayor frecuencia, incluso a diario. En pieles secas (que no deshidratadas) bastará con realizarlo una o dos veces en semana", concluye la doctora Eguren.