Si alguna vez pensaste que el mundo de los juguetes estaba reservado solo para los más pequeños, tal vez sea hora de reconsiderarlo. En los últimos años, ha surgido un fenómeno que ha ganado popularidad tanto entre coleccionistas como en redes sociales: Pop Mart, una marca china que ha llevado los muñecos coleccionables a un nuevo nivel.
¿Qué hace diferente a estos muñecos? Aunque en esencia se trata de una marca de juguetes, ha logrado transformar el concepto de coleccionismo con sus figuras de diseño, creadas por artistas de todo el mundo. Estos "art toys" se han convertido en mucho más que simples objetos para decorar, pues se han ganado un lugar en la cultura pop. Figuras como Labubu, Molly o Skullpanda han logrado conectar con una audiencia diversa, desde jóvenes hasta adultos, convirtiéndose en un fenómeno que va más allá de una simple moda pasajera.
El misterio de las 'cajas ciegas'
El concepto detrás de Pop Mart es casi tan adictivo como el de los sobres de cromos, ya que con ellos comparte un ingrediente principal: el misterio. Cada figura se vende dentro de una “caja ciega”, lo que significa que no sabes exactamente qué muñeco vas a conseguir hasta que lo abres. Esta característica genera una emoción particular, similar a la de abrir un huevo Kinder, pero sin el chocolate. Al igual que los Funkos, estos muñecos se han convertido en verdaderos objetos de colección, y algunos modelos han alcanzado precios altísimos en el mercado de reventa.
Aunque esta modalidad tiene sus detractores (¡quién no quiere elegir la figura que le gusta directamente!), lo cierto es que ha dado a Pop Mart una ventaja: los fans coleccionan cada "caja ciega" con la esperanza de encontrar el modelo más raro o limitado. Esto crea una suerte de juego de azar que engancha tanto a los coleccionistas serios como a aquellos que se dejan llevar por la moda.
La fiebre Labubu y su salto a la fama global
Uno de los principales responsables de este auge es, sin duda, Labubu, el monstruo peludo con ojos enormes y sonrisa inquietante. Este muñeco ha protagonizado una fiebre en las redes sociales gracias a su estética kawaii mezclada con un cierto toque gamberro.
Pero no solo la estética ha jugado a su favor: el fenómeno Labubu explotó cuando celebrities como Lisa, cantante del grupo coreano BLACKPINK, Rihanna, Emma Roberts, David Beckham o Brad Pitt, empezaron a mostrar su afición por estos muñecos. Este "efecto Lisa", donde una simple publicación de una famosa desencadena la locura entre los fans, hizo que la demanda se disparara a niveles estratosféricos.
Pop Mart llega para quedarse en Barcelona
La nueva tienda de Pop Mart en Barcelona, con 124 m² de espacio, marca un paso importante en la expansión de la marca en España. Situada en una de las avenidas más emblemáticas de la ciudad, el Portal de l’Àngel, esta tienda se encuentra justo en el corazón del Eixample, rodeada de grandes firmas internacionales y a pocos metros de Plaza de Catalunya. Esta ubicación estratégica coloca la tienda en una de las zonas comerciales más transitadas, lo que no solo la convierte en un punto de venta, sino en un espacio de encuentro para todos los apasionados de este fenómeno.
Al igual que su anterior pop-up en la calle Pelayo, la tienda ofrece una experiencia inmersiva, pero con la diferencia de que en esta ocasión el espacio se ha diseñado para ser un punto de referencia permanente.
Un fenómeno que se expande por Europa
Este es solo el inicio de una nueva etapa para Pop Mart, que no solo sigue creciendo en China, sino que se expande rápidamente por Europa. Además de las tiendas en Londres, París o Milán, Barcelona se suma a la lista de ciudades con presencia permanente de la marca, lo que demuestra su éxito y la creciente comunidad de coleccionistas que sigue de cerca cada nueva serie de figuras.
Y a medida que el mercado crece, Pop Mart sigue ofreciendo productos con nuevas ediciones limitadas, como figuras de Harry Potter o Disney, pero siempre buscando ese toque único que ha hecho de estos muñecos algo más que simples juguetes. Son piezas de arte coleccionables, auténticos objetos de deseo que siguen ganando adeptos a lo largo del mundo.