La noche del sábado en Florida se vistió de rosa y negro para celebrar un hito histórico: el Inter Miami de David Beckham se alzaba con el título de la MLS tras vencer 3-1 a los Vancouver Whitecaps. Un triunfo que es la guinda de una travesía de 12 años para el exfutbolista desde que colgó las botas. Y si hay un nombre que hizo posible este sueño, ese es, sin duda, el de Lionel Messi. El éxito de Beckham como propietario es, en gran medida, un triunfo logrado gracias al genio argentino, quien fue el artífice de los goles cruciales de la final. Lo cierto es que esta victoria no pudo evitar tener un sabor agridulce, pues, como ocurre en la familia Beckham desde hace un tiempo, su felicidad se ve empañada por un detalle que no pasa desapercibido: la ausencia del hijo mayor, Brooklyn, cuya falta se ha vuelto un recordatorio constante de las tensiones y la distancia que parecen haberse instalado en el núcleo familiar.
La familia Beckham, al completo (o casi), se volcó en la celebración, mostrándose increíblemente cercana y feliz junto al astro del fútbol. David, Victoria y sus hijos vivieron el partido en una suite, compartiendo la emoción de la victoria con una calidez que hacía pensar en una gran amistad con el propio Messi y su círculo. Esta imagen de unión familiar y de cercanía con las grandes estrellas que rodean a David en Miami contrasta, de manera aún más punzante, con la ausencia de Brooklyn, a quien no han visto públicamente desde hace meses, un silencio que no hace más que alimentar la sensación de distancia entre el primogénito y el resto del clan.
David Beckham, a sus 50 años, no podía borrar la sonrisa de su rostro mientras sostenía el reluciente trofeo. A su lado, su esposa, Victoria Beckham (51), se mostró orgullosa y radiante, demostrando una vez más ser el pilar de su marido. El festejo fue un auténtico asunto familiar, con los hijos menores del matrimonio, Romeo (23), Cruz (20), y la pequeña Harper (14), arropando a su padre en el palco. Incluso se sumó a la celebración la novia de Cruz, Jackie Apostel. Todos ellos posaron con un estilo impecable, demostrando que la elegancia es un rasgo genético en los Beckham.
La victoria del sábado, que corona la andadura de David como propietario del club, fue un momento de gran emoción. En las gradas, se pudo ver a David y Victoria visiblemente nerviosos antes del pitido inicial, compartiendo luego un emotivo abrazo tras la victoria. La ex Spice Girl miraba a su marido con una ternura infinita mientras este saboreaba el éxito.
La sombra de Brooklyn
Mientras su padre celebraba uno de los momentos más importantes de su carrera deportiva como empresario, el primogénito, Brooklyn Beckham (26), volvía a acaparar titulares por motivos ajenos al triunfo. Una vez más, el joven fue la gran ausencia de la noche. En lugar de sumarse al festejo familiar en Florida, Brooklyn eligió compartir en su cuenta de Instagram su última aventura culinaria: un vídeo donde mostraba a sus seguidores cómo preparar una sopa de cebolla a la francesa. Un contraste agridulce que subraya la delicada situación que atraviesa la familia.
Este no es el primer evento importante en el que Brooklyn, y su esposa Nicola Peltz (30), han brillado por su ausencia. La pareja tampoco estuvo presente cuando David Beckham recibió su nombramiento como caballero y, en otra ocasión, declinó promocionar el reciente documental de Victoria en Netflix. Los rumores de un distanciamiento entre Brooklyn, su esposa y el resto del clan se han hecho persistentes desde la última Navidad, momento en el que se les vio a todos juntos por última vez.
Un conflicto que no cesa y el ruego de la abuela
Los detalles sobre la fractura familiar han salido a la luz en los últimos meses. El drama se hizo aún más patente en las redes sociales, donde se reveló que los hermanos Cruz y Romeo habrían dejado de seguir, e incluso bloqueado, a su hermano mayor y a Nicola en Instagram. Esta acción se produjo después de que Brooklyn compartiera un tributo de cumpleaños a su hermana Harper que, curiosamente, excluía a Cruz y Romeo en la foto. Sin embargo, Brooklyn y Nicola continúan siguiendo a sus padres, David y Victoria.
El distanciamiento es especialmente doloroso para las abuelas del joven, Jackie y Sandra. Según fuentes cercanas a la familia: “David y Victoria están haciendo las paces con no tener a Brooklyn cerca, están tristes pero tienen que aceptarlo”. Pero el nudo en la garganta lo tienen las matriarcas: “Pero son las abuelas. Adoran a Brooklyn, estaban muy, muy cerca de él. Él las quería muchísimo, de hecho las adoraba, pero ahora no le ven.”
Las mismas fuentes insisten en que Brooklyn estaba muy unido a ellas, especialmente a Jackie, que pasó mucho tiempo con él cuando era un bebé, ya que David y Victoria viajaban mucho por trabajo. Ahora, “No se están volviendo más jóvenes y la cruda verdad es que nadie sabe cuándo volverán a ver a Brooklyn. Es por Jackie y Sandra por quienes todo el mundo siente lástima en medio de todo el cisma familiar”.
De hecho, hace tan solo unas semanas, la abuela Jackie hizo un ruego público para que Brooklyn regresara a casa en el periodo festivo. Victoria compartió un vídeo de la decoración navideña de su madre, donde se veían calcetines idénticos y personalizados para Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper colgados sobre la chimenea, junto a los de sus numerosos primos. Un gesto que sus fans interpretaron como un deseo para sanar la brecha familiar.
Messi, íntimo de los Beckham
Más allá de la saga familiar, la victoria del Inter Miami tiene un nombre propio: Lionel Messi. El astro argentino (38) fue la pieza clave que David Beckham fichó para llevar al equipo a la cima, un fichaje que ha disparado la popularidad del fútbol en Estados Unidos. El encuentro final fue una exhibición de su talento. El argentino asistió el gol que decantó el partido en el minuto 72, regalando un pase magistral a su compatriota Rodrigo De Paul. El mediocampista, conocido también por ser la pareja de la cantante Tini Stoessel, selló el tanto que puso al Inter Miami por delante, sumando un toque de romanticismo y música a la celebración. Y es que Tini, que se encuentra inmersa en su gira Futura, ha estado siguiendo de cerca los partidos de De Paul en Miami, por lo que tampoco se perdió este momento de triunfo.
La alegría se desbordó en el estadio, con un efusivo abrazo entre el propietario y el capitán del equipo. David Beckham no dudó en deshacerse en elogios hacia el jugador: “No está aquí solo para disfrutar de vivir en Miami. Ha venido aquí para ganar”. Y añadió: “Su esposa y los niños adoran Miami, pero él ha venido aquí para ganar, y eso es realmente lo que Leo representa. Él quiere ganar. Tiene esa dedicación, la lealtad que muestra a sus compañeros, a la ciudad, al club. Leo es un ganador. Es tan simple como eso”.
Messi, por su parte, celebró el triunfo junto a su esposa, Antonella Roccuzzo, en un emotivo abrazo en el campo de juego. La final también tuvo un sabor a despedida para dos leyendas, pues supuso el último partido como profesionales para los españoles Sergio Busquets y Jordi Alba, quienes, junto a Messi, formaron parte de la mejor época del FC Barcelona. Su retiro como campeones pone un broche de oro a carreras legendarias.






















