Cada mes, miles de trabajadores en España viven la misma situación: reciben su nómina, un documento que debería ser sinónimo de transparencia, y la miran como si fuera un jeroglífico. Se busca con la mirada la cifra final, el "líquido a percibir", y se ignora un laberinto de siglas y conceptos que generan más dudas que certezas.
Si te sientes así, no es tu culpa. Según Julia Mediano, Jefa de Ventas en PayFit España, empresa experta en nóminas y RRHH, el problema es de origen:
“Las nóminas están diseñadas únicamente con el fin de cumplir con la normativa, no para ser comprendidas”.
Este enfoque, explica, convierte el documento en algo "denso" y de difícil lectura. El impacto es tan real que, según un estudio de PayFit e IPSOS que cita la experta, “el 43% de los trabajadores jóvenes tiene dificultades para entender los impuestos que aparecen en su nómina.”
El ‘diccionario’ para descifrar la jerga de tu nómina
La experta señala que la gran barrera son los términos que no se traducen en dinero inmediato. Aquí desgrana los más conflictivos para que, por fin, los entiendas:
- Base de Cotización (BC): Mediano la define como la "cifra clave". No es tu sueldo bruto ni el neto, sino el importe sobre el que se calculan tus aportaciones y del que dependerá lo que cobres en una baja, en el paro o tu futura pensión.
- Contingencias Comunes (CC): Es tu aportación para estar cubierto ante una enfermedad común (una gripe, por ejemplo) o un accidente fuera del trabajo.
- Contingencias Profesionales (CP): Similar al anterior, pero te protege específicamente de accidentes laborales o enfermedades causadas por tu profesión.
- FOGASA (Fondo de Garantía Salarial): La experta lo describe como un "salvavidas". Es un fondo que te protege si la empresa no pudiera pagarte el sueldo o una indemnización.
- IRPF (Impuesto sobre la Renta): Mediano insiste en que no es un impuesto final, sino “un anticipo de la declaración anual”. Por eso, cada año se ajusta en la Renta.
La gran duda: ¿Cuánto dinero va a Hacienda y cuánto a mi "hucha" del futuro?
Una de las mayores fuentes de confusión, según la experta, es no saber a dónde va cada euro que se descuenta. Ella lo simplifica en dos grandes bloques:
- A Hacienda (el IRPF): Es el adelanto que tu empresa paga en tu nombre para la declaración de la Renta.
- A la Seguridad Social (Cotizaciones): Aquí entran las contingencias, el desempleo, la formación, etc. Este dinero, subraya Mediano, “financia las coberturas sanitarias, las bajas, el paro o las futuras pensiones”. A esto se suman conceptos recientes que, según ella, han complicado aún más la comprensión, como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
Bonus, pagas extra y bajas: el consejo clave de la experta
Otro punto ciego para muchos trabajadores son los ingresos variables. “La nómina refleja la base de cotización, pero no explica fácilmente qué porcentaje del salario corresponde cobrar según el tipo de incapacidad y los días de baja”, advierte Mediano.
Su consejo práctico para no perderse es claro:
“Fijarse siempre en la base de cotización (BC), porque de ahí salen tanto las pagas extra como las prestaciones por baja”.
El error de mirar solo la cifra final
Para la especialista, limitarse a mirar el "líquido a percibir" es un error que nos impide tener el control. "Es vital comprender qué impuestos se destinan a qué instituciones, porque así entendemos qué derechos estamos garantizando con cada descuento", afirma.
Esta complejidad lleva a una resignación preocupante. Según los datos que maneja Mediano, “solo un 33% de los empleados consulta al departamento de RRHH”. La comparación internacional es reveladora: "El 54% de los españoles dice entender la nómina, frente al 73% en Reino Unido o el 29% en Francia".
Para mejorar, Mediano pone como ejemplo las soluciones que ya existen: “En el norte de Europa hay programas de educación financiera en el entorno laboral”. Concluye que, aunque la tecnología como las nóminas interactivas es un gran avance, “el papel de RRHH seguirá siendo clave”.