Ya son 638 días los que Daniel Sancho lleva entre rejas por el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. 638 jornadas, con sus días y con sus noches, que empezaron a contar desde el momento en que fue detenido en Tailandia hasta hoy, que sigue en prisión después de que la sentencia revelara que "golpeó" a la víctima con "intención de matar" y que "preparó" el crimen comprando cuchillos, una sierra y bolsas de plástico, aunque el momento de recuperar la libertad podría estar más cerca que nunca.
Víctor Sunkel Mena, experto en derecho penal desde hace 30 años, nos aclara la situación actual del proceso tras presentar los abogados de Daniel un recurso contra la sentencia a cadena perpetua dictada en Tailandia, por considerar el juicio lleno de irregularidades. “Lo que pretende la defensa de Sancho es que el juicio sea declarado nulo para que haya uno nuevo y tener una nueva oportunidad de ganarlo".
Pero, ¿cuáles son los dos escenarios posibles que se abren para Daniel Sancho? "Si el tribunal acepta el recurso, se repetiría el juicio en un tribunal distinto. En el caso en que la petición sea subsidiaria, que haya una rebaja de una pena o que el tribunal acepte que las pruebas en las que se basó el juicio no son suficientes para sustentar una condena y se produzca la absolución”, cuenta Sunkel.
Si el tribunal no aceptara el recurso, cabe pensar que la única opción para Daniel Sancho es cumplir la cadena perpetua en Tailandia, pero el experto nos arroja luz sobre esta situación, que es mucho más favorable para el único condenado. "Gracias a que existen convenios de cumplimiento de penas entre el Reino de España y el de Tailandia, en principio, lo que tiene que cumplir al menos serían unos 8 años de prisión ahí en la cárcel en Tailandia, y después podría ser entregado al Reino de España para que termine de cumplir la pena aquí. Y como en España no existe la cadena perpetua, sino que existe la prisión permanente revisable para ciertos delitos, no cumpliría la condena entera, sino que probablemente cumpliría otros 9 o 10 años, a lo sumo".
Así las cosas, la situación cambiaría radicalmente para Daniel Sancho, "que después saldría en prisión provisional, con algún tipo de medida cautelar, por ejemplo, saldría durante el día e iría a prisión a dormir por las noches. Después de eso pasaría al régimen abierto, donde solo tendría que dormir allí los fines de semana y, a partir de ahí, tener una libertad donde podría hacer vida normal, con ciertas restricciones".
Todo esto, según apunta el abogado penalista Víctor Sunkel, "si las cosas se hacen bien y las autoridades españolas, el ministro de Asuntos Exteriores y el abogado de Daniel Sancho se mueven bien con el Ministerio".
Cadena perpetua y multa
Daniel Sancho fue condenado a cadena perpetua por el asesinato premeditado de Edwin Arrieta, ocultación del cadáver y destrucción de documentos -el pasaporte de la víctima- el 29 de agosto de 2024 por el Tribunal Provincial de Koh Samui, en Tailandia. El tribunal también le impuso una indemnización de 107.000 euros a la familia de Arrieta. La pena de muerte fue descartada debido a la colaboración de Sancho durante la investigación y su actitud durante el proceso judicial. Tras la sentencia, la defensa de Daniel Sancho anunció su intención de apelar la condena, mientras que los abogados de la familia de Edwin Arrieta también interpusieron un recurso solicitando la pena capital y un aumento en la indemnización.
El recurso presentado por los abogados de Sancho consta de 400 páginas y se basa fundamentalmente en tres aspectos que podrían cambiar el rumbo del proceso judicial: premeditación -asegura que no hay testigos ni evidencias de que existiese premeditación en los hechos-, el arma del crimen -ningún cuchillo se empleó en una pelea que causó la muerte de la víctima o el desmembramiento de su cuerpo- y el alegato final -ya que Daniel Sancho no pudo presentar un alegato final en el juicio para defenderse-.
Daniel espera que la justicia tailandesa se pronuncie sobre el recurso de apelación presentado por su equipo legal en la prisión de Surat Thani, una de las más duras de Tailandia. Hace apenas unos días, Silvia Bronchalo viajaba hasta allí para reencontrarse con su hijo tras más de siete meses sin abrazarse. La visita se produjo en un contexto especialmente delicado para ella: el reciente revuelo mediático tras la reapertura parcial de una denuncia por maltrato psicológico interpuesta por Bronchalo contra Rodolfo Sancho.