La magia de la Navidad ha llegado a casa de Isabel Preysler, que vuelve a abrirnos, una vez más, las puertas de su hogar en esta temporada que siempre ha sido muy emblemática para ella. "¡Cómo ha pasado de rápido este año! Casi no me he dado cuenta, no sé si es porque he tenido que trabajar tanto en el libro...", nos dice después de un 2025 irrepetible, tras el lanzamiento de su autobiografía, Mi verdadera historia, que ha sido todo un éxito. Ahora es momento de celebrar, de compartir, de reunirse con los suyos, con sus hijas Tamara y Ana, que la pasada semana nos anunciaba que está embarazada -espera una niña- y que vendrá desde Catar junto a su marido, Fernando Verdasco, y sus tres hijos -Miguel, Mateo y Martín- para celebrar estas fiestas.
También, lo hace con cierta nostalgia, recordando a los que ya no están -Miguel, su gran amor, su madre o su hermana, Beatriz, "que venía con sus hijos". "Las Navidades quizá más especiales han sido cuando todos mis hijos estaban juntos. Los mayores me ayudaban a preparar todo y las pequeñas solo pensaban en la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos", nos comentaba hace unos años. Y sí, el tiempo ha pasado, pero Isabel sigue manteniendo una tradición: tener todo a punto para estas fechas tan especiales. Su espectacular residencia ya está decorada para la ocasión. Desde el gran árbol de Navidad que se encuentra en el recibidor a los centros de mesa: ha cuidado hasta el último detalle para convertir, de nuevo, su casa, en el punto de encuentro familiar.
Isabel, en la puerta de su casa, cargada de regalos, nos desvela que a su casa llegan Papá Noel y los Reyes Magos, "aunque Papá Noel es la gran celebración por la cena y la cantidad de regalos. Un íntimo amigo mío viene todos los años disfrazado, con saco y todo, y reparte los regalos a los fascinados niños, que no pueden ni creerse lo que está sucediendo".
En la imagen, Isabel posa junto al gran árbol de Navidad que se encuentra en el recibidor de la casa, presidido por un retrato de la madre y la hermana de Miguel Boyer, pintado por Sotomayor. Una tradición -poner el árbol- que no podía faltar en su casa, a la que siempre han venido Papá Noel y los Reyes Magos. Tras ella, se ve la chimenea, que ha adornado con una preciosa guirnalda, de acebo; y, también, varias flores de Pascua, símbolo de estas fiestas.
Aquí su salón-biblioteca, sobre cuya chimenea se encuentra el retrato en el que la inmortalizó para siempre Pinto Coelho, y que ha adornado con otra guirnalda diferente. En esta, vuelve a combinar los colores de la temporada -verde y rojo-. Y, en el centro, un adorno con piñas.
Aquí, otro detalle de la decoración. En esta chimenea, Isabel ha incluido unos lazos de terciopelo rojo, que combinan a la perfección con el verde de la guirnalda. Hasta los candelabros se tiñen del color de la Navidad
"El menú lo hacemos entre Tamara, Ana y yo, y aunque Tamara es quien más se ocupa, la última palabra la tengo yo. Jose, el padre de Fernando, nos trae siempre el delicioso pavo que cocina él personalmente, y Ramona, nuestra cocinera, hace los aperitivos, el primer plato y el postre", nos cuenta Isabel. En la mesa de su comedor, ya está todo listo, con velas rojas y adornos en el centro
Las estancias principales de la casa de Isabel Preysler lucen espléndidas para celebrar la Navidad, con flores de Pascua, vistosas guirnaldas y abetos considerablemente altos, pero el arte precolombino convive con la decoración navideña