Tratar la dieta como una medicina a medida para cada necesidad funciona y cada vez son más quienes se alían con las recetas más nutritivas para, por ejemplo, tonificar los glúteos más rápido a base de legumbres, lácteos desnatados o las frutas y verduras ricas en antioxidantes que además combaten el envejecimiento prematuro. Un caso claro de la importancia de la alimentación es el pelo, que crece más rápido y fuerte cuando se nutre desde dentro. Como guía para que un cabello restaurado, lleno de vitalidad, te revelamos qué materias primas tienes que elegir y te adelantamos que minerales como el hierro o el zinc juegan un papel fundamental.
Desde controlar los niveles de estrés hasta cuidar con mimo el cuero cabelludo a través de masajes, exfoliaciones periódicas y champús a medida para sus necesidades, conseguir un pelo más fuerte y saludable es una carrera de fondo en la que, como te contábamos, la dieta es crucial y la buena noticia es que los protagonistas de la dieta del pelazo también ayudan a aumentar los niveles de energía.
Las vitaminas y minerales de la dieta del pelazo
Vitamina A
Es una superheroína para el cabello pues además de su acción antienvejecimiento (porque sí, el pelo también envejece), ayuda a regular la producción de sebo y a mantenerlo hidratado: "Se trata de un gran antioxidante que es clave para el sistema inmune, promueve el crecimiento celular y contribuye a prevenir la pérdida capilar", apunta el doctor Carlos Portinha, coordinador clínico del Grupo Insparya. En cuanto a los alimentos ricos en vitamina A, "está presente en verduras como la lechuga, las zanahorias o el brócoli. También podemos obtenerla en alimentos como la leche, los huevos o pescados grasos".
Vitamina B
Una supervitamina capilar. "Dentro de este grupo destaca la biotina (B7), esencial para la síntesis de queratina y que se encuentra en alimentos como las nueces o el atún", señala Portinha. Aunque no solo esta, "otras vitaminas relevantes son la niacina (B3), presente en huevos y remolacha, ya que mejora la circulación sanguínea y contribuye al crecimiento del pelo"; las B2 y B9 por sus propiedades regenerativas; o la B5 que favorece el crecimiento y retrasa la aparición de canas, además, es fácil de introducir en la dieta "gracias a que se encuentra en alimentos como la avena, el aguacate, lácteos o mantequilla de cacahuete".
Vitamina C
Desde las fresas hasta las mandarinas sin olvidarnos de los kiwis, pomelos, naranjas y demás frutas cítricas, los alimentos ricos en vitamina C ayudan a conseguir una correcta absorción del hierro. También posee una poderosa acción antioxidante e inductora de colágeno. Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnicode noVadiet, añade que "las espinacas, las acelgas, el brócoli y la rúcula contienen hierro, ácido fólico y vitamina C. Esta combinación contribuye a la oxigenación de los tejidos y a combatir la fatiga".
Vitamina D
Aparte de la exposición solar, hay otras formas de sintetizarla y es a partir de alimentos como la trucha o las sardinas. En cuanto a su papel en la salud del cabello, el experto de Grupo Insparya explica que "no solo es relevante por su relación con el sistema inmunitario o con nuestros músculos y huesos, sino que favorece la circulación y estimulación de las unidades foliculares, lo cual acaba por generar un cabello más fuerte y sano".
Vitamina E
Un antídoto efectivo frente al cabello seco y la caída capilar, además de, por ejemplo, combatir la aparición de estrías o el envejecimiento prematuro de los tejidos a causa de la formación de radicales libres. Sobre la melena, Carlos Portinha cuenta que "estimula la producción de sebo, actúa como acondicionador natural y favorece el flujo sanguíneo. Es tan sencillo como tomar frutos secos, semillas o aceites vegetales".
Zinc
Este mineral que se encuentra en las zanahorias, por ejemplo, ayuda a mantener el equilibrio hormonal, lo cual puede reducir la caída del cabello, especialmente en casos de alopecia androgénica o efluvio telógeno. También participa en la síntesis de proteínas, favoreciendo un crecimiento saludable y fuerte; y sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas combaten la formación de caspa o la inflamación del cuero cabelludo.
Hierro
Del té verde a las ciruelas, el hígado o las legumbres, su deficiencia es una de las causas más comunes de caída del cabello, especialmente en mujeres; y es que, es clave en la producción de hemoglobina, responsable de transportar el oxígeno a los folículos pilosos. Sin suficiente oxígeno, los folículos se debilitan y producen cabello fino o dejan de producirlo.
El magnesio, el ácido fólico o el yodo son otros aliados para mantener la melena fuerte, aparte de seguir siempre una alimentación variada y rica en todos los grupos de macronutrientes para evitar deficiencias que afecten directamente a la salud capilar y general. ¿Te apuntas a la dieta del pelazo?