Ir al contenido principalIr al cierre de página
Es Tendencia
betterme© betterme

Cómo he vuelto a tener abdominales gracias a estos 3 hábitos sencillos (y sin entrenar más)

De la mano de los expertos, te explico cómo he conseguido un vientre plano y definido sin hacer más tablas ni 'crunches'


25 de junio de 2025 - 18:00 CEST

Está claro que el cuerpo cambia con la edad. Lo tengo más que asumido (y me gusta que así sea, la evolución es signo de vida), y por eso di por hecho que cuando mis abdominales desaparecieron al cumplir 30, sería un adiós definitivo y nunca más volvería a verlos. Siempre he practicado deporte y he tenido el abdomen plano y definido, hasta llegar a esa edad. Entonces, esos músculos comenzaron a "borrarse" progresivamente, a pesar de que yo seguía entrenando y alimentándome de forma saludable. Sin embargo, este verano, de la misma forma misteriosa que se habían ido, han vuelto. Ni he entrenado más, ni he seguido ninguna dieta. Simplemente he incorporado algunos hábitos (fáciles y agradables) en mi día a día que, combinados, han tenido este resultado. Te los explico de la mano de tres expertos en deporte y nutrición.

Media Image© bettermestore / angelakajo

Practicar Pilates Reformer

Tenía muchísimas ganas de probarlo, pero no fue hasta hace tres meses que pisé por primera vez un estudio de Pilates Reformer. Desde el primer día me encantó, no solo porque trabajas de forma sencilla y divertida algunos grupos musculares que, en el gimnasio, me suelen dar "pereza", como los hombros y la espalda, sino también porque, durante los 50 minutos de cada clase, desconectas del mundo y conectas contigo misma. "Es como yoga, pero más intenso", les decía a mis amigas. En menos de un mes, haciendo Pilates dos días por semana, noté la espalda y los brazos más fuertes (¡tríceps incluidos!), y también el abdomen, especialmente en la zona de los oblicuos.

Media Image© DavitRuiz
Media Image© DavitRuiz

Como me explica Elena Guzmán Nolla, trainer en Solid Studio, entre todos sus beneficios, el Pilates Reformer fortalece mucho el core. "Es una disciplina súper completa que trabaja fuerza, flexibilidad, equilibrio y control al mismo tiempo. Ayuda a mejorar la postura, a ganar conciencia corporal y a fortalecer el core de forma profunda", afirma. Se considera un ejercicio "de alta intensidad pero bajo impacto, con loque es ideal para prevenir lesiones o complementar otro tipo de entrenamiento". Yo lo combino con spinning y rutinas de fuerza en el gimnasio, pero, sin duda, las de Solid Studio son las clases que más disfruto. Y puede que esto también haya potenciado el resultado físico...

"El Pilates tiene ese enfoque muy consciente que hace que estés presente en cada movimiento, y eso cambia mucho la forma en la que se activa el cuerpo. No se trata de hacer por hacer, sino de realmente sentir y controlar cada movimiento. Esa conexión mente-cuerpo hace que los ejercicios sean más efectivos porque se activan mejor los músculos. Además, al ser una práctica que reduce el estrés, eso también ayuda al cuerpo a funcionar mejor, descansar y recuperarse más rápido, lo cual influye directamente en los resultados", afirma Elena Guzmán Nolla.

Media Image© bettermestore

Entrenar en ayunas

Sé que abro un debate al mencionar el entrenamiento en ayunas como un hábito saludable. A mí me ha resultado beneficioso, pero no tiene por qué serlo para todo el mundo. Es lo primero que me dice Javier Carbajo, CEO de TrainingBoutique, cuando le pregunto al respecto: "entrenar en ayunas no es apto ni recomendable de forma generalizada. Cada cuerpo es un mundo, y cada persona tiene unas circunstancias y necesidades diferente". Carbajo reconoce que sí puede ayudar a que te sientas más ligera mientras entrenas -eso es justo lo que me sucede a mí, me siento mejor y entreno con más intensidad-, pero apunta que "no hay que probar cosas que pueden resultar peligrosas sin consultarlo previamente con un profesional". 

El entrenador insiste en que debe acompañarse de un plan nutricional adecuado que incluya, por ejemplo, una cena rica en nutrientes la noche anterior. Así lo he hecho yo: cenar más y mejor para tener más energía al entrenar por la mañana. "A medio plazo, si se hace bien, pautado por un profesional y controlado de manera recurrente, entrenar en ayunas puede ayudar a mejorar la eficiencia metabólica, es decir, a que el cuerpo aprenda a utilizar mejor las grasas como fuente de energía", explica Carbajo, que vuelve a señalar la importancia del asesoramiento por parte de profesionales de la nutrición y del deporte. Y añade que, cuando el fin es disminuir abdomen, además de la dieta y el deporte, "es necesario valorar otros patrones que pueden generar inflamación como puede ser el estrés, la ansiedad, la falta de descanso...". 

Media Image© Getty Images

No beber alcohol

Finalizo con el hábito que más ha influido en mi bienestar en los últimos meses, y el que recomendaría a cualquiera que se quiera cuida más: no tomar bebidas con alcohol. Seguramente hayas oído eso de que el alcohol aporta "calorías vacías", es decir, te da energía (hasta 160 kcal por una cerveza o 120 por una copa de vino tinto) sin beneficios nutricionales relevantes como serían vitaminas, minerales, fibra o proteínas. Pero es que, además, el consumo de estas bebidas se relaciona científicamente con el almacenamiento de grasa en el abdomen por distintos factores. Así me lo ha explicado Laura Jorge, dietista-nutricionista y fundadora del centro de salud, psicología y nutrición Laura Jorge

Media Image

"Existen estudios que relacionan el consumo habitual de alcohol con un mayor porcentaje de grasa abdominal. El alcohol aporta calorías "vacías" (7 kcal por gramo) sin ningún beneficio, puede alterar la oxidación de lípidos y favorecer el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona central del cuerpo. Además, su consumo suele estar asociado a hábitos alimentarios menos saludables y suele ir acompañado de comida de peor calidad. Aunque la relación puede depender del tipo de bebida, la cantidad y la frecuencia de consumo, la evidencia sugiere que un consumo elevado y regular de alcohol puede contribuir significativamente al aumento de grasa visceral y del perímetro abdominal", afirma esta profesional, que también me habla de otro efecto relacionado: la aparición de celulitis.

"El consumo de alcohol puede influir en la celulitis de varias formas: favorece la retención de líquidos, dificulta la circulación, inflama los tejidos y puede aumentar la acumulación de grasa. Además, al ser una fuente de calorías vacías, puede contribuir a que nos encontremos en un exceso calórico que se almacena en forma de grasa subcutánea, favoreciendo la celulitis. El alcohol también afecta la función hepática, lo que puede interferir en la eliminación de toxinas, otro factor relacionado con la celulitis. Aunque no es su causa directa, un consumo frecuente o elevado puede agravarla", explica. Personalmente, he decir que sí que tengo menos piel de naranja desde que he cambiado el alcohol por agua y zumos naturales (o eso creo, que esto es bastante objetivo...).

Media Image© claudiarkx

Si bien todavía hay quien defiende que "una copa de vino al día es buena", la tendencia médica es la contraria. "Cuanto menos, mejor", aconseja Laura Jorge. "No se trata de prohibir ni de demonizar su consumo, sino de entender que lo realmente importante es el equilibrio y la frecuencia. Si una persona disfruta de una copa de vino de forma ocasional y dentro de un estilo de vida saludable, no tiene por qué ser un problema. Sin embargo, no deberíamos recomendar su consumo como hábito "saludable", ya que los beneficios potenciales no superan los riesgos si se convierte en algo diario o automático. Como en todo, el enfoque debe ser individualizado, flexible y consciente", apunta. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.