Kate Winslet: "Me siento contenta con la talla que tengo"

La protagonista de 'Titanic', que vive un gran momento, habla de su figura

por hola.com
Hollywood es una factoría de sueños, de lujo, de glamour, pero también tiene sus facetas menos amables. Y una de ellas es la dictadura de la imagen. Y si no, piense en muchas actrices, que tienen que cuidar su figura con un gran esmero para conseguir mantenerse en la elite. Kate Winslet sabe bien en qué consiste esta presión, pero tiene muy claro que es feliz tal como es: "Me siento contenta con la talla que tengo. Soy muy feliz dentro de mi propia piel".

La actriz, de 27 años, se convirtió recientemente en noticia cuando protagonizó la portada de la revista GQ, en la que aparecía retocada digitalmente luciendo una figura muy estilizada y excesivamente delgada. Sin embargo, sus medidas son las de una mujer normal (reconoce que pesa 59 kilos), lejos de ese sobrepeso que a veces le achaca la prensa. Tanto, que ha tenido que batallar para que aceptaran que ella no era una actriz al uso, con una silueta esbelta y fina. Las curvas de Kate Winslet reivindicaban un lugar para una estética alejada de las siluetas que han dominado el celuloide.

"¡Todo el tiempo me hacen preguntas sobre mi condición física, y esto en verdad resulta muy, pero muy aburrido! Lo que quiero decir es ¿quién quiere hablar de su cuerpo públicamente?", afirma la actriz. Y la actriz admite que probablemente ella tenga la culpa de atraer constantemente la atención sobre su físico.

"La realidad es que, probablemente, yo tenga la culpa de todo este interés por mi figura. Después de hacer Titanic, simplemente llegué a la conclusión de que había demasiada presión para que la mujer tuviera cierta talla para tener éxito como actriz. Me di cuenta de que era una locura, porque yo, por ejemplo, me siento cómoda y normal como soy". Tal vez confesar esto en demasiadas ocasiones ha sido su problema, porque más de una vez ha afirmado que estaba haciendo lo que realmente le gusta sin necesidad de matarse de hambre. Eso sí, engordó 25 kilos durante el embarazo, y le costó deshacerse de ese sobrepeso. Acudió a un nutricionista, que estudió sus intolerancias alimentarias y le diseñó un plan a la medida. De esta forma, fue perdiendo peso gradualmente con el beneficio añadido de tener un cutis en perfecto estado. La actriz acude al gimnasio un mínimo de dos veces por semana, y nada siempre que puede para mantenerse en forma.

Lo cierto es que su honestidad no ha dañado su carrera o su vida personal. "Durante mucho tiempo he tenido una teoría, y es que la vida es muy, pero muy corta. Tienes que intentar hacerla lo mejor que puedas, porque sólo tienes una oportunidad, así que yo estoy disfrutando de mi vida con la gente que amo".