La realidad siempre supera la ficción, y la historia de Kelsey Grammer es uno de los mejores ejemplos. Conocido por sus papeles en Frasier, Cheers y Jesus Revolution, en la vida real protagoniza una historia que parece sacada de un guion. Encontró el amor donde menos imaginaba: en un avión. Durante un viaje a Reino Unido conoció a Kayte Walsh, azafata del vuelo que cambió para siempre su vida. Se casaron en 2011 y han tenido cuatro hijos, el último de ellos este mismo 2025, tras cumplir el actor 70 años. Una experiencia de la que ha hablado por primera vez.
Dos meses después de convertirse en padre por séptima vez, el ganador de tres Globos de Oro ha reaparecido en un acto público. Ha participado en la gala anual de la Fundación Giving A Smile, donde ha confesado que es "absolutamente maravilloso" tener nuevamente un bebé en casa. A Cristopher, como se llama el pequeño, lo define como un niño "muy fácil" que duerme "toda la noche".
Han tenido suerte porque es un bebé sano y tranquilo, pero Kelsey Grammer ha querido resaltar lo "ejemplar" que es su esposa, que no ha podido acompañarle a la velada benéfica. "Al marcharme esta noche, me giré y miré a mis cuatro hijos y a mi preciosa esposa. No hay nada mejor", ha dicho muy orgulloso. Además, con gran sentido del humor ha comentado que "con los primeros dos hijos aún estábamos mejorando un poco, pero se nos daba bien".
La paternidad le ha llegado en un momento muy diferente a las siete anteriores, lo que le permite vivirla con madurez, serenidad y desde otra perspectiva que solo puede dar el paso de los años. "Supongo que la sabiduría influye, un poco más de experiencia. Hay cosas menos importantes de lo que crees cuando eres joven, y otras son más importantes, como pasar tiempo de calidad con los niños. Eso es realmente importante", ha comentado. Además, ha indicado un punto positivo de ser padre con 70 años: "Cuando eres joven, intentas labrarte tu propio camino, encontrar tu lugar donde puedas cuidar de tu familia y convertirte en el hombre que quieres ser, y eso puede llevar mucho tiempo".
Sin duda, este nacimiento hace que las inminentes navidades sean aún más especiales en su hogar, en el que ya han comenzado a adornar todo para las fiestas. La felicidad de Kelsey Grammer y Kayte Walsh se ha multiplicado, como también lo ha hecho la de sus otros hijos: Faith (13), Gabriel (11) y James (9). De la gran familia del actor forman parte también los hijos de sus anteriores matrimonios y su nieto, que curiosamente es mayor que sus cuatro hijos pequeños. Con Doreen Alderman tuvo a su hija Spencer (42), quien le hizo abuelo de Emmet. Con su segunda esposa, Leigh-Anne Csuhany, no tuvo descendencia. Junto a Barrie Buckner, con la que no llegó a casarse, tuvo a Greer (33). En 1997 llegó su tercer matrimonio, con Camille Grammer, con la que tuvo a Mason (24) y Jude (21) mediante gestación subrogada.
El trágico (y poco conocido) pasado del artista
Ahora atraviesa una etapa de plenitud en todos los sentidos, pero la vida del actor no ha sido fácil. Cuando tenía 13 años, su padre fue asesinado a las puertas de su casa y tiempo después su hermana fue secuestrada, violada y asesinada. A estas tragedias se suma la muerte de dos de sus hermanos, que eran gemelos, mientras practicaban buceo en las Islas Vírgenes. Además, el propio Grammer ha tenido problemas de adicción que afortunadamente ha conseguido superar.







