El otoño ha hecho su entrada de manera contundente esta semana, con un notable desplome de las temperaturas que ha obligado a muchos a rescatar la ropa de abrigo antes de lo esperado, o a lucir una piel de gallina a primera hora de la mañana. Sin embargo, que no cunda el pánico: este anticipo invernal será breve, ya que las previsiones apuntan a la inminente llegada del tradicional veranillo de San Miguel, que nos regalará un cálido respiro durante el fin de semana.
Un inicio de otoño gélido y desapacible
Desde el arranque de la semana, una masa de aire frío, impulsada por una DANA situada en el sur de Francia, ha provocado un descenso drástico de los termómetros en gran parte de la península. Según el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo, las temperaturas se han situado entre 5 y 10 grados por debajo de lo normal para esta época del año.
Este descenso se ha notado especialmente en la mitad norte, con amaneceres gélidos y heladas en puntos de montaña y meseta. Ciudades como Soria han rozado el grado positivo, mientras que en León, Salamanca, Burgos o Segovia los termómetros han caído por debajo de los 5 grados. Durante el día, las máximas apenas han alcanzado los 20 grados en muchas de estas zonas, una sensación de frío acentuada por el viento del norte. Incluso en cotas altas del Pirineo se han registrado las primeras nevadas débiles de la temporada, un recordatorio de que el invierno no está tan lejos.
Paralelamente, la inestabilidad ha dejado lluvias y chubascos intensos, especialmente en el área mediterránea. Cataluña, Baleares, la Comunidad Valenciana y Murcia han estado en alerta por tormentas que han dejado acumulaciones significativas de agua en poco tiempo, junto con un fuerte oleaje en la costa.
Calma, vuelve el calor: el veranillo de San Miguel al rescate
Pero este episodio otoñal tiene los días contados. La AEMET confirma un cambio de tendencia radical a partir del jueves, cuando las altas presiones se impondrán, estabilizando la atmósfera y dando paso a un progresivo ascenso de las temperaturas.
Este fenómeno coincide con el popularmente conocido como "veranillo de San Miguel", un episodio de tiempo estable y cálido que suele producirse en torno a la festividad del santo, el 29 de septiembre. No es un fenómeno meteorológico oficial, pero sí una tradición muy arraigada en España, esperada cada año como ese último “regalo” del buen tiempo antes de octubre.
De cara al fin de semana, se espera un ambiente plenamente soleado y con temperaturas más propias del final del verano que del comienzo del otoño. Los valores diurnos serán altos para la época, superándose los 30 grados en amplias zonas del centro, sur y nordeste peninsular. El calor será especialmente notable en el valle del Guadalquivir, donde los termómetros podrían escalar hasta los 32 o 34 grados.
Así que, aunque el otoño nos haya mostrado su cara más severa, todo indica que podremos disfrutar de unos días más de sol y calor antes de que el tiempo se asiente definitivamente en la nueva estación. Una tregua perfecta para aprovechar las terrazas y actividades al aire libre, antes de que el verdadero otoño imponga sus primeras jornadas de frío continuado.