La madrugada del domingo 26 de octubre, a las 03:00 volverán a ser las 02:00 en la península (en Canarias, de 02:00 a 01:00). Ese día tendremos 25 horas, lo que significa que podremos dormir una hora más. Es el tradicional cambio al horario de invierno, una costumbre que se repite desde hace décadas y que sigue generando debate: ¿por qué lo mantenemos, qué efectos tiene y hasta cuándo seguirá en vigor?
La fecha clave (y qué hay que hacer)
- Cuándo: madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre de 2025.
- Qué hacer: atrasar el reloj una hora.
- Resultado: el domingo durará 25 horas, con un amanecer más temprano y anochecer en torno a las 18:00 en Madrid.
¿Desde cuándo se cambia la hora en España?
Aunque hoy lo vivimos como algo rutinario, el primer cambio de hora en España se produjo en 1918, como medida de ahorro de carbón. Desde entonces se aplicó de manera intermitente hasta que en 1974, durante la crisis del petróleo, se consolidó como norma en nuestro país y en el resto de Europa.
En la historia no faltan curiosidades: durante la Guerra Civil, cada bando llegó a manejar su propio huso horario; y en 1940, Franco adelantó una hora los relojes para alinearse con la Alemania de Hitler y los países de Europa Central, un ajuste que nunca se revirtió.
Desde 1996, el horario de invierno se fija el último domingo de octubre, y el de verano, el último domingo de marzo. Es una tradición que compartimos con todos los países de la Unión Europea, aunque su futuro está en discusión.
Por qué seguimos cambiando la hora
En España, el cambio de hora se implantó de forma regular en 1974, en plena crisis del petróleo, con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo eléctrico. La idea era clara: adaptar nuestras rutinas a las horas de sol para gastar menos en iluminación artificial.
Hoy, sin embargo, el beneficio es muy discutido. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y el propio Ministerio para la Transición Ecológica reconocen que no existen informes recientes que demuestren un ahorro significativo. Con la llegada de bombillas LED, sistemas de climatización eficientes y autoconsumo solar, los expertos creen que el supuesto ahorro es mínimo o incluso inexistente.
Un poco de historia: de Franklin al siglo XXI
La idea de ajustar los relojes para aprovechar mejor la luz solar tiene más de dos siglos. El político e inventor Benjamin Franklin, embajador en Francia, publicó en 1784 un ensayo satírico en el Journal de París donde proponía madrugar más para gastar menos en velas y aceite.
El primer cambio de hora oficial se aplicó en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, con el objetivo de ahorrar combustible. Desde entonces, muchos países fueron adoptando y adaptando esta medida, que en España se consolidó décadas más tarde, en los años 70.
¿Cómo afecta a la salud?
Atrasar y adelantar el reloj dos veces al año altera nuestro reloj biológico o ritmo circadiano, lo que genera un “mini jet lag”. Durante los días posteriores pueden aparecer:
- Cansancio y somnolencia.
- Irritabilidad o cambios de humor.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Menor concentración y productividad.
Los efectos son más evidentes en niños, mayores y personas con problemas de sueño o ansiedad. Además, la falta de luz por la tarde puede afectar al estado de ánimo de algunas personas.
¿Será el último cambio de hora?
En 2019, el Parlamento Europeo votó a favor de eliminar los cambios de hora a partir de 2021, después de que una encuesta revelara que el 84% de los ciudadanos europeos estaba a favor de acabar con ellos.
Pero la pandemia y la falta de consenso entre países dejaron la propuesta en suspenso. El principal obstáculo es decidir si mantener de forma permanente el horario de verano (más horas de luz por la tarde) o el horario de invierno (más ajustado al sol y, según los expertos, más saludable).
En España, el CIS recogió en 2018 que el 65% de los ciudadanos prefería quedarse con el horario de verano, pero el Gobierno aún no ha tomado una decisión oficial.
Lo que ocurrirá en los próximos años
Por el momento, el BOE ya ha fijado las fechas hasta 2026:
- 26 de octubre de 2025: cambio al horario de invierno.
- 29 de marzo de 2026: cambio al horario de verano.
- 25 de octubre de 2026: cambio al horario de invierno.
Después de esa fecha, será necesario que la Unión Europea retome el debate. Lituania, que asumirá la presidencia del Consejo de la UE en 2027, ya ha anunciado que quiere volver a poner el asunto sobre la mesa, aunque nadie se atreve a fijar una fecha definitiva para el “último cambio de hora”.
Consejos para adaptarte mejor
Ajusta tu rutina unos días antes, adelantando la hora de acostarte y levantarte en tramos de 10–15 minutos.
- Busca luz natural por la mañana, ayuda a sincronizar tu reloj interno.
- Evita pantallas antes de dormir y procura cenas ligeras.
- Mantén horarios regulares de comidas y actividad para estabilizar el organismo.
Pero mientras se decide si dejamos de mover las manecillas del reloj dos veces al año, este 26 de octubre volveremos a preguntarnos lo de siempre: “¿Dormimos una hora más o una hora menos?