Roxana Zurdo y Félix San Román forman una de las parejas más prometedoras del panorama social actual. Ella, graduada en Derecho y ADE, descubrió un espacio en las redes sociales para dar rienda suelta a su creatividad, trabajar con grandes marcas y abrir negocios como el de trajes de lujo Esquía.Mona. Y, ahora, es una reconocida influencer, con cerca de 350 mil seguidores en Instagram y más de 400.000 en TikTok. Él, aunque apasionado del toro desde niño, estudió Arquitectura y fue al terminar la carrera cuando decidió apostar por su sueño dedicándose de lleno a la tauromaquia para hacerse un nombre. Tras dos años de relación y una reciente pedida de mano, viven un momento lleno de ilusión, con la mirada puesta en un futuro que combina amor, proyectos profesionales y sueños. Roxana nos adelanta todos los detalles en esta entrevista.
¿Cómo os conocisteis, cómo empezó vuestra historia de amor?
— Nos conocimos en la Feria de Abril. Yo iba con unas amigas y él con su hermano y un amigo. Ambos teníamos en común a Jesús y a Daniel del grupo musical Gemeliers. Recuerdo que Natalia, la novia de uno de ellos, me dijo que había un amigo suyo perfecto para mí. De primeras, no mostré interés. No estaba en un momento en el que quisiera a un hombre en mi vida. Aun así, fuimos presentados y tuvimos una conexión muy especial.
Y surgió la chispa…
—Sí, fue como si nos conociéramos de antes. Estuvimos toda la noche sin parar de hablar y de reírnos. Después, volvimos a coincidir en Madrid, bueno, ¡él hizo que pareciera una coincidencia!
Cuéntanos, ¿cómo fue vuestra primera cita?
—Fue en un tentadero, en casa de un amigo suyo. Yo, la verdad, no tenía ni idea de dónde me metía. Ese primer mes, desde que quedamos, casi no nos separamos.
Desde entonces han pasado ya…
—Casi 2 años. Ahora somos un equipo. Yo le acompaño en cada tarde de su carrera. Y él me apoya en todo lo que necesito, incluso grabando algún vídeo, aunque no es lo que más le gusta ¡jajajaja!
“Se arrodilló y yo estaba tan en shock que no dije nada, solo lloré. Entonces, Félix me preguntó "¿pero es un sí? ¿Quieres casarte conmigo? y dije ‘sí’”.
¿Esperabas que te pidiera matrimonio? Háblanos de ese momento.
—Nos fuimos de viaje de fin de temporada a Punta Cana. Félix organizó prácticamente todo. La tercera noche de nuestra estancia me dijo que cenaríamos en la playa. Era el mejor plan, después de un día perfecto en barco, en isla Saona. Estaba muy raro, pero como no se encontraba bien, no sospeché nada. Jamás pensé que, estando allí sentados, mirando el mar, me pediría la mano, porque sinceramente, somos más de campo, pero también capaces de convertir cualquier lugar y momento en nuestro.
Parece una película romántica.
—Después de una cena llena de palabras bonitas hacia mí, nuestra relación y nuestros valores me dijo que mirase al mar. Lo hice y cuando me volví hacia él vi que estaba sacándose algo del bolsillo. Se arrodilló y yo estaba tan en shock que no dije nada, solo lloré. Entonces, Félix me preguntó "¿pero es un sí? ¿Quieres casarte conmigo? No has contestado"… Me reí y dije ‘sí’. Es el hombre de mi vida, la persona que me ha hecho creer en el amor para siempre.
¿Cómo es el anillo que te regaló?
—No podía creerme que fuera tan “yo”. Parecía creado para mí. No podría haber una elección mejor para una chica que odia ir ostentosa, jamás lleva anillos y le agobian los complementos grandes.
¿Ya tenéis fecha para la boda?
—La idea es casarnos en el verano de 2027, porque Félix está muy centrado en su carrera y su preparación. Queremos hacerlo con tiempo, con mucho mimo y cuidado. Ese día quiero que esté presente nuestra pasión por el campo y los animales. Me imagino montada a caballo, aunque Félix dice a la mayoría de las cosas que le voy proponiendo que es una locura.
Estas son vuestras primeras Navidades como prometidos, ¿Cómo pensáis celebrarlas?
— Somos muy afortunados porque tenemos familias muy grandes a las que les encanta reunirse, pero no tenemos muy claro cómo las vamos a distribuir. El único acuerdo al que hemos llegado es que vamos a pasar el mayor tiempo posible juntos. Voy a intentar descansar esos días, ya que los próximos meses vienen intensos de trabajo.
Vuestras profesiones parecen mundos opuestos. ¿Cuál es el secreto para conciliar vuestra vida diaria?
—Nos las arreglamos para sacar tiempo y estar juntos. Félix está centrado en su carrera, enfocado en su preparación, esforzándose al máximo física y mentalmente para alcanzar su sueño. Una meta que, cuanto más conozco este mundo y sus dificultades, más increíble me parece. Entrena todo el día y yo grabo, edito, acudo a eventos, pero cuando tiene que torear, siempre estoy en el tendido, sufriendo un poco… para qué mentir. Al poder gestionar mi tiempo, puedo estar para él y la verdad, me siento mucho más tranquila. Ambos, confiamos mucho en Dios y eso nos une y nos da tranquilidad. Pensamos que todo saldrá bien.
¿Cómo es un día perfecto para vosotros?
—Nos encantan los planes de calma porque, con nuestros trabajos, siempre estamos con la adrenalina a tope. Félix llega destrozado de entrenar y yo con la cabeza saturada de mirar la pantalla. Así que somos felices haciendo una cena, viendo una peli o alguna historia de First Dates.
¿Dónde vivís?
—Decidimos irnos a vivir a las afueras de Madrid. Queríamos huir del ruido y de las multitudes. Alquilamos un piso ideal con tres habitaciones. Una para mi vestidor, por supuesto. Y otra para los trajes y todos los cachivaches de Félix, que no son pocos. Nuestro lugar ideal, siempre será el campo. De hecho, puedo decir que, en la finca de Félix, donde casi no hay cobertura, pude desconectar por primera vez en mi vida. Saco la parte más bonita cuando salgo con estilismos ideales, pero lo cierto es que también me encanta ponerme unas botas, un chándal y llenarme de barro. Es algo que me enseñó Félix y me ayuda muchísimo a salir de mi rutina.
¿Te atreves con las faenas del campo y del ganado?
—La verdad es que he descubierto la parte dura del campo. Los animales necesitan mucha dedicación. Muchos días ha tocado salvar algún ternero rechazado por la madre y darle el biberón cada tres horas. Otras, aunque llueva o haga frío, dar de comer a los animales, moverlos... Todo esto es algo que nos ha unido mucho.
¿Cómo es la finca familiar de Félix de la que hablas?
—Es una finca donde la familia pasa mucho tiempo. Félix tiene que estar pendiente a todas horas de los animales porque siempre ocurre algo. Nos encanta caminar, montar a caballo. Cada día aprendo un poco más. He de reconocer que yo era mucho más miedosa que ahora. Voy conociendo la naturaleza de muchos animales, y paseo con tranquilidad cerca de ellos. Lo cierto es que las anécdotas más divertidas y locas nos han pasado allí.
Vuestra historia de amor, una influencer y un novillero, nos recuerda a los famosos romances de artistas y toreros del siglo XX.
—En el siglo XX había muchos toreros que estaban con artistas. Y es cierto que cuanto más conozco este mundo, más me parece que está ligado al arte, a la pasión. Salvando las distancias con las grandes artistas, sí que hay algo de amor y arte en lo que hago que es la moda.
Para terminar, ¿Cómo imaginas tu futuro en los próximos años?
—Me gustaría seguir trabajando en el mundo de la moda, poder llegar a otras marcas y formar una familia con el que va a ser mi futuro marido. Muchos de nuestros sueños se sustentan en querer formar una familia, vivir tranquilos, y darles la mejor vida a nuestros hijos. Creo que pocas cosas te dan tanta fuerza como aspirar a tener un futuro así.












