Este fin de semana, del 4 al 9 de septiembre de 2025, Villena se viste de gala con sus célebres fiestas de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Nacional. El origen de esta tradición se remonta a 1474, cuando la Virgen de las Virtudes, patrona de la ciudad, liberó a Villena de la peste, dando inicio a una romería anual en su honor.
Durante seis días, las calles de Villena se llenan de música, pólvora y pasión festiva. Catorce comparsas; siete moras y siete cristianas, desfilan en un despliegue de color y arte textil, acompañado por más de 80 bandas de música que entonan marchas moras, cristianas y pasodobles exclusivos.
Entre las piezas más emblemáticas está el pasodoble La entrada, compuesto en 1922 por Quintín Esquembre especialmente para este desfile. La fiesta se estructura en múltiples actos con raíces religiosas, militares, históricas y populares. La parte militar procede de la soldadesca, una milicia que acompañaba antiguamente a la Virgen con salvas de arcabucería.
La recreación teatral de la Conversión del moro al cristianismo, así como embajadas, guerrillas y procesiones, forman parte de la faceta histórica de la fiesta. Lo popular y social está en el corazón de las celebraciones: son los propios festeros, junto al público, quienes dan vida y sentido colectivo a cada acto.
Uno de los momentos que prende el espíritu festivo es el espectáculo de fuegos artificiales, conocidos como los castillicos, que iluminan el cielo desde el Castillo de la Atalaya la noche del jueves 4. El viernes 5, el desfile de la Gran entrada despliega trajes deslumbrantes y una precisión casi coreográfica, al son del pasodoble que marca el pistoletazo de salida. El sábado 6, los desfiles arrancan con la Diana, seguida de la Guerra, embajadas y la espectacular Gran Cabalgata.
Este año, la comparsa de Cristianos desfilará con escuadras especiales (Aradias, Rey Rodrigo, Caballeros del Cid y Caballeros de la Mano Alada), interpretando pasodobles el día 5 y marchas cristianas el día 6. Además, el histórico Pacto de la Alianza entre los Cristianos y Estudiantes cumple su 150º aniversario, una tradición local con fuerte carga simbólica
Anécdotas que conquistan el corazón
Entre las anécdotas que conquistan el corazón está la comparsa de Piratas, creada en 1939, cuya peculiaridad reside en su forma de desfilar: los socios realizan improvisadas volteretas y forman corro al son del pasodoble Paquito el Chocolatero, mientras los “cabezas de bloque” intentan contener su espontaneidad.
La música festera de Villena merece mención especial: muchas composiciones locales; como Cristianos de Villena o La entrada, son joyas poco conocidas fuera del entorno villenero y existe un renovado impulso por revalorizar este patrimonio musical.
Explosión colectiva
La plataforma Villena por la Paz ha aprovechado este momento para felicitar a la ciudad por su capacidad de convivencia cultural, remarcando el contraste positivo con otras regiones que no pueden celebrar en paz.
Estas fiestas de Moros y Cristianos en Villena combinan historia, fe, arte, música, humor y emoción en una explosión colectiva. Una experiencia inolvidable para quienes amamos la riqueza de las tradiciones españolas.