El eco de las sirenas y las noticias sobre ahogamientos han marcado este verano, pero como advierte la Dra. Pilar Durán, médico especialista en Anestesiología y experta en Soporte Vital, el riesgo no acaba con la temporada de baños. “Hemos sufrido uno de los veranos con más víctimas por ahogamiento, pero el riesgo no cesa. Los atragantamientos suceden durante todo el año”, recuerda la directora de CursosRCP.com.
“Un bocado mal tragado o un pequeño objeto en manos de un niño puede convertirse en una emergencia vital en cuestión de segundos”, advierte la especialista, que insiste en que la clave no es el pánico, sino el conocimiento: pedir ayuda, aplicar las maniobras adecuadas y mantener la calma marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
Señales de alarma: cómo identificar que alguien se está asfixiando
La especialista subraya que lo primero es reconocer la diferencia entre una simple tos y una obstrucción total.
“Cuando la obstrucción es completa, la persona es incapaz de hablar o toser, no puede emitir sonidos y podemos apreciar la cara congestionada, de color rojo oscuro o morado”.
Ese gesto que tantas veces hemos visto en el cine no es una exageración: “La víctima suele llevarse las manos al cuello”, confirma la doctora, como un instinto universal para pedir ayuda.
Así se realiza la maniobra de Heimlich en adultos
Antes de nada, hay que inclinar a la persona hacia delante, indica la experta. A partir de ahí, el protocolo es claro:
- “Primero empezaremos dando hasta 5 golpes secos en la espalda con la palma de la mano”, señala.
- Si no funciona, llega la maniobra de Heimlich: “Nos situaremos detrás de la víctima, rodeando con nuestros brazos la parte superior del abdomen y colocaremos el puño cerrado de una mano entre el ombligo y el tórax… empujaremos bruscamente hacia dentro y arriba”.
El error más común, advierte, es la lentitud.
“Si las compresiones son lentas, la maniobra no será eficaz. Debe ser fuerte y rápida”.
En bebés: qué hacer (y qué nunca hacer)
Con los más pequeños, las pautas cambian. “Nunca debemos meter un dedo a ciegas, pues podríamos empujarlo y empeorar la obstrucción”, insiste la doctora.
En este caso, el procedimiento correcto es:
- Sentarse, colocar al bebé boca abajo sobre las piernas con la cabeza en declive.
- Dar hasta 5 golpes en la espalda, entre los omóplatos.
- Si no funciona, girarle boca arriba, siempre con la cabeza más baja, y aplicar hasta 5 compresiones con dos dedos en el centro del pecho.
Y un recordatorio crucial: “Nunca en el abdomen, pues podríamos lesionar los órganos abdominales”.
Si estás solo: cómo salvarte la vida
La experta describe este escenario como aterrador, pero no imposible de superar.
“Podemos sustituir las palmadas en la espalda empujándonos de espaldas contra una pared, y la maniobra de Heimlich utilizando el respaldo de una silla”.
Antes de intentarlo, recomienda marcar el 112 en el móvil en manos libres, dejar la puerta de casa abierta y tratar de avisar a un vecino.
Los culpables más habituales
La Dra. Durán recuerda que niños y mayores son los más vulnerables.
- En niños: monedas, piezas de juguetes, pilas de botón y alimentos como frutos secos, arándanos y salchichas. Sobre estas últimas, la experta advierte: “Las salchichas deben cortarse en semicírculos, pues es muy frecuente que los niños se atraganten si se cortan en rodajas”.
- En mayores: la carne es el gran enemigo, debido a la dificultad para masticar.
La conclusión de la experta
Su mensaje es claro: aprender estas maniobras salva vidas. “Conocer cómo actuar en situaciones críticas hace que cualquier ciudadano pueda salvar vidas”, subraya.
Un curso breve de Soporte Vital puede convertir a cualquiera en ese héroe anónimo que marca la diferencia.