Hace solo unos días, el presentador Jesús Calleja fue víctima de un bulo que corrió como la pólvora: un vídeo manipulado le acusaba de alegrarse de los incendios para lucrarse con placas solares en terrenos calcinados. Su reacción fue inmediata y contundente: no solo desmintió tener empresas de energía renovable, sino que anunció haber localizado al responsable y advirtió que se avecinaba una denuncia firme. Calleja dejó claro que estos bulos "son un caldo de cultivo" y que quien los crea podría arrepentirse por "tocar el bolsillo" de alguien real.
El suyo es solo el último de muchos casos. La imagen de David Broncano, por ejemplo, se usa sin parar para promocionar estafas con criptomonedas. Los bulos en redes sociales no distinguen entre famosos y anónimos, y cualquiera puede convertirse en víctima. Ver tu nombre asociado a una mentira que se comparte sin control genera impotencia y ansiedad.
Pero, ¿qué se puede hacer realmente? ¿Sirve de algo una simple captura de pantalla? Para resolver estas dudas, hemos consultado a María Espín, abogada de LE Morne Brabant Abogados, quien nos da una hoja de ruta clara para actuar con eficacia desde el primer minuto.
Paso 1: Actúa rápido y guarda las pruebas (pero hazlo bien)
Lo primero que se nos ocurre es hacer una captura de pantalla, pero su validez en un juicio es muy limitada. La abogada María Espín es tajante al respecto:
"Las capturas de pantalla simples no bastan, aunque pueden servir de referencia, pueden ser cuestionadas por manipulación".
Entonces, ¿cómo asegurar pruebas sólidas? La experta recomienda certificar el contenido digitalmente a través de servicios online que generan un acta con sello de tiempo o, para casos más graves, "acudir a un notario para que levante un acta notarial de constatación de contenido en internet, que es una de las pruebas más sólidas en juicio". Además, es fundamental guardar los enlaces completos (URLs) e intentar identificar quién fue la fuente original del bulo.
Cómo frenar el incendio: las tres vías para parar el bulo
Una vez aseguradas las pruebas, el objetivo es detener la difusión. La abogada aconseja actuar en varios frentes a la vez:
- Denuncia en la propia red social: Es la vía más rápida y directa.
- Exige la retirada por vía legal: Si la red social no actúa, se debe enviar un requerimiento formal (burofax).
- Denuncia ante la Policía o Guardia Civil: Espín subraya que esta vía es para "casos de especial gravedad, por ejemplo, si el bulo afecta a la reputación profesional, provoca acoso o suplantación de identidad".
Aunque la primera reacción sea escribirle a quien difundió el bulo, la experta lo desaconseja. "Contactar con quien lo difundió de forma personal o directa no es recomendable", insiste Espín, ya que la vía legalmente sólida y que deja constancia es el requerimiento fehaciente.
No es lo mismo un insulto que una acusación: Injurias vs. Calumnias
Dependiendo del contenido del bulo, se puede estar cometiendo uno de estos dos delitos contra el honor. La abogada María Espín aclara la diferencia:
- Calumnia: Ocurre cuando se te acusa falsamente de haber cometido un delito, sabiendo que es mentira. Por ejemplo, decir "Esta persona ha robado en su empresa".
- Injuria: Es cuando se ataca tu dignidad o fama con insultos o descalificaciones, pero sin imputar un delito. Por ejemplo, "Es un incompetente y un mal profesional".
Entender esta diferencia es clave, ya que las penas y la forma de actuar ante la justicia varían.
¿Qué le pasa al que lo inventa (o al que "solo" comparte)?
Mucha gente cree que compartir un bulo es inofensivo, pero la ley no lo ve así.
"Quien ‘solo comparte’ un bulo también puede ser responsable si lo hace de forma consciente", advierte la abogada.
Las consecuencias dependen de la gravedad: las injurias suelen castigarse con multas, mientras que las calumnias graves pueden llegar a suponer penas de hasta dos años de cárcel.
Espín añade un factor clave en el entorno digital: "En redes sociales, el efecto multiplicador de la difusión puede ser un factor agravante" a ojos de un juez.
Del daño moral a la cartera: Cómo pedir una indemnización
Si el bulo te ha causado un perjuicio real (ansiedad, la pérdida de un trabajo o la cancelación de un contrato), puedes reclamar. "Es posible reclamar una indemnización por daños y perjuicios, tanto morales como materiales", confirma la abogada.
Para que la reclamación prospere, explica que "es necesario acreditar tres elementos: la existencia del bulo, el daño causado y el nexo de causalidad", es decir, la relación directa entre la mentira y el perjuicio sufrido. Para ello, serán fundamentales las pruebas certificadas que guardaste al principio, junto a informes médicos, pruebas de un despido o contratos cancelados.
En definitiva, aunque ser víctima de un bulo es una experiencia muy desagradable, no estás indefenso. La clave es mantener la calma, actuar rápido para certificar las pruebas de forma válida y seguir los cauces legales para defender tu honor.