Pocas vidas hay tan apasionantes como la de Beatriz de Hohenlohe. A sus 90 años, atesora un sinfín de historias y aventuras dignas de película. Y no solo por su condición de princesa. Después de la huida que emprendieron sus padres de la región checa de Bohemia a España justo antes de estallar la II Guerra Mundial, la hermana del recordado Alfonso de Hohenlohe —creador de la Marbella dorada— cuenta con una dilatada experiencia como fotógrafa, retratando a sociedades matriarcales de China, Indonesia, México, Chile, Marruecos…
Ahora, la obra de "Teñu", que es como llaman cariñosamente a Beatriz, queda recogida en el libro Entre viajes y matriarcados, editado por Cooperativa La Joplin. "En su época, pocas mujeres viajaban muy espontáneamente, sin planear adentrarse en sitios recónditos, para fotografiar con un ojo excepcional a estas mujeres bellas, fuertes y valientes alrededor del mundo", nos explica Marina Fernández de Córdova, una de las tres hijas de la princesa aventurera con el desaparecido duque de Arión, maquesa de Mancera e impulsora del lanzamiento junto a los editores mexicanos Carla Zarebska y Humberto Tachiquín "Tachi".
A la cita de Entre viajes y matriarcados en El Corte Inglés, donde se venden el libro, fueron los hijos de "Teñu"; casi todos sus nietos; su sobrina Flavia de Hohenlohe; Allegra Hohenlohe –hija de su sobrino Pablo de Hohenlohe– y Xandra Falcó, cuya abuela paterna –Hilda de Fernández de Córdova, madre del recordado marqués de Griñón– era tía de "Teñu".
Tampoco faltaron las princesas Tessa de Baviera y Beatriz de Orleans, Lita Trujillo o Paloma O’Shea, madre de Ana Botín.
“Este libro plasma sociedades extraordinarias de sitios que ya no existen como ella los vio, porque ya están abiertos al turismo y bueno, pues estaban muy puros en ese momento. También da un peso específico a las mujeres fuertes de la familia. Como mi bisabuela estaba haciendo hace 100 años en España", nos continúa diciendo Marina, en referencia a su abuela Piedita Yturbe –que tuvo su puesta de largo en Buckingham ante el rey Eduardo VII de Inglaterra–; y su bisabuela Trinidad von Scholtz-Hermensdorff, duquesa de Parcent y una de las primeras coleccionistas de arte en España.
“Desde pequeña, mi madre siempre me inspiró, para vivir la aventura y la pasión por viajar. Luego pasé yo a organizar viajes que ella desarrolló su pasión por la fotografía”, nos apunta la marquesa de Mancera, que reside en México, en San Miguel de Allende, donde tiene una galería y una tienda artesanal.
“Conservo las tradiciones en las artesanías, que es lo que mi bisabuela, que era una gran filántropa, estaba haciendo hace 100 años. Ella en España y yo en México. Vidas paralelas, pero en diferentes países”, nos añade.

















