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The New York Times se rinde ante la siesta española: no es pereza, es "sentido común"


El prestigioso diario estadounidense ha destacado en dos ocasiones la costumbre española, primero como una estrategia ancestral para huir de las altas temperaturas y después como una herramienta científicamente probada para mejorar el rendimiento


siesta© Adobe Stock
23 de agosto de 2025 - 11:48 CEST

En un mundo que busca desesperadamente soluciones futuristas contra las olas de calor, uno de los periódicos más influyentes del planeta, The New York Times, ha puesto su mirada en el pasado de España para encontrar respuestas. Y lo que ha descubierto no es tecnología punta, sino algo que nuestras abuelas llevan defendiendo toda la vida: la siesta. El diario no solo la ha ensalzado como una tradición llena de lógica, sino que la ha calificado como una estrategia de "sentido común".

Sede del periódico de New York Times© Getty Images

No es la primera vez que lo hacen. A finales de 2024, ya la habían descrito como una "droga que mejora el rendimiento sin la parte de la droga". Ahora, en un reciente artículo de agosto de 2025 sobre cómo España lleva siglos lidiando con el calor extremo, vuelven a la misma conclusión: dormitar a mediodía no es un capricho, es una herramienta de supervivencia.

La siesta: una lección de historia contra el cambio climático

El artículo más reciente del The New York Times viaja hasta Sevilla, una ciudad que describen como un "horno del sur de Europa", para analizar sus mecanismos de adaptación. Lejos de buscar soluciones complicadas, el periódico destaca cómo las viejas costumbres españolas, como los toldos en las calles, los muros gruesos y las persianas bajadas, son lecciones magistrales de eficiencia energética.

En este contexto, el diario afirma que "la tradicional siesta no es casual". La presenta como la cumbre de una cultura que ha entendido que la mejor forma de luchar contra el calor es evitarlo. En lugar de desafiar al sol en las horas más duras, la vida en el sur de España se detiene, se refugia en la oscuridad y el fresco del hogar, y se reactiva cuando el calor amaina. Es un ritmo de vida que, según sugiere el medio, un "continente cada vez más incómodo" por el calor podría necesitar copiar.

La ciencia lo confirma: la siesta es un chollo para el cerebro

Lo más interesante es que esta sabiduría popular está completamente respaldada por la ciencia, algo que el propio The New York Times ya había detallado en un artículo anterior dedicado a los beneficios de dormir a mediodía.

Citando a psicólogos del sueño e investigadores de prestigiosas universidades como Duke, el periódico explicaba que una buena siesta puede:

  • Mejorar la claridad de pensamiento.
  • Aumentar la rapidez de reacción.
  • Levantar el ánimo y mejorar la memoria.

En resumen, mientras una parte del mundo recurre a la cafeína para combatir el bajón de la tarde, la ciencia, a través de este prestigioso medio estadounidense, confirma que un breve descanso es mucho más reparador y no tiene efectos secundarios.

Padre e hijo echando la siesta © Getty Images

Cómo echar la siesta perfecta, según los expertos citados por el NYT

Pero cuidado, la siesta es un arte. Para que sea realmente efectiva, los científicos del sueño recomiendan seguir unas reglas muy concretas. Si quieres aprovechar sus beneficios, esto es lo que debes hacer:

  • El momento ideal: El mejor momento es entre 6 y 8 horas después de despertarte por la mañana. Es cuando el cuerpo sufre un "bajón circadiano natural" y está más receptivo.
  • La duración perfecta: 20 minutos. Es el tiempo justo para entrar en las fases más ligeras y reparadoras del sueño. Te despertarás fresco y sin la sensación de aturdimiento. Si estás muy falto de sueño, una siesta de 90 minutos permite un ciclo completo, pero evita las duraciones intermedias.
  • Ponte siempre una alarma. Saber que vas a despertar a tiempo te permitirá relajarte de verdad y conciliar el sueño más fácilmente.
  • No te obsesiones con dormir. Los expertos aseguran que incluso si solo descansas con los ojos cerrados en un estado de duermevela, tu cerebro se beneficia, fomentando la creatividad y la resolución de problemas.
  • Despiértate bien. Tras la alarma, date unos minutos. Busca la luz del sol, muévete un poco o salpícate la cara con agua fría para mandar a tu cerebro la señal de que es hora de activarse.

Así que la próxima vez que sientas la tentación de bajar la persiana después de comer, no te sientas culpable. No eres un perezoso; estás poniendo en práctica una estrategia de supervivencia ancestral validada por la ciencia y elogiada, por partida doble, por The New York Times.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.