Ir al contenido principalIr al cierre de página
Perro lamiendo a su dueña © Getty Images

Tu perro no te está "besando", te está pidiendo ayuda: lo que de verdad significa cuando te lame según una veterinaria

La veterinaria Adelaida Gómez explica las verdaderas razones detrás de los lamidos y cuándo pueden ser una señal de ansiedad o problemas de salud


12 de agosto de 2025 - 12:41 CEST

Ese lametón mañanero que te da tu perro en la mano. O esa persecución por el sofá hasta que consigue 'besarte' en la cara. Lo interpretas como puro amor, ¿verdad? Aunque a menudo lo es, la veterinaria Adelaida Gómez, de Kivet (la red de clínicas veterinarias de Kiwoko), nos desvela que este gesto tan común es en realidad un lenguaje secreto que puede significar desde "dame comida" hasta "estoy estresado". Señala que “lamer puede ser una forma de demostrar afecto y establecer un vínculo social, muy similar a cómo los lobos y otros cánidos se acicalan entre ellos en señal de cercanía y pertenencia al grupo”.

Perro lamiendo la mano a su dueño © Getty Images

Aclara que no siempre se trata únicamente de amor, ya que también puede ser una forma de comunicación o incluso una señal de sumisión. Indica que, en ciertos contextos, lamer puede reflejar nerviosismo, necesidad de atención o simplemente una forma de explorar el entorno, ya que la lengua del perro funciona como una herramienta sensorial. Añade que, “después de que una persona sude, algunos perros sienten atracción por el sabor salado de la piel”, y que, aunque puede tener un componente afectivo, los lamidos también pueden tener raíces más prácticas o emocionales complejas.

¿Un instinto de lobos en tu salón?

Gómez confirma que esta conducta tiene un origen ancestral. Explica que “en manadas de lobos, los cachorros lamen el hocico de los adultos como una forma de solicitar alimento regurgitado”, una práctica común en la vida salvaje. Añade que también es una manera de reforzar vínculos jerárquicos y sociales. Aunque los perros domésticos nunca hayan cazado ni vivido en manada, afirma que “conservan muchos comportamientos instintivos de sus ancestros”. Precisa que hoy, en lugar de lamer el hocico de un congénere, el perro puede lamer las manos o la cara de la persona con la que convive como parte de su forma natural de comunicación y afecto, e incluso como una manera de expresar su rol dentro de su “manada” actual: la familia con la que vive.

La señal de alarma que nunca debes ignorar

La veterinaria subraya que, aunque lamer puede ser un comportamiento normal, es importante observar la frecuencia y el contexto. 

“Cuando un perro lame de forma excesiva y repetitiva, ya sea a una persona, un objeto o incluso a sí mismo, puede estar manifestando una señal de ansiedad, aburrimiento o estrés” advierte la experta.

Explica que esta conducta, en ciertos casos, se vuelve compulsiva y sirve como autorregulación frente a situaciones que el animal no sabe cómo manejar. Añade que otro signo de alarma es cuando los lamidos se concentran en una parte específica del cuerpo, provocando irritación o incluso calvas, algo que puede estar relacionado con patologías o trastornos obsesivos. Recomienda, en esos casos, acudir a un veterinario o etólogo para evaluar si detrás de un simple lamido hay una necesidad emocional o médica que requiere atención.

Perro lamiendo a su dueño © Getty Images

La pregunta del millón: ¿es seguro que me lama la cara?

Gómez comenta que, desde una perspectiva afectiva, muchos dueños disfrutan de esta interacción, pero recuerda que “la boca de un perro contiene bacterias que […] pueden ser problemáticas para los humanos, especialmente si hay heridas abiertas, sistemas inmunitarios comprometidos o mucosas expuestas”. 

"Dejar que un perro lama la cara, por ejemplo, no es lo más recomendable desde el punto de vista médico" señala la veterinaria.

 Los lamidos en manos o pies representan un riesgo menor, pero la veterinaria aconseja aplicar prudencia, sobre todo si en el hogar hay niños pequeños o personas inmunodeprimidas.

El truco para frenarlo sin castigos (y sin dañar vuestro vínculo)

La veterinaria explica que lo más importante es entender que el perro no actúa con intención negativa. “El perro no lo hace con intención negativa, sino que está respondiendo a una necesidad o emoción”, recalca. Por ello, considera que castigar no es una solución efectiva. Recomienda redirigir la conducta de forma positiva, revisando si el animal tiene suficiente estimulación física y mental, incorporando paseos más largos, juegos interactivos o ejercicios de obediencia. Sugiere anticiparse al comportamiento desviando su atención con una orden sencilla, un juguete o una caricia en otra zona. Añade que, en algunos casos, puede ser necesario trabajar con un educador canino o etólogo para diseñar un plan personalizado.

Perros lamiendo © Getty Images

En definitiva, Gómez concluye que los lamidos son una forma de comunicación compleja que puede reflejar afecto, curiosidad o incluso malestar. Afirma que comprender su origen y contexto es clave para fortalecer el vínculo con nuestro perro desde el respeto y la empatía.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.