Muere Celso Bugallo a los 78 años: el adiós al actor que conquistó el Goya por 'Mar adentro'


El veterano intérprete, que alcanzó la fama cumplidos los cincuenta, fallece en Pontevedra dejando un legado de talento y discreción


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21 de diciembre de 2025 - 17:46 CET

El cine español se tiñe de luto para despedir a uno de sus "secundarios de oro", aunque su presencia en pantalla siempre tuviera el peso de los grandes protagonistas. Celso Bugallo, el actor que nos enseñó que nunca es tarde para alcanzar un sueño, ha fallecido este sábado en su querida Pontevedra a los 78 años. El intérprete, que hubiera cumplido los 79 el próximo día de Año Nuevo, se ha marchado con la misma discreción con la que vivió, rodeado del paisaje atlántico que forjó su carácter y su voz inconfundible. Nacido en Vilalonga (Sanxenxo) en 1947, Celso no siempre tuvo los focos en mente. De joven, sus aspiraciones eran muy distintas: soñaba con el balón y el césped, pues su verdadera vocación era ser futbolista. Sin embargo, el destino le llevó a las tablas en los años 70. Tras fundar grupos teatrales emblemáticos como Adefesio u Olimpo, y recibir el Premio Nacional de Comedias en 1976 por El retablo del flautista, el cine llamó a su puerta de la forma más inesperada.

Celso Bugallo posando en Barcelona en 2010© Getty Images
Celso Bugallo posando en Barcelona en 2010

Fue a los 52 años cuando su vida dio un giro cinematográfico. Mientras se encontraba en Ámsterdam, una llamada de su madre le devolvió a Galicia: el director José Luis Cuerda le buscaba para La lengua de las mariposas. Aquel fue el inicio de una carrera meteórica que le llevó a trabajar con los directores más prestigiosos de nuestro país. A pesar de los reconocimientos que llegaron después, Celso siempre mantuvo los pies en la tierra. En una de sus íntimas entrevistas con La Voz de Galicia, el actor reflexionaba sobre su trayectoria con una paz envidiable: “Estoy contento con mi carrera y con la suerte que he tenido. He podido demostrar mi preparación y no tengo nada de que quejarme. Tampoco es bueno quejarse”.

Demostró que la edad solo es un número © Getty Images
Demostró que la edad solo es un número

El Goya y su "premio favorito"

Su papel en Mar adentro (2004), a las órdenes de Alejandro Amenábar, le valió el premio Goya al mejor actor de reparto. Aquel galardón ocupa un lugar de honor en su domicilio, pero no era su posesión más preciada. Con la humildad que le caracterizaba, Celso confesaba que su corazón latía por otro tipo de reconocimientos: “Tengo un premio mejor. Un escrito de Fernando León de Aranoa, uno de sus storyboards. Lo tengo guardado, eso no lo hace cualquier director de cine con un actor”.

Bugallo no creía en la queja© Getty Images
Bugallo no creía en la queja

Esa complicidad con León de Aranoa le llevó a rodar títulos imprescindibles como Los lunes al sol y la reciente El buen patrón, donde compartió cartel con su gran amigo y compañero de batallas, Javier Bardem. Juntos formaron un tándem inolvidable, retratando con maestría la realidad social de nuestro país.

Una vida dedicada a la "limpieza mental"

Lejos del glamour de las alfombras rojas y de las luces de Hollywood donde brilla Bardem, Celso Bugallo prefería la calma de su piso en Pontevedra. Allí llevaba una vida singular, alejada de las distracciones modernas; de hecho, no tenía televisión. Su explicación era tan profunda como su mirada: “No me gusta lo que dan. Creo que me perjudicaría más de lo que me podría enseñar. Los que trabajamos como creadores tenemos que vigilar nuestra limpieza mental”.

Siempre mantuvo su paz en su tierra, Galicia© Getty Images
Siempre mantuvo su paz en su tierra, Galicia

A pesar de haber participado en series de enorme éxito como Fariña, el actor veía su trabajo en la pequeña pantalla con una distancia profesional casi filosófica: “Forma parte de la cultura de nuestro tiempo. Pero no tengo nada que ver con eso, simplemente soy un producto más de ese mundo”. Sus horas las llenaba de música, acariciando las cuerdas de su guitarra o las teclas del piano, y viendo cine —esto sí— gracias a los envíos de la Academia, pues se tomaba muy en serio su deber como votante, disfrutando de una película cada dos o tres días.

Fue un hombre ejemplar© AFP via Getty Images
Fue un hombre ejemplar

En el plano personal, Celso hablaba del amor con la honestidad de quien ha vivido mucho, admitiendo que le trató "a veces bien y a veces mal". Su mayor orgullo era su hija, residente en Alemania, y su nieta, a quien esperaba con ilusión cada verano y Navidad para compartir momentos que ahora se convierten en tesoros familiares. Él siempre tuvo claro que la jubilación no estaba en su guion de vida: “Los actores de verdad no se retiran nunca, ¿para qué, si pueden trabajar hasta el final de su vida?”. Celso Bugallo se ha ido como viven los grandes: trabajando hasta casi el final y manteniendo intacta su pasión por el oficio. 

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