¿Tu perro te monta a ti o a otras personas y no sabes por qué? No estás solo. Aunque a menudo se piensa que este acto es solo una conducta sexual, la veterinaria Eva Sánchez-Paniagua, de Clinicanimal, aclara con precisión que “el montaje no siempre responde a un impulso reproductivo” y puede tener varias causas reales mucho más complejas.
Según Eva Sánchez-Paniagua, “la esterilización reduce significativamente las conductas relacionadas con la actividad hormonal reproductiva, pero no elimina aquellas que ya han sido aprendidas o reforzadas previamente, ni otras conductas que tienen un origen no hormonal”. Es decir, aunque tu perro esté esterilizado, puede montar por otras razones:
En perros esterilizados, esta acción puede deberse a excitación (no necesariamente sexual), exceso de energía, ansiedad, búsqueda de atención, estrés o incluso por imitación si ha observado esa conducta en otros animales.
Además, puede tratarse simplemente de “una comunicación social algo torpe o descontextualizada”, o una conducta aprendida porque “han aprendido que obtienen una reacción del entorno, sea positiva o negativa.
Cómo saber si es por juego, sexo o estrés
Para distinguir si el montaje es por sexualidad, juego o estrés, la clave está, según la veterinaria en “observar el contexto y el lenguaje corporal del perro”. Si el perro jadea, se muestra muy excitado, realiza movimientos pélvicos rítmicos y la situación se da en presencia de otros animales, podría tratarse de una conducta sexual, incluso si está esterilizado".
Ahora bien, también puntualiza que, si un perro monta durante momentos de euforia —como en medio de un juego o al recibir visitas— y muestra un lenguaje corporal relajado y juguetón, con la cola alta, movimientos rápidos o saltos, probablemente se trate de una conducta lúdica sin mayor preocupación.
En cambio, si este comportamiento aparece en contextos de tensión, aburrimiento o soledad, y va acompañado de acciones repetitivas como lamidos excesivos, vocalizaciones o signos de inquietud, podría ser una respuesta al estrés o a la frustración.
El ejercicio (físico y mental) como prevención
Para evitar que esta conducta se establezca o se mantenga, la especialista recomienda un buen equilibrio de actividad física y estimulación mental, recordando que “un perro con energía acumulada buscará salidas para liberarla” y que si no las tiene “elegirá sus propias formas… y ahí es cuando surgen conductas como el montaje.”
La veterinaria Eva Sánchez aconseja combinar el ejercicio físico diario —siempre adaptado a la edad, la raza y la condición física del animal— con actividades que estimulen su mente, como los juegos de olfato, los juguetes interactivos o el entrenamiento en obediencia positiva. También destaca la importancia de mantener una rutina con una estructura clara, ya que los perros necesitan cierta previsibilidad: saber qué va a ocurrir y cuándo les ayuda a sentirse seguros y en calma.
En resumen, y según nuestra experta: “un perro cansado y satisfecho mentalmente rara vez desarrollará comportamientos indeseados.”
Los errores que no deberías cometer
Sin embargo, muchos dueños cometen errores al intentar corregir esta conducta. Eva señala que regañar al perro sin tener claro si el origen del comportamiento es el estrés, la excitación o la falta de atención solo genera más frustración y no resuelve el problema.
También advierte que gritar, reírse o apartar al perro de forma exagerada puede interpretarse como una forma de atención, lo cual refuerza precisamente aquello que se intenta evitar.
El montaje es solo un síntoma, no el problema. Es la manera en la que un perro nos dice que algo necesita ser atendido: exceso de energía, emoción desbordada, necesidad de juego, estrés o simplemente una forma de comunicarse
La experta subraya, además, que los castigos físicos, la intimidación o el uso de técnicas aversivas no son eficaces y pueden tener efectos contraproducentes, como provocar miedo, aumentar el nivel de estrés o incluso desencadenar conductas agresivas.
Por último, la experta destaca que ignorar las señales previas es otro error habitual, ya que muchos perros muestran signos claros de excitación, aburrimiento o estrés antes de montar. Señala que, si no se interviene a tiempo, se pierde la oportunidad de redirigir la conducta hacia algo más positivo. En este sentido, insiste en que la clave está en prevenir, redirigir y reforzar alternativas más saludables.
¿Y cuándo debemos consultar a un profesional?
La veterinaria explica que, si el montaje se vuelve repetitivo, insistente o aparece varias veces al día sin un desencadenante evidente, es momento de consultar con un profesional. También recomienda buscar ayuda si la conducta viene acompañada de otros signos de ansiedad, como ladridos constantes, comportamientos destructivos, lamido compulsivo o persecución de la cola.
Otro motivo de alerta es cuando este comportamiento genera rechazo social, ya sea con otros animales o personas, ya que esto puede derivar en conflictos mayores. Además, advierte que si el perro no mostraba esta conducta y comienza a hacerlo de forma repentina, podría existir un factor médico o emocional subyacente.
Comprender y atender ese mensaje desde la empatía y el conocimiento es el verdadero reto para quienes cuidamos perros. Así, evitamos malentendidos, mejoramos su bienestar y fortalecemos nuestro vínculo con ellos.