Nunca es tarde para hacer ejercicio
La moderación es fundamental cuando los mayores se deciden a hacer deporte
Hacer ejercicio es la forma más segura y eficaz de sentirse más vital y en forma y, si hay una cosa clara, es que nunca es demasiado tarde para animarse a coger la ropa deportiva y comenzar a mover nuestro cuerpo. Son muchos los mayores que no dudan en ocupar su tiempo libre apuntándose a clases de gimnasia o a natación y pronto comienzan a notar los múltiples beneficios en su salud. Pero, eso sí, hay que tener mucho cuidado y, si los años ya no perdonan, ¡no se exceda nada más comenzar!
Si no se ha entrenado hasta ese momento, debe iniciarse con un plan suave, para ponerse en forma. Una alternativa sencilla y muy beneficiosa es pasear todos los días a buen ritmo, un ejercicio muy saludable y, además, entretenido. Luego, si le gusta, puede probar con tandas de 20 minutos de bicicleta a intensidad 1 y a unas 70 revoluciones por minuto. Por supuesto, deje que su cuerpo sea quien le dé la pauta de entrenamiento: si le resulta excesivo, disminuya la intensidad, pero no reduzca el tiempo.
A la vez, debe combinar el ejercicio cardiovascular con tonificación y estiramientos, imprescindibles para mantener el cuerpo a pleno rendimiento. Esta combinación es la idónea para atacar esos kilitos de más e intentar reducir el abdomen. Programe al menos tres sesiones de ejercicios de abdominales a la semana para fortalecer esa musculatura.
Además, no todas las disciplinas son beneficiosas para todos. Un ejemplo es el aeróbic, una práctica exigente para los principiantes y que no sienta bien a todo el mundo. Por ejemplo, no es la opción más recomendable para personas con problemas de corazón o molestias en las rodillas, ya que al ser un ejercicio de impacto, puede dañar estas articulaciones. Antes de lanzarse a una clase, asegúrese de tener cierto nivel de entrenamiento y consulte con su monitor. Si finalmente se anima, en las primeras clases siga los movimientos sólo mientras se sienta cómodo. En caso de sentirse cansado, no dude en hacer una pausa y descansar.
Y un último consejo: es importante que haga ejercicio con el asesoramiento de un profesional, que será quien mejor le indique cuál debe ser su ritmo para conseguir que el ejercicio se convierta en una buena fuente de salud para llevar lo mejor posible esos años de madurez.
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A la vez, debe combinar el ejercicio cardiovascular con tonificación y estiramientos, imprescindibles para mantener el cuerpo a pleno rendimiento. Esta combinación es la idónea para atacar esos kilitos de más e intentar reducir el abdomen. Programe al menos tres sesiones de ejercicios de abdominales a la semana para fortalecer esa musculatura.
Además, no todas las disciplinas son beneficiosas para todos. Un ejemplo es el aeróbic, una práctica exigente para los principiantes y que no sienta bien a todo el mundo. Por ejemplo, no es la opción más recomendable para personas con problemas de corazón o molestias en las rodillas, ya que al ser un ejercicio de impacto, puede dañar estas articulaciones. Antes de lanzarse a una clase, asegúrese de tener cierto nivel de entrenamiento y consulte con su monitor. Si finalmente se anima, en las primeras clases siga los movimientos sólo mientras se sienta cómodo. En caso de sentirse cansado, no dude en hacer una pausa y descansar.
Y un último consejo: es importante que haga ejercicio con el asesoramiento de un profesional, que será quien mejor le indique cuál debe ser su ritmo para conseguir que el ejercicio se convierta en una buena fuente de salud para llevar lo mejor posible esos años de madurez.