Tras ser madre por segunda vez, Jennifer Lawrence ha vuelto a la alfombra roja por todo lo alto. La actriz ha sido una de las grandes estrellas del Festival de Cine de Cannes, donde ha presentado su nueva película Die my love junto a su compañero de reparto, Robert Pattinson. Guapísima y radiante con su sensacional vestido blanco, Jennifer acaparó todas las miradas, convirtiéndose en una de las invitadas más elegantes de esta edición.
La actriz y productora de cine estadounidense, de 39 años, se separó por unas horas de su marido, el galerista de arte Cooke Maroney, y sus dos hijos, sin embargo, los tuvo muy presentes en todo momento. Horas antes de posar ante los flashes, la actriz ofreció una rueda de prensa con parte del equipo e hizo profunda reflexión sobre la maternidad, el posparto y la transformación personal y artística que ha vivido desde que se convirtió en madre.
Lawrence, que en el thriller psicológico Die my love interpreta a una madre primeriza que desarrolla una psicosis tras sufrir depresión posparto, confesó que le resultó complicado distanciarse emocionalmente de su personaje: "Como madre, fue muy difícil separar lo que yo haría de lo que ella haría. Fue desgarrador".
Además, habló como nunca de su lucha postparto, asegurando que: "Es extremadamente aislante. Cuando Lynne se muda con esta pareja a Montana, no tiene una comunidad, no tiene a su gente... Pero la verdad es que la ansiedad y la depresión extremas aíslan, sin importar dónde estés. Te sientes como un extraterrestre".
Jennifer, que durante la rueda de prensa contó que rodó la película estando embarazada de cinco meses de su segundo hijo, se mostró muy sincera al hablar de su propia experiencia. "Tener hijos lo cambia todo. Te cambia la vida por completo. Es brutal e increíble", aseguró, explicando que: "No solo influyen en cada decisión sobre si trabajo, dónde trabajo y cuándo, sino que me han enseñado…".
En este sentido, resultó muy curiosa una confesión que hizo ante la prensa al decir de manera rotunda que: "Recomiendo encarecidamente tener hijos si quieres ser actor".
La ganadora de un Oscar por la película El lado bueno de las cosas reconoció que "no sabía que se podía sentir tanto" al tener hijos y que, como su profesión "tiene mucho que ver con las emociones", le parece que la maternidad te transforma por completo a todos los niveles y puede contribuir a que conectes con ciertos personajes a la hora de interpretarlos. "Es casi como sentir una ampolla o algo así, tan sensible. Me han cambiado mi vida, obviamente, para bien, y me han transformado creativamente", afirmó.