La imagen es idílica: mercados rebosantes de color, flores exóticas, paisajes que deslumbran. Pero cuando el viajero guarda la cámara y contempla la idea de llevarse una pequeña planta como recuerdo, está a punto de cometer un error que, más allá de lo anecdótico, puede tener consecuencias graves: daños irreversibles para el medioambiente y pérdidas millonarias.
Los datos no mienten. En 2013, una bacteria llegada probablemente desde América destruyó más de 20 millones de olivos en la región italiana de Puglia. Las pérdidas económicas superaron los 1.000 millones de euros y el paisaje mediterráneo quedó irreconocible. Hoy, esa misma bacteria ya está presente en España, Francia y Portugal. La causa: plantas infectadas que viajaron sin el control sanitario adecuado.
La campaña europea #PlantHealth4Life, impulsada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y el Ministerio de Agricultura, nos invita a repensar nuestros hábitos viajeros. Bajo el lema Las plantas, mejor en la foto que en la maleta, esta iniciativa nos recuerda que la sanidad vegetal también es cosa nuestra: la biodiversidad, los cultivos y hasta nuestra alimentación dependen de pequeñas decisiones que tomamos sin pensarlo.
Para entender mejor los riesgos y las recomendaciones detrás de esta campaña, hemos hablado con Laura Hernández Dato, jefa del servicio de sanidad vegetal en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y nos ha explicado por qué no deberíamos traer plantas como suvenires, qué consecuencias puede tener esa costumbre y cómo podemos ser viajeros más responsables… sin dejar de disfrutar del viaje.
¿Por qué puede ser peligroso traer plantas, semillas o frutas como recuerdo de un viaje?
Porque, aunque nos parezca un acto inofensivo, no sabemos si esa planta, semilla o fruta trae consigo un organismo nocivo que pueda propagarse en nuestro territorio y traer consecuencias muy graves para nuestra agricultura y nuestros ecosistemas en general. Hay que tener en cuenta que en este tipo de material procedente de terceros países pueden venir plagas exóticas que, en nuevo hábitat, sin competidores ni depredadores naturales, su capacidad de dispersión y de generar graves daños, puede ser muy alta.
¿Qué plagas o enfermedades han llegado a España en los últimos años por esta vía? ¿Qué consecuencias han tenido? (la de los olivos italianos, por ejemplo, tuvo un impacto increíble)
Otros ejemplos, además de Xylella fastidiosa, son la polilla guatemalteca (Tecia solanivora) o el picudo rojo de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus).
La polilla guatemalteca, como su propio nombre indica, es originaria de Guatemala y está considerada como una de las plagas más graves de la patata en Centroamérica y en América del Sur. Apareció primero en Canarias y posteriormente en la cornisa cantábrica en 2015, a causa de las introducciones de papa infestada procedentes de Sudamérica.
Las consecuencias de la introducción de esta plaga han sido la delimitación del área afectada, donde se aplican medidas para erradicar a esta plaga, como la destrucción del material contaminado y la prohibición de plantación de cultivos y la restricción de movimientos; y la delimitación de una zona tampón o de protección en la que se regulan las condiciones de circulación y vigilancia intensiva obligatoria.
Por su parte, el picudo rojo de las palmeras es un gorgojo originario de Asia. Fue detectada por primera vez en España en 1994 en la provincia de Granada y posteriormente ha ido apareciendo por otras zonas, a lo largo de las áreas de palmeras del sur y este de la Península y en Canarias. Se cree que la plaga llegó a través de palmeras infectadas procedentes de Egipto u otros países del norte de África. Su afección supone la muerte de las palmeras, siendo un peligro para la supervivencia de palmeras autóctonas españolas, como el palmito y la palmera canaria, así como para los palmerales cultivados de importancia cultural, como el palmeral de Elche.
¿Qué tipo de 'suvenires' vegetales traen con más frecuencia los viajeros sin saber que están prohibidos?
La verdad es que no tenemos un registro, y el abanico es muy amplio. Por poner algunos ejemplos: personas aficionadas a la jardinería, pueden caer en la tentación de traerse un esqueje u otro tipo de material de reproducción para poder plantar una determinada especie exótica en su jardín. Otras personas que tengan familiares en el extranjero, pueden traer semillas de especies o de variedades determinadas directamente recogidas del huerto, para poder replicarla en los suyos propios. Y así una larga lista.
¿Qué debería hacer una persona si descubre que ha traído una planta o semilla sin saber que era ilegal?
Lo más rápido y efectivo sería destruir esa planta o semilla, y si existen dudas o si no se ha podido destruir ese material, sería recomendable ponerse en contacto con las autoridades (en este caso, los servicios de sanidad vegetal) de la comunidad autónoma correspondiente para asegurar que no hay ningún riesgo.
¿Qué es el pasaporte fitosanitario y cómo puede el consumidor identificarlo al comprar una planta?
El pasaporte fitosanitario es la marca oficial que acompaña a los vegetales, productos vegetales y otros objetos en su movimiento por la UE y que acredita que va libre de plagas cuarentenarias (es decir, organismos que no están presentes en una zona y pueden dañar gravemente a las plantas). Son obligatorios en los intercambios entre empresas de la UE y sirve para identificar el origen de las plantas y los productos vegetales, y así garantizar la trazabilidad y el cumplimiento de la normativa fitosanitaria. Debe contener 4 datos:
- Nombre botánico de la especie
- N.º de registro del operador
- Código de trazabilidad
- País de origen
Ahora bien, como consumidores, debemos saber que, si compramos una planta o producto vegetal en una tienda física (un vivero, un garden center, una tienda especializada), el producto puede venir acompañado o no, de pasaporte fitosanitario. Pero si la compra la realizamos por internet, sí es obligatorio que nos proporcionen el pasaporte. Existen distintos formatos de pasaporte, pero es fundamental que nos fijemos en él en las compras on line para poder ejercer una compra responsable.
¿Qué controles existen en aeropuertos u otros puntos de entrada para impedir la entrada de material vegetal no autorizado?
En los puertos o aeropuertos se hacen controles en los puestos aduaneros sobre maletas y otros enseres, donde, entre otras comprobaciones, se verifica que no haya material vegetal. Con carácter general no se debe traer ningún material vegetal de los viajes internacionales y si, en todo caso finalmente se hace, es importante saber cómo hacerlo.
- En primer lugar, el material vegetal debe portar un documento llamado Certificado Fitosanitario Oficial, que es emitido por las autoridades competentes del país de origen, excepto aquellos frutos que están exentos de presentarlo, que son: coco, dátil, durión, plátano y piña.
- En segundo lugar, el interesado debe solicitar inspección fitosanitaria del material vegetal en los Puestos de Control Fronterizos ubicados en puertos y aeropuertos y, solo se permitirá la entrada si, tras la inspección fitosanitaria llevada a cabo por el Servicio de Inspección de Sanidad Vegetal, se resuelve que la mercancía cumple con la normativa fitosanitaria.
¿Cuál es el papel de campañas como #PlantHealth4Life? ¿Cómo buscan conectar con los viajeros?
En el contexto del riesgo actual de propagación de plagas por las actividades antropogénicas, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) junto con la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE han visto necesario el lanzamiento de una campaña de concienciación ciudadana sobre los riesgos que entraña, desde el punto de vista de la sanidad vegetal, el movimiento de material vegetal.
En este contexto hace tres años nació la campaña #Planthealth4Life con el objetivo de crear conciencia en la ciudadanía europea acerca de las consecuencias económicas, sociales y medioambientales existentes derivadas de la introducción de plagas no existentes en nuestro territorio a causa del comercio y el transporte internacional.
Este 2025 es el tercer año de la campaña y España es un actor de plena participación, como lo son otros 30 países de la UE.
A nivel nacional, esta campaña se está desarrollando conjuntamente entre EFSA y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y, además, contamos con la colaboración de las comunidades autónomas. La campaña está abierta a todas las personas, pero con especial atención a personas viajeras y curiosas en el ámbito de la naturaleza con los cuales se intenta conectar a través de acciones concretas a través de creadores de contenido, ferias, promoción en redes sociales, entre otras.
¿Han notado mayor concienciación en los últimos años o sigue siendo un problema frecuente?
En general, existe un desconocimiento de la ciudadanía sobre los efectos que puede tener un acto tan cotidiano como traerse una manzana en la maleta procedente de un país extranjero.
¿Qué alternativas sostenibles recomiendan para quienes quieren llevarse un recuerdo de la naturaleza sin dañar el ecosistema?
Recomendamos que los recuerdos de la naturaleza de los viajes internacionales sean a través de fotos o experiencias, no a través de semillas o vegetales que nos traigamos en las maletas. Además, recomendamos comprar todas las plantas una vez lleguemos a la UE y, en caso de comprar por internet, esas plantas deben llevar el pasaporte fitosanitario.
¿Qué mensaje final daría a los viajeros que aman la naturaleza y quieren protegerla también cuando viajan?
Es importante recalcar que no debemos traernos plantas, semillas, frutos de nuestros viajes internacionales, ya que no solo es nocivo para el lugar de origen, arrancando la naturaleza de su lugar, sino también para el hábitat de destino pudiendo traer consigo plagas que pueden ser de gran calado para los ecosistemas.