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Una experta desvela la verdad sobre los conejos 'zombis' o 'Frankenstein': "No son cuernos, y en conejos domésticos pueden transformarse en tumores"


¿Has visto las fotos de los conejos "con cuernos"? Te contamos qué son en realidad esas "púas" y por qué deberías preocuparte si tienes un conejo en casa


Conejo afectado por el virus del papiloma de Shope© Getty Images
26 de agosto de 2025 - 9:38 CEST

Las fotos parecen sacadas de una película de terror: conejos con cuernos, púas negras o verrugas gigantes en la cara. En redes sociales los han apodado “conejos Frankenstein” o incluso “conejos zombis”. Sin embargo, detrás de este fenómeno viral no hay mutaciones ni ciencia ficción, sino un virus que los expertos conocen desde hace casi un siglo.

Niña con un conejo blanco © Getty Images

No son cuernos: es el virus del papiloma de Shope

La veterinaria Ana Ramírez, de la red de clínicas Kivet (Kiwoko), lo aclara con contundencia:

“Lo que estamos viendo no son cuernos ni huesos que les crecen, sino verrugas de gran tamaño producidas por un virus muy específico: el virus del papiloma de Shope”.

Este virus provoca un crecimiento descontrolado de tejidos en la piel que genera protuberancias duras, oscuras y, en ocasiones, deformantes. En conejos salvajes de Norteamérica suelen remitir solos, pero en los domésticos el riesgo es mucho mayor.

“Los conejos de compañía no tienen la misma adaptación al virus que los silvestres. Esto los hace más vulnerables a que esas verrugas se transformen en tumores malignos”, advierte Ramírez.

Los signos de alerta en un conejo doméstico son la aparición de pequeñas verrugas oscuras en la cara, cerca de la boca o las orejas, pérdida de apetito o molestias si las protuberancias se ulceran.

conejo con papiloma de shope© Getty Images

El papel de las pulgas y garrapatas

El virus no se transmite por contacto directo entre animales, sino por insectos como pulgas, garrapatas y mosquitos. Por eso los casos se concentran en verano, cuando estos parásitos están más activos.

“Lo más importante es el control de parásitos externos”, subraya la veterinaria, que recomienda productos específicos, desparasitación frecuente y evitar zonas con fauna silvestre.

La buena noticia: no hay riesgo de contagio a personas ni a otras mascotas. En ciervos pueden verse verrugas similares, pero se trata de virus distintos que afectan solo a esa especie.

razas de conejos© Adobe Stock

¿Existe tratamiento?

En la naturaleza lo habitual es no intervenir, ya que el sistema inmune puede eliminar la infección. Pero en conejos domésticos sí hay opciones.

“No existe un medicamento específico, pero sí se pueden tratar las complicaciones y, en casos graves, extirpar quirúrgicamente los tumores para mejorar la calidad de vida del animal”, explica Ramírez.

Lejos de ser monstruos de laboratorio, los llamados “conejos Frankenstein” son víctimas de un virus antiguo que incluso inspiró el mito del jackalope en Estados Unidos y ayudó a la ciencia a descubrir vínculos entre los virus y el cáncer. La clave, dicen los expertos, está en la prevención: mantener a raya pulgas y garrapatas para que la ficción no se convierta en problema real en casa.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.