La Policía Nacional advierte: los 5 errores más comunes que ponen en jaque tu seguridad digital


Bizum inverso, códigos de WhatsApp, WiFi públicas, QR manipulados y Bluetooth activado sin control son gestos cotidianos que los ciberdelincuentes aprovechan a diario


Policía Nacional © Getty Images
15 de diciembre de 2025 - 18:05 CET

El ciberdelincuente ya no necesita piratear grandes sistemas ni esconderse en la dark web: puede estar acechando en la cafetería de la esquina, en un parquímetro o en un simple mensaje de WhatsApp. Y, aunque tú te creas más listo, rápido o avispado que él, la Policía Nacional advierte de que basta un descuido, un gesto automático o un exceso de confianza para caer en la trampa. Bizum, códigos QR, WiFi públicas, WhatsApp o incluso el Bluetooth pueden convertirse en la puerta de entrada al fraude si no sabes exactamente qué hacer y qué no.

Mujer mirando el móvil preocupada © Getty Images
La Policía Nacional alerta de que un solo gesto automático con el móvil puede facilitar el fraude digital

A través de uno de sus vídeos divulgativos, la Policía Nacional ha desmontado algunos de los mitos más extendidos sobre ciberseguridad, alertando de prácticas cotidianas que muchos usuarios consideran inofensivas y que, en realidad, pueden ponerte en riesgo.

1. Conectarte a una WiFi pública “sin pensar”

¿Es seguro conectarse a cualquier red WiFi pública? Falso.

La Policía Nacional advierte de que en una red WiFi abierta cualquiera podría estar monitorizando las páginas por las que navegas o incluso interceptar los datos que compartes, como contraseñas, correos o información bancaria. Aunque no lo notes, tu actividad puede quedar expuesta sin que tengas ninguna señal de alerta.

2. Aceptar solicitudes de Bizum sin revisar bien

¿Hay que tener cuidado con las solicitudes de Bizum? Verdadero, y mucho.

Bizum© Getty Images
Aceptar una solicitud de Bizum sin revisar o compartir un código de WhatsApp puede dar acceso a tu dinero y a tus datos

Aquí entra en juego la conocida estafa del Bizum inverso. El mecanismo es sencillo: el estafador te solicita dinero, tú recibes el aviso en el móvil y, si crees que se trata de un ingreso y aceptas la solicitud, en realidad eres tú quien envía el dinero. La Policía recuerda que la operación no se puede cancelar, por lo que el fraude es inmediato.

3. Escanear códigos QR “porque parecen oficiales”

¿Es seguro escanear un QR si pertenece a una empresa o entidad conocida? Falso.

Aunque el QR original sea legítimo, al estar en un lugar público puede haber sido sustituido o manipulado. Basta con que alguien haya pegado encima una pegatina con un QR fraudulento para redirigirte a una web falsa, descargar malware o robar tus datos.

4. Compartir un código de WhatsApp “por ayudar”

¿Pasa algo si te llega un código de activación de WhatsApp y lo reenvías? Peligro total.

La Policía es tajante: con solo enviar ese código a un tercero, le das acceso completo a tu cuenta de WhatsApp. Eso incluye tus conversaciones, tus contactos y tu identidad digital. Si recibes un código de WhatsApp, es solo para ti y para nadie más.

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5. Llevar el Bluetooth siempre activado

¿Puede ser una puerta de entrada para un ciberdelincuente? Sí.

Llevar el Bluetooth activado sin necesidad puede permitir que alguien intente acceder a tu móvil o tablet con fines delictivos. La buena noticia es que prevenirlo es sencillo: mantener el sistema actualizado y desactivar el Bluetooth cuando no lo uses.

Llevar el Bluetooth activado sin necesidad puede facilitar accesos no deseados al móvil si el dispositivo no está actualizado, advierte la Policía Naciona© Adobe Stock
Llevar el Bluetooth activado sin necesidad puede facilitar accesos no deseados al móvil si el dispositivo no está actualizado, advierte la Policía Naciona

La Policía Nacional insiste en una idea clave: la mayoría de estos fraudes no se basan en tecnología avanzada, sino en engañar al usuario. Un gesto automático, una confianza excesiva o las prisas pueden ser suficientes.

En ciberseguridad, ser un poco desconfiado no es exagerado, es inteligente. Revisar antes de aceptar, no compartir códigos, desconfiar de lo “demasiado fácil” y extremar la precaución en espacios públicos puede marcar la diferencia entre un susto y un fraude consumado.

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