Quedan menos de veinte días para que vuelvan a girar los bombos del Sorteo Extraordinario de Navidad y, aunque no queramos admitirlo, muchos estamos fantaseando ya con qué haríamos si nos tocara El Gordo y qué agujeritos taparíamos. Pero hay un detalle que pocos tienen presente: no todo el mundo puede comprar un décimo. Y si perteneces a uno de los perfiles prohibidos por ley, ganar no serviría de nada, porque no podrías cobrar el premio.
La normativa no es específica del Sorteo de Navidad. Procede de la Ley 13/2011 de regulación del juego, cuyo objetivo es proteger a los colectivos vulnerables, evitar conflictos de interés y garantizar que el sistema sea completamente transparente.
Quiénes tienen prohibido participar en la Lotería de Navidad
Según el artículo 6 de la Ley 13/2011, hay varios perfiles con participación vetada en juegos de azar estatales, incluido el Sorteo de Navidad. Si alguno de ellos resulta ganador, SELAE no podrá pagarle el premio.
1. Menores de 18 años
Es una prohibición absoluta. SELAE realiza controles en puntos de venta y en su canal online para impedir su participación.
2. Personas con una restricción judicial
Incluye a quienes, por resolución judicial, tienen limitada la capacidad para administrar bienes o participar en actividades de juego.
3. Personas inscritas en el RGIAJ (autoexclusión)
Son ciudadanos que han pedido voluntariamente su exclusión por problemas de juego, o que han sido inscritos por decisión judicial o administrativa.
4. Personal vinculado al sorteo o a su organización
No pueden participar:
- Empleados implicados en la gestión o control del juego.
- Personal que interviene en la producción u organización (incluidos bombos y dispositivos).
- Personas con acceso a información privilegiada.
5. Altos cargos de los organismos reguladores
El presidente, consejeros y directivos del regulador del juego, así como sus cónyuges o ¿Qué ocurre si una persona prohibida compra un décimo y gana?
La ley lo deja claro: no podrá cobrar el premio
En premios iguales o superiores a 2.000 euros es obligatoria la verificación de identidad. Si el ganador pertenece a un colectivo prohibido, SELAE debe bloquear el pago.
Además, tanto el punto de venta como la persona que facilite la participación de un prohibido pueden enfrentarse a sanciones previstas en la Ley 13/2011.
El error más común: "el décimo es para mi hijo"
Cada año ocurre lo mismo: muchas familias compran un décimo “para el niño”, es decir, como regalo para un menor. Pero la ley es tajante: los menores no pueden jugar, aunque el décimo sea simbólico o lo guarde un adulto.
En la práctica, el menor no figura como participante y el premio lo cobra siempre el adulto que presenta el resguardo.
Es totalmente legal regalar un décimo a un menor, pero a efectos jurídicos el jugador real es el adulto que lo custodia y lo cobra, nunca el menor.
¿Y si el décimo es compartido con alguien que no puede jugar?
Aquí vienen los problemas reales. Si la participación está compartida con alguien incluido en un colectivo prohibido (por ejemplo, una persona inscrita en el RGIAJ), su parte del premio quedará bloqueada porque legalmente no puede jugar. El resto de los participantes sí podrán cobrar, siempre que acrediten su porcentaje.
Para evitar conflictos:
- Deja por escrito quién participa y en qué proporción.
- Haz una foto del décimo y compártela con todos.
- Conserva mensajes o correos que demuestren el acuerdo.
¿Por qué existen estas prohibiciones?
Estas restricciones no buscan limitar la ilusión del sorteo, sino proteger a quienes pueden resultar más vulnerables y garantizar que el sistema funcione con total transparencia. En el caso de los menores, la ley impide que accedan a actividades económicas que implican riesgo; para las personas inscritas en registros de autoexclusión, la finalidad es evitar que recaigan en un hábito del que intentan alejarse. También se pretende salvaguardar la integridad del propio sorteo, impidiendo que exista cualquier tipo de privilegio o conflicto de interés entre quienes participan en su organización o supervisión.
En definitiva, el objetivo es asegurar que todos los jugadores compitan en igualdad de condiciones, sin accesos privilegiados ni ventajas indebidas. Si alguien participa, debe hacerlo en un entorno justo, seguro y estrictamente regulado.







