El verano puede ser una fiesta para ti… pero un riesgo silencioso para tu perro. Las altas temperaturas (estamos atravesando una ola de calor que parece interminable) no distinguen entre cachorros juguetones o veteranos de más de diez años: todos pueden sufrir un golpe de calor, una urgencia veterinaria que puede poner en riesgo su vida en cuestión de minutos.
En palabras de los expertos de la Fundación ONCE del Perro Guía y de Royal Canin, la prevención empieza con ser un cuidador responsable y entender que los perros son tan vulnerables al calor como las personas —en algunos casos, incluso más—.
¿Qué es un golpe de calor y cómo reconocerlo?
Un golpe de calor es un aumento brusco de la temperatura corporal por encima de los 42 °C. Puede ocurrir tras hacer ejercicio intenso en horas de calor, permanecer en un coche cerrado o estar en un espacio mal ventilado. Los signos de alarma incluyen:
- Salivación excesiva
- Respiración acelerada
- Temblores musculares
- Pérdida de fuerza o apatía
- Encías con un tono azulado
Si detectas alguno de estos síntomas, la prioridad es acudir de inmediato al veterinario.
Prevención: el escudo contra el calor
Los especialistas recomiendan:
- Agua siempre disponible y fresca, también por la noche. Los cachorros, en especial, pueden “olvidar” beber.
- Sombra y ventilación: un rincón fresco para refugiarse y nunca, bajo ninguna circunstancia, dejar al perro en un coche (ni con las ventanillas abiertas).
- Rutina adaptada: evita paseos en las horas centrales y busca zonas con sombra. Lleva agua en cada salida.
- Protección de almohadillas: el asfalto puede quemar sus patas en minutos. Comprueba la temperatura con la mano antes de salir.
La alimentación en días de calor
El apetito de tu perro puede disminuir, pero no es motivo para cambiar su dieta sin supervisión veterinaria. Una buena idea es combinar pienso seco con alimento húmedo de igual calidad nutricional, lo que ayuda a aumentar la ingesta de agua. Si viajas, lleva siempre su comida habitual y ajusta la ración a su nivel de actividad.
Cuida su piel y su pelo
El pelaje protege la piel del sol; rasurarlo en exceso puede causar quemaduras. Consulta antes con tu veterinario. Puedes refrescarlo mojándolo, pero evita que permanezca húmedo durante mucho tiempo para no dañar la piel.
Playa sí, pero con normas
Según advierten los especialistas de la Fundación ONCE del Perro Guía y de Royal Canin, disfrutar de la playa con un perro es perfectamente posible siempre que se tomen ciertas precauciones. Una de las más importantes es evitar que beba agua del mar, ya que —como recuerdan— puede provocar desde trastornos digestivos leves hasta intoxicaciones graves. Por ello, aconsejan llevar siempre agua dulce y fresca para ofrecérsela con frecuencia y así reducir la tentación de hidratarse con agua salada.
También insisten en la necesidad de vigilar las corrientes y el estado del mar en todo momento. Incluso los perros que nadan bien pueden verse arrastrados por un cambio repentino en el oleaje, por lo que la supervisión constante es fundamental para prevenir accidentes.
Tras el baño, los expertos recomiendan aclarar al animal con agua dulce para retirar los restos de sal y arena que pueden irritar la piel, especialmente en las zonas más sensibles. Un buen aclarado y secado, subrayan, contribuye a que la experiencia en la playa sea segura y agradable para el perro.
La clave: anticiparse
Un golpe de calor avanza rápido y no entiende de edades, razas ni niveles de energía. Tanto si tu compañero es un cachorro curioso como si es un perro adulto tranquilo, su bienestar depende de que tomes medidas antes de que el calor se convierta en un enemigo invisible.
Como recuerdan desde la Fundación ONCE del Perro Guía y Royal Canin, la responsabilidad de cuidarlos recae siempre en nosotros: prevenir, observar y actuar rápido es la mejor forma de garantizar que el verano sea un placer… para todos.