De niña actuaba sola en el baño mientras se miraba al espejo, y aunque en ese momento para ella era solo un juego, daba sin saberlo los primeros pasos de la que hoy es su profesión. Dedicarse a la interpretación es para Elena Furiase un aprendizaje constante, sobre todo porque en los momentos malos siempre ha conseguido salir a flote gracias a esa pasión que pone en lo que hace. No sabe trabajar de otra manera que no sea desde el corazón, una virtud que comparte con toda su familia, los Flores, una de las sagas artísticas más queridas. Esa entrega incondicional la ha mostrado en su último proyecto, Los Protegidos: Un nuevo poder, serie que regresa 15 años después del fenómeno fan que protagonizó. De este desafío y de la parte más desconocida de sus inicios se ha sincerado la actriz.
© antena3"Cuando me propusieron el casting dije, tiene que ser para mí. Es muy bonito cuando entras en una serie de nuevas y coincides con compañeros que conoces. Fue una ilusión muy grande y tienes la tranquilidad de que es una serie que está ya asentada, con un público muy fiel. Sabes que va a funcionar y tienes la responsabilidad de estar a la altura de los demás. Es una responsabilidad que a los fans les guste mi personaje", ha dicho sobre lo nuevo de Los Protegidos en el plató de Y ahora Sonsoles, programa al que ha acudido junto a su compañero Luis Fernández.
En la ficción interpreta a Otero, una inspectora de policía a la que define como "una mujer muy borde a la que le da igual todo". Además, tiene un rasgo en común con ella: le atrae todo lo paranormal. Y es que Elena tiene claro que si pudiera tener un superpoder elegiría el de la sanación. Además, ha bromeado explicando que muchos días le gustaría ser invisible.
© GTRESSu primer casting y el miedo que la bloqueó
A pesar de llevarlo en los genes y de que siempre sintió una atracción natural por el mundo del espectáculo, la nieta de Lola Flores no quiso siempre continuar con el legado familiar. "Me daba mucho miedo la presión que a veces vivimos. Me da miedo todavía. Hubo un momento en mi vida que quise ser ama de casa, ahora lo soy también y lo disfruto mucho con mis hijos, pero hubo un momento que de pronto dije: mamá, no quiero ser actriz, quiero estar fuera de todo esto, no voy a aguantar la presión, me voy a equivocar... Es el precio de la fama", ha confesado.
Finalmente dejó atrás los miedos y dio el primer paso. Hablamos de 2007, cuando formó parte de otra de las series que ha hecho historia. "Mi primer casting fue el de El Internado. Me metió Luis San Narciso en una salita de Globomedia, me grabaron allí y me dijeron que ya me llamarían. A los dos o tres días me llamaron para pedirme que fuese a buscar el guion porque el papel era mío", ha confesado. Además, ha recordado lo mucho que le impactaron los primeros ensayos junto a actores a los que admira: "Yo había hecho teatro y recuerdo esa mesa con Amparo Baro, Natalia Milán, Luis Merlo... Yo dije, ostras, ¿qué hago aquí? Ese fue mi mayor aprendizaje".
© GTRESMadre de dos hijos junto a Gonzalo Sierra, ha confesado que a veces se pregunta qué ha hecho a lo largo de sus 37 años porque "necesitamos estar tocando el éxito para creer que hemos hecho algo", pero entonces echa la vista atrás y su actividad le demuestra que no ha parado de encadenar proyectos. Además, ha madurado profesionalmente y ha aprendido todo lo que no se ve de su trabajo: "Estoy muy feliz de venir de la familia que vengo, pero esta profesión es así, a veces es dura, nos exponemos continuamente y es una presión que hay que saber manejar y ser consciente de que nos podemos equivocar y tenemos que aguantar el chaparrón. Creo que es parte de esta profesión". Imparable, comenzará 2026 con otra buena noticia laboral: el estreno de la película La boda.
