“La improvisación financiera en agosto puede salir muy cara. Sin planificación, septiembre llega con números rojos”, advierte Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC e investigadora del grupo DigiBiz.
No hay una cifra única que ahorrar
Según explica, no existe una cantidad estándar que deba ahorrarse en agosto. “Va a depender de lo que quieras hacer: dar la vuelta al mundo, viajar por España o quedarte en casa. Lo importante es ajustar el gasto a tus objetivos y a tu presupuesto”, afirma.
La regla del 50/30/20 incluso en vacaciones
Para conseguirlo, recomienda aplicar la conocida regla del 50/30/20 incluso en un mes de mayores gastos como agosto.
“El 50 % es para gastos imprescindibles como vivienda, comida o suministros. El 20 % para ahorro, que debe apartarse en cuanto llegue la nómina: un 10 % a largo plazo y otro 10 % para imprevistos o metas a corto plazo. El 30 % restante es para gastos personales y ocio”, detalla.
Ese porcentaje para ocio —añade— se debe usar con flexibilidad: si en agosto se gasta más, conviene reducirlo en otros meses. También sugiere reservar desde principios de año una parte de ese 30 % específicamente para las vacaciones.
La paga extra y los errores más frecuentes
En relación con la paga extra de verano, aconseja que al menos un 20 % vaya destinado al ahorro y recuerda que las cuentas deben hacerse de forma anual. Entre los errores más habituales, menciona gastar toda la paga en vacaciones, ignorar los “gastos invisibles” como suscripciones olvidadas o compras pequeñas pero constantes, y caer en el “compra ahora y paga después” sin calcular su impacto real. “Las redes sociales y las facilidades de financiación nos empujan a consumir más de la cuenta, sobre todo en verano”, advierte.
Trucos para evitar septiembre en números rojos
Para no empezar el curso con el presupuesto en negativo, sugiere fijar un presupuesto concreto para las vacaciones, dividirlo por los días que durarán y ceñirse a él.
“Lo ideal es tener una cuenta aparte para ocio y vacaciones e ir alimentándola cada mes. Si no quieres complicarte, usa aplicaciones o herramientas del propio banco para clasificar gastos, pero revísalos tú para evitar errores de categorización”.
Además, aconseja revisar una vez al año el historial de gastos para detectar los que no aportan valor y recortarlos.
Si ya se ha gastado de más…
En caso de exceso, recomienda reajustar los meses siguientes reduciendo al mínimo el ocio y los gastos prescindibles: “La parte de ahorro es sagrada. Lo que se puede recortar está en el gasto personal y social”. Recuerda, además, que igual que en una dieta, “no se puede compensar un exceso de un día para otro; hace falta constancia y esfuerzo” para recuperar el equilibrio financiero.