Un estruendo seco, vibraciones en puertas y camas, cristalerías repicando... Así describen los vecinos de Almería el terremoto que les sobresaltó este lunes 14 de julio a las 7:13 horas. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) registró una magnitud de 5,5, con epicentro en el mar Mediterráneo, frente a las costas de Níjar y a solo dos kilómetros de profundidad. El temblor se sintió en más de 130 localidades de siete provincias, incluida Melilla.
“Ha sido un ruido tremendo, como si viniera una tormenta”, relata Inma, trabajadora del Ayuntamiento de Almería. “Estaba maquillándome en casa y, de repente, comenzaron a vibrar las barandillas del dúplex. Me asusté muchísimo. Fueron apenas 30 segundos, pero a mí se me hizo eterno”.
En Aguadulce, el periodista y empresario Alberto Gutiérrez también lo notó con intensidad: “Ha sido muy fuerte. Se ha notado un temblor en toda la casa. En mi casa, que es un dúplex, se sintió muchísimo. Hablé con mis vecinos de Almería capital y también lo notaron con fuerza. En casa de mi hermano se movieron hasta los marcos de las fotos”.
Uno de los responsables de la taberna Nuestra Tierra, Moisés, pensó al principio que se trataba de una obra cercana: “Las copas empezaron a vibrar. Se ha notado bastante, aunque fue corto”.
Desde su casa, la responsable del Mivi Café se despertó por el temblor: “La cama se movía y las puertas vibraban. Mi marido y yo salimos corriendo a por los niños. Fue un susto fuerte, aunque breve”.
Amanda Tormo, consultora técnica de energías renovables, se encontraba también en Aguadulce, el corazón turístico del Poniente almeriense, y se llevó una impresión difícil de olvidar: “Me despertó el movimiento de la cama. No sabía si estaba soñando o si alguien me estaba zarandeando para que me levantara”.
En San José, pedanía costera del municipio de Níjar (Almería) y en pleno Parque Natural de Cabo de Gata, Natha Martínez, propietario de la tienda de decoración Salamandra, también vivió el temblor con nerviosismo: “Estábamos durmiendo y me levanté corriendo a coger al perro y a la niña para salir de casa lo más rápido posible, pero no me dio tiempo. El temblor paró antes de llegar a la puerta. Ha sido como un ronroneo fuerte, unos 10 o 15 segundos. Luego, tomando café con una amiga, hablábamos de cómo cada uno reaccionó distinto: quien no se despertó, quien quiso salir corriendo. Una amiga, Isa, decía que quería coger la llave, el pasaporte, asearse… y yo le decía: ‘Isa, así no sales de casa en media hora’. También hablé con un amigo cartero que estaba repartiendo en Campohermoso, y vio cómo la gente salía corriendo de casas y bancos. Él no sintió nada porque estaba en el coche, pero vio el revuelo. Se ha sentido bastante fuerte”.
En municipios como Albox, Garrucha, Cuevas del Almanzora, Mojácar o Huércal-Overa se alcanzó intensidad IV en la escala macrosísmica europea (EMS), lo que implica un movimiento claramente perceptible dentro de viviendas, aunque sin daños estructurales. En otros puntos, como Murcia, Granada, Jaén, Alicante o incluso Melilla, se registraron intensidades entre III y II.
El IGN ha señalado que el seísmo fue incluso más fuerte que el de Lorca de 2011 en magnitud, aunque no en consecuencias, ya que este último tuvo el epicentro directamente bajo la ciudad y a solo un kilómetro de profundidad. En este caso, el epicentro fue marino y más alejado de los núcleos urbanos. Tampoco se han registrado, por el momento, daños personales ni materiales.
Uno de los detalles más llamativos del temblor fue la alerta sísmica que llegó a móviles Android segundos después del seísmo, activando un sistema automatizado de Google que recomendaba precauciones como revisar las instalaciones de gas, evitar zonas inestables y prepararse para posibles réplicas.
Mientras los expertos del IGN siguen analizando el evento, los vecinos de Almería no olvidarán la sacudida que interrumpió su amanecer.