Lo que iba a ser una jornada tranquila de snorkel en familia terminó en un rescate contrarreloj. Ocurrió en Key Largo, en los Cayos de Florida, el pasado 1 de septiembre (Día del Trabajo en EE.UU). Allí, Richard Burrows, de 8 años, fue atacado por un tiburón de arrecife de puntas negras que le mordió la rodilla.
La mordida que lo cambió todo
Según informó el Miami Herald, el pequeño estaba acompañado por su padre y su hermana Rose, de 10 años, cuando el tiburón apareció de repente. La lesión fue “significativa”, pero la rápida reacción de la familia marcó la diferencia.
El padre, David Burrows, aplicó un torniquete improvisado para frenar la hemorragia, mientras Rose se mantuvo firme sujetando la pierna de su hermano, tal y como recogieron las grabaciones del 911.
Un rescate heroico en el mar
La suerte quiso que un capitán de buceo, Richard Hayden, escuchara la emergencia por radio y acudiera con su barco. Aplicó un segundo torniquete y guió a la familia hasta la marina Garden Cove, donde los servicios de emergencia ya estaban preparados. Desde allí, Richard fue trasladado en helicóptero al Hospital Jackson Memorial de Miami, donde los cirujanos lograron salvarle la pierna.
La fuerza de Rose
En las llamadas al 911, se escucha a la niña colaborando con su padre para detener el sangrado. La familia, que pidió respeto a su privacidad, destacó en un comunicado que están “inmensamente orgullosos de la fuerza de carácter y la compostura” de Rose durante el ataque.
Una recuperación esperanzadora
Tras la operación, el niño se encuentra estable. “Richard se está recuperando bien, recupera fuerzas cada día y está de buen ánimo. Esperamos que pronto pueda volver a disfrutar del océano y la vida marina junto a su hermana”, añadieron sus padres.
El riesgo de los tiburones en Florida
De acuerdo con expertos consultados por el diario Miami Herald, los tiburones de arrecife de puntas negras rara vez son agresivos con los humanos, pero sí pueden morder por “confusión de identidad”, sobre todo si hay restos de peces en el agua. De hecho, la pesca submarina —prohibida en gran parte de los Cayos de Florida— es una de las actividades que más atrae a estos animales.