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Luis Tosar recuerda la noche en que salió del teatro en camilla… y el inesperado diagnóstico que recibió


El actor cuenta con humor cómo un ataque de ansiedad terminó con un informe médico tan gallego como sorprendente


Luis Tosar en el Festival de Venecia 2022© GTRES
Paloma AnayaRedactor senior de cine y actualidad
10 de diciembre de 2025 - 16:14 CET

Luis Tosar es uno de los actores más carismáticos y respetados del cine español. Ganador de tres premios Goya, una Concha de Plata y dos Forqué, su prestigio no solo abarca su talento interpretativo, sino también una personalidad que despierta admiración dentro y fuera de la industria. A sus 53 años, el intérprete gallego atraviesa un momento culmen en su carrera: será el próximo presentador de los Premios Goya, un reto que afronta con la serenidad que lo caracteriza, y acaba de presentar su nueva película Golpes. El protagonista de Celda 211 ostenta el récord de ser el invitado que más veces ha visitado Late Xou y cada vez que visita el plató de Marc Giró conquista a la audiencia con su forma de ser y con cada una de las anécdotas que comparte de su vida. 

Luis Tosar en el Festival de Málaga 2023© GTRES
Luis Tosar, el próximo presentador de los Goya 2026

Durante una entrevista televisiva, el presentador le pidió a Luis Tosar que recordara una de las experiencias más comentadas de su carrera teatral: el instante en que tuvo que abandonar el teatro en camilla instantes antes de empezar una función. La obra era La cena de las idiotas, una comedia histriónica tan divertida como ingeniosa. El actor gallego, con su habitual serenidad y sentido del humor, rememoró aquel momento tan anodino y humano, en el que se mezclaba el agotamiento emocional que sentía vulnerabilidad que nunca había contado con tanto detalle.

Tosar explicó que atravesaba un periodo personal complicado. Acababa de terminar una relación sentimental y se encontraba especialmente sensible y desubicado. Aquella misma tarde había comido con una amiga gallega que, tras el almuerzo, regresaba a Galicia. Ese pequeño gesto cotidiano —ver marchar a alguien con rumbo a su tierra mientras él debía quedarse en Madrid trabajando— le generó un profundo malestar, una sensación de desarraigo que fue creciendo en su interior sin que él mismo se diera cuenta.

luisa tosar5gtres© Gtresonline
Luis Tosar con su mujer, María Luisa Mayol

Poco antes de comenzar la función, mientras el público ya llenaba el teatro, empezó a notar que algo no iba bien. Se sentía confundido, con un nudo en el estómago y una tristeza que contrastaba violentamente con el tono festivo y cómico de la obra. "Treinta segundos antes de abrir el telón, le dije a la regidora: no puedo, no puedo, no puedo, no puedo", recordó. En ese instante, su cuerpo y su mente se rindieron: se derrumbó y rompió a llorar sin poder contenerse. 

Entre el público había varios médicos, que intentaron asistirlo allí mismo. Sin embargo, tras valorar la situación, coincidieron en que el actor necesitaba atención sanitaria urgente. Tosar fue retirado en camilla, ante un auditorio que observaba preocupado y en silencio, sin entender del todo qué estaba pasando. La función, por supuesto, se suspendió.

Luis Tosar posando en el Teatro Calderón con motivo de la Semana Internacional del Cine de Valladolid (SEMINCI).
Luis Tosar posando en el Teatro Calderón con motivo de la Semana Internacional del Cine de Valladolid (SEMINCI).

Horas después, ya en el hospital y más tranquilo, el equipo médico trató de indagar qué había provocado aquella crisis. Tras escucharlo y comprender el trasfondo emocional de lo ocurrido, la psiquiatra redactó un informe con un diagnóstico tan insólito como preciso: "Morriña". Esa palabra tan profundamente gallega, que define la nostalgia o la pena por la tierra, por la gente o por los afectos perdidos. "Es una pena porque no conservo ese papel, pero era una joya", contó Tosar entre risas en la entrevista, al recordar aquel diagnóstico tan singular que, de alguna manera, resumía un estado anímico.

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