La Tierra ensaya su propio Armageddon: así es el mayor simulacro de defensa planetaria ante 3I/ATLAS


La NASA y la Agencia Espacial Europea participan en un ejercicio global para ensayar cómo reaccionaría el planeta ante la posible amenaza de un objeto interestelar, sin riesgo real para la Tierra


Este diagrama muestra la trayectoria del cometa interestelar 3I/ATLAS a su paso por el sistema solar. © NASA/JPL-Caltech
18 de diciembre de 2025 - 20:05 CET

Durante años vimos cómo la humanidad se salvaba en el último minuto en películas como Armageddon, Deep Impact o Independence Day. Sabíamos que era ciencia ficción, pero aun así nos dejaban pegados al sofá. Hoy, ese guion se está ensayando de verdad. A medida que el misterioso objeto interestelar 3I/ATLAS se aproxima a nuestro entorno cósmico, la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y más de 23 países han activado el mayor simulacro de defensa planetaria jamás realizado.

El telescopio espacial Hubble observó el cometa interestelar 3I/ATLAS por segunda vez el 30 de noviembre© NASA, ESA, STScI, D. Jewitt (UCLA), M.-T. Hui (Shanghai Astronomical Observatory). Image Processing: J. DePasquale (STScI)
El telescopio espacial Hubble observó el cometa interestelar 3I/ATLAS por segunda vez el 30 de noviembre

No hay peligro de impacto, insisten los científicos. Pero el ejercicio es completamente real y sirve para responder a una pregunta clave: ¿está la Tierra preparada para detectar, seguir y reaccionar ante una amenaza llegada desde el espacio profundo?

Por qué 3I/ATLAS no es un cometa más

Ni el cometa Halley, visible desde la Tierra cada 76 años, ni el espectacular Hale-Bopp, uno de los más brillantes del siglo XX, ni siquiera Oumuamua —el primer objeto interestelar detectado atravesando nuestro sistema solar en 2017— generaron un despliegue científico como el actual. 3I/ATLAS es solo el tercer objeto de origen interestelar jamás observado, tras Oumuamua y el cometa Borisov, pero con una diferencia clave: es un cometa activo, lo que permite analizar con mucho más detalle su comportamiento y su composición.

En términos astronómicos, es un visitante irrepetible. Procede de otro sistema estelar, no volverá jamás y está ofreciendo una oportunidad única para poner a prueba tanto los modelos científicos como los sistemas de alerta planetaria.

Tranquilidad absoluta: no hay riesgo para la Tierra

Conviene aclararlo desde el principio. El 19 de diciembre, 3I/ATLAS pasará a unos 170 millones de millas de la Tierra, aproximadamente el doble de la distancia que nos separa del Sol, y además lo hará sin cruzar la órbita terrestre. No existe riesgo de impacto ni de alteraciones gravitatorias.

La expectación no tiene que ver con el peligro, sino con la oportunidad. Su velocidad, su procedencia y sus características lo convierten en el candidato perfecto para un ensayo global.

Esta imagen muestra el cometa interestelar 3I/ATLAS como un orbe brillante y difuso en el centro. Viajando a través de nuestro sistema solar a la asombrosa velocidad de 209 000 kilómetros por hora.© NASA/Observatorio Lowell/Qicheng Zhang
Esta imagen muestra el cometa interestelar 3I/ATLAS como un orbe brillante y difuso en el centro. Viajando a través de nuestro sistema solar a la asombrosa velocidad de 209 000 kilómetros por hora.

Un simulacro planetario sin precedentes

El ejercicio, iniciado a finales de noviembre y que se extenderá hasta enero de 2026, está coordinado por la Red Internacional de Alerta de Asteroides, una coalición mundial que agrupa a agencias espaciales, observatorios y expertos en defensa planetaria.

Su misión es clara: perfeccionar la detección, seguimiento y evaluación de objetos cercanos a la Tierra que, en un futuro, sí podrían representar una amenaza real.

“Es una oportunidad excelente para practicar el seguimiento de un cometa en el cielo en caso de que algún día aparezca uno verdaderamente peligroso”, explican desde la NASA.

Cómo se vigila un intruso llegado desde otra estrella

Seguir un cometa interestelar no es sencillo. A diferencia de los asteroides, que aparecen como puntos definidos en los telescopios, los cometas son objetos difusos, con colas y envolturas de gas que dificultan las mediciones precisas.

Para superar este reto, los científicos están combinando datos de:

  • Telescopios terrestres en Hawái, Chile y Australia
  • Sondas espaciales como Mars Express, ExoMars Trace Gas Orbiter y JUICE
  • El Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA y su cámara HiRISE

Toda esta información se integra mediante una técnica clave: la triangulación, que consiste en observar el objeto desde múltiples puntos para calcular con precisión su posición y su trayectoria futura.

Meerkat y Aegis: los guardianes invisibles del planeta

En el corazón del sistema de defensa planetaria de la ESA operan dos herramientas esenciales:

  • Meerkat, un sistema automatizado que funciona las 24 horas del día, analiza constantemente nuevos datos en busca de amenazas inminentes que podrían impactar la Tierra en días o semanas. Si detecta algo preocupante, lanza alertas inmediatas a los astrónomos.
  • Aegis, por su parte, adopta una visión a largo plazo. Procesa miles de órbitas de asteroides y cometas conocidos y calcula riesgos potenciales hasta con 100 años de antelación, manteniendo una lista pública de objetos bajo vigilancia continua.
Esta imagen muestra la observación del cometa 3I/ATLAS cuando fue descubierto el 1 de julio de 2025. El telescopio de rastreo ATLAS, financiado por la NASA y ubicado en Chile, fue el primero en informar que el cometa se originó en el espacio interestelar© ATLAS/Universidad de Hawái/NASA
Esta imagen muestra la observación del cometa 3I/ATLAS cuando fue descubierto el 1 de julio de 2025. El telescopio de rastreo ATLAS, financiado por la NASA y ubicado en Chile, fue el primero en informar que el cometa se originó en el espacio interestelar

Un objeto fascinante también para la ciencia

Más allá de la seguridad planetaria, 3I/ATLAS está ofreciendo datos científicos inéditos. Observaciones realizadas con instrumentos como el radiotelescopio ALMA, en Chile, han revelado que el cometa libera metanol y otros compuestos clave para la química prebiótica, en proporciones nunca vistas en otros cometas estudiados hasta ahora.

Para los científicos, esto refuerza la idea de que los ingredientes básicos de la materia pueden formarse en sistemas estelares muy distintos al nuestro y viajar por la galaxia. No implica la presencia de vida, pero sí aporta pistas fundamentales sobre cómo se construyen los bloques químicos del universo.

¿Y si algún día hubiera que intervenir?

La gran diferencia con el cine es que hoy ya existe tecnología real para actuar. En 2022, la misión DART de la NASA logró desviar con éxito la órbita del asteroide Dimorphos mediante un impacto controlado, demostrando que modificar la trayectoria de un objeto espacial es posible.

Por eso las agencias insisten en que estos simulacros no son alarmismo, sino preparación. Como resume la ESA: “Ya no es ciencia ficción, es una habilidad que debemos perfeccionar antes de que sea necesaria”.

3I/ATLAS es solo un entrenamiento. En la próxima década se esperan acercamientos relevantes de otros objetos, entre ellos el asteroide Apophis, que en 2029 pasará extraordinariamente cerca de la Tierra y será visible a simple vista desde Europa.

“Todo el mundo estará observando”, reconocen desde la ESA. Y con ello, el interés público por la defensa planetaria alcanzará niveles nunca vistos.

De Hollywood a la ciencia real

El paso de 3I/ATLAS no amenaza a la Tierra, pero sí marca un punto de inflexión. Por primera vez, la humanidad no espera a que suene la alarma: observa, ensaya y se prepara de forma coordinada a escala global.

Las películas nos enseñaron a temer el impacto. La ciencia, ahora, nos enseña a anticiparnos. Y eso cambia por completo el final de la historia.

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