Mucha protección solar, muchas pamelas glamurosas, gorras de última tendencia, cosméticos con función despigmentante y nutricosmética que protege tu rostro. Y todo, ¿para qué? Con el cuidado de la piel, muchas veces, nos empeñamos en empezar la casa por el tejado.
Descuidamos factores como la alimentación, la hidratación y el descanso. Aunque cada vez somos más conscientes de que estos son determinantes también para prevenir el envejecimiento cutáneo, hay uno, relacionado con la salud mental que seguimos ignorando. Hablamos del estrés. ¿Sabías que puede favorecer la aparición de manchas, especialmente en personas con predisposición al melasma o a la hiperpigmentación postinflamatoria?
Gema Herrerías es farmacéutica, lleva más de 20 años ejerciendo como titular de farmacia, y se ha especializado en dermofarmacia y nutricosmética. Además es fundadora y CEO de la marca de cosmética GH Gema Herrerías, lanzada en 2017, con productos para pieles sensibles, envejecimiento, manchas y más y ha publicado ya cuatro libros relacionados con el cuidado de la piel. Nos ha contado que "cuando atravesamos periodos de estrés prolongado, el organismo libera hormonas como el cortisol, que alteran el equilibrio natural de la piel".
Según Gema, "esta desregulación puede generar inflamación, aumentar la sensibilidad al afectar la función barrera y favorecer procesos oxidativos que estimulan una producción excesiva de melanina". Además, nos cuenta que "el estrés activa el eje hipotálamo-pituitario-adrenal, una vía de comunicación interna que desencadena una cascada de señales capaces de estimular indirectamente a los melanocitos, las células encargadas de producir melanina". "Este mecanismo puede intensificar la pigmentación y hacerla más persistente, como ocurre con frecuencia en el melasma", indica.
Dicho de otra forma, cuando Gema Herrerías afirma que el estrés puede manchar la piel, se refiere a cómo el estrés crónico altera nuestra fisiología, desencadenando reacciones en la piel:
- Aumento de cortisol e inflamación: El estrés eleva el cortisol, que favorece la inflamación y estimula la producción de melanina. Esto puede provocar hiperpigmentación (manchas oscuras o rojizas en la piel).
- Respuesta cutánea alterada: Además del exceso de pigmento, el estrés puede causar rojeces, brotes, tono irregular y envejecimiento prematuro, ya que reduce la función de barrera de la piel y su capacidad de regenerarse.
En resumen: el estrés genera hormonas que inflaman la piel y disparan la producción de pigmento, llevando a manchas visibles.
Otros factores que "manchan" la piel
Además del estrés, hay otros factores que pueden favorecer la aparición de manchas o agravar las que ya existen, según la farmacéutica. La exposición solar sin una protección adecuada sigue siendo uno de los principales desencadenantes, incluso en días nublados.
Además, hay que tener en cuenta que cuando solo recibimos radiación en el cuerpo, aunque llevemos la cara cubierta, la piel puede pigmentarse, sobre todo si hay antecedentes de melasma. Así que no sirve de nada ponerse protección 50 de amplio espectro en la cara si el cuerpo lo tenemos desprotegido. Tampoco vale un 50 en la cara y un 30 en el cuerpo. ¡No tiene sentido! La piel es un solo órgano de pies a cabeza.
Por otro lado, los cambios hormonales también tienen un papel importante. El embarazo, la toma de anticonceptivos o la menopausia pueden alterar la actividad de los melanocitos, que son las células responsables de producir melanina, según nos explica la experta. "A esto se suma el estrés oxidativo, una consecuencia del exceso de radicales libres en la piel, provocado por factores como el sol, la contaminación, la falta de sueño o una alimentación proinflamatoria", agrega.
Para terminar, otro aspecto clave es la inflamación crónica de bajo grado, que a menudo pasa desapercibida pero tiene un impacto directo en la pigmentación. Es lo que ocurre, por ejemplo, en casos de acné o rosácea, donde cualquier brote inflamatorio mal gestionado puede dejar una marca pigmentada. En definitiva, son muchos los factores que intervienen, y por eso es fundamental abordar las manchas desde una perspectiva global, que combine protección, tratamiento y cuidado del estilo de vida.