Con la llegada del frío, muchas personas encienden la calefacción con la esperanza de que sus radiadores calienten de forma rápida y eficiente. Sin embargo, a veces el problema no está en el aire atrapado —que se soluciona purgando—, sino en algo más sencillo: el polvo acumulado. Sorprendentemente, la solución puede estar en un aparato que todos tenemos en casa: tu secador de pelo.
¿Por qué no calientan bien los radiadores?
Cuando la calefacción está encendida, el aire caliente sube y el frío baja, generando un flujo constante que hace que partículas como pelusas, polvo y suciedad se depositen en las ranuras del radiador. Estas capas actúan como aislante y dificultan que el calor se distribuya correctamente.
Muchas veces damos por sentado que el fallo viene de un purgado mal hecho o de un mal diseño, pero en realidad basta un poco de limpieza para mejorar significativamente su rendimiento.
El truco casero que no sabías que necesitabas
- Apaga la calefacción y deja que el radiador se enfríe. Esto es muy importante para evitar quemaduras o dañar el aparato.
- Limpia la superficie exterior. Usa un paño o una esponja húmeda para quitar el polvo visible.
- Prepara el suelo. Coloca una toalla o trapo debajo del radiador para recoger la suciedad que caiga.
- Utiliza el secador de pelo. Ponlo en modo de aire frío o baja intensidad y dirígelo hacia las rendijas y los huecos del radiador. Gracias a la presión del aire, se expulsará buena parte del polvo acumulado en zonas difíciles.
- Limpieza final. Una vez hayas “soplado” el interior, puedes usar agua tibia con un detergente suave para fregar las zonas que aún permanezcan sucias.
Este método, además de simple, es muy eficiente: mejora la transmisión del calor sin necesidad de recurrir a un fontanero ni a una purga tradicional.
¿Por qué funciona tan bien?
El polvo y la suciedad actúan como un aislante térmico que impide que el radiador transfiera el calor correctamente. Al eliminarlos con aire, se restaura el flujo natural de convección entre el radiador y la habitación.
Además, el uso del secador no tiene nada que ver con la purga: no estás liberando aire interior, sino limpiando físicamente las rendijas para que el radiador pueda “respirar” de forma adecuada.
Beneficios más allá del calor
Ahorro energético. Al mejorar su eficiencia, tus radiadores necesitarán menos tiempo para calentar, lo que puede redundar en una factura de calefacción más baja.
Mantenimiento fácil y frecuente. No necesitas esperar a la revisión anual de la calefacción: con este truco puedes limpiar los radiadores tú mismo siempre que veas polvo acumulado.
Menor desgaste. Al evitar intervenciones complicadas como purgas o reparaciones, estás contribuyendo a que el sistema de calefacción dure más sin averías frecuentes.
¿Cuándo conviene hacer esto?
Este truco es ideal justo antes de encender la calefacción en temporada de frío, cuando los radiadores han estado mucho tiempo sin uso y acumulan polvo. Pero también es útil durante el invierno, si notas que un radiador calienta más lento de lo normal o se comporta de forma desigual.
Precauciones a tener en cuenta
- No uses el secador con el radiador caliente: espera siempre a que esté templado o frío.
- Usa aire frío o baja potencia, nunca calor, para evitar dañar partes internas del radiador.
- No olvides proteger el suelo con una toalla para recoger la suciedad que se expulse.
- Después de soplar con el secador, asegúrate de limpiar con agua y jabón suave para retirar cualquier partícula suelta.
¿Cuándo sí hay que purgar?
Este truco no sustituye totalmente la purga tradicional. Si un radiador está frío en la parte superior o escuchas ruidos extraños, puede haber aire atrapado que requiere purgarse con la llave correspondiente.
Además, si notas que la presión de tu caldera baja al purgar, es una señal de que el sistema necesita ser revisado o recargado, ya que un sistema con poca presión no funcionará correctamente.
Sorprendentemente, no necesitas un fontanero ni herramientas sofisticadas para mejorar el rendimiento de tus radiadores. Con algo tan común como un secador de pelo, puedes limpiar profundamente las rendijas, eliminar el polvo aislante y recuperar la eficiencia de la calefacción. Es un truco casero, barato y muy efectivo que muchos desconocen.





