Si por algo se caracteriza Juan Avellaneda, además de ser un experto en moda y popular rostro de la televisión, es porque nunca se muerde la lengua a la hora de valorar los estilismos de la gente. De hecho, así saltó a la fama en 2017 con su trabajo como 'coach' y juez del extinto programa Cámbiame (Telecinco) junto a Natalia Ferviú y Pelayo Diaz. Las opiniones del que es amigo íntimo de Tamara Falcó abarcan desde la realeza al mundo del espectáculo, pasando por personas que no son tan conocidas a nivel mediático. Lo suele hacer de manera crítica, punzante y con un toque de humor, bajo la mirada de alguien que sabe de lo que habla y al que le avala su trayectoria profesional.
Eso sí, los comentarios que expresa libremente el autor del libro Poténciate (2018) son solo suyos y llevan su inconfundible sello personal, por lo que a veces pueden gustar más o menos según quién los escuche o lea. A partir de aquí, el también empresario alicantino ha emitido un comunicado donde denuncia una situación nada agradable que está sufriendo, debido a los ataques que le llegan por parte de algunos seguidores de estas 'celebs' a las que este analiza en su cuenta de Instagram (donde, a día de hoy, tiene más de 850.000 seguidores).
"Mi opinión no va de atacar ni de juzgar personas"
"Cada vez que comento un look (siempre desde el respeto), recibo mensajes privados de gente muy fan de la persona de la que hablo, muy enfadada... e incluso amenazas personales o de organizar campañas para cancelarme", comienza diciendo el que fuera concursante de MasterChef Celebrity 4. a través de un mensaje que ha compartido en su perfil público. "Sinceramente, me sorprende. Porque al final solo estoy dando mi opinión: me gusta o no me gusta. Nada más. Hablo de estética, de estilo y de criterio personal. Que algo me parezca más choni o más elegante forma parte de mi manera de mirar la moda", señala.
Expone el experto en moda que "puede que a ti te encante justo lo contrario, y es totalmente respetable. Pero mi opinión no va de atacar, ni de juzgar personas, ni de decir quién está bien o mal. Va de gusto, de mirada y de conversación. Opinar no es atacar". De esta forma, sostiene que "tener criterio no es faltar al respeto. Y hablar de moda no es hacer 'body shaming' ni señalar a nadie. A ti puede encantarte algo que a mí no, y viceversa .Incluso puede no gustarte nada cómo voy yo vestido... y está bien. Es tu opinión, como la mía es la mía. No pasa nada por no estar de acuerdo". Reflexiona entonces que "el día que opinar dé miedo, la moda dejará de tener sentido". Dicho lo cual, pide por último que "relajémonos un poco y disfrutemos del estilo como lo que es: expresión, no guerra", concluye.
Los Premios Ídolo, su última cobertura
Entre los últimos eventos que ha analizado Avellaneda, se encuentra la alfombra roja de los Premios Ídolo 2025 celebrados el pasado jueves en Madrid. Destinados a reconocer el trabajo de los influencers y creadores de contenido, por la alfombra roja pasaron algunos nombres muy destacados de los que Juan hizo la valoración de sus estilismos. De Dulceida, por ejemplo, opinó que "a mí el color me ha encantado porque creo que le queda muy bien, pero el vestido no me ha gustado". Ahondando más en este look, señalaba que "si nos fijamos en la zona de arriba, es como muy arquitectónica y le aprieta demasiado. O sea, no queda bien del todo. Y luego hay otra parte que es como un burruño que se mueve y tal".
En cuanto a Violeta Mangriñán, apuntaba el estilista que "el blanco le queda estupendo y me gusta el pelo, pero luego el lazo negro está un poco 'pochi' y no me gusta". En cualquier caso, quiso destacar el galardón que esta había recibido en la categoría de Emprendimiento, ya que es "el que más valor tiene dentro de todos". Para el estilista, esto es así porque supone "construir algo que funciona y que encima lo está petando. Ahí, aplaudo". Entre muchas otras asistentes, también se fijó en lo que llevaba puesto Carlota Marañón, de la que dijo que su traje "está muy bien y me gusta el cuello, aunque da la sensación de que se le cae un poco y me da un poquillo de cortocircuito".







