No suele prodigarse mucho por saraos junto a su mujer. Y menos en Madrid. Pero María del Monte tenía una buena razón para asistir con la periodista Inmaculada Casal a la première madrileña de la serie Las hijas de la Criada, que se estrenó el pasado domingo en Atresplayer. La ficción es la adaptación televisiva de la novela de Sonsoles Ónega, con la que colabora en su programa vespertino de Antena 3. “Hay que apoyar a Sonsoles. Hay que apoyar la cultura, hay que apoyar la lectura y, en este caso, las buenas series”, nos dice la cantante sobre la inesperada aparición con su mujer.
Allí, María e Inmaculada se sinceraron con ¡HOLA! sobre cómo sienten el interés mediático que genera su relación, que comenzó hace ya más de cuarto de siglo y que sellaron en octubre de 2022 con una boda celebrada en Sevilla –civil, aunque fuera oficiada por el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp–. Además, la cantante nos explico la peculiar forma con la que su pareja y ella viven las Navidades en su casa.
María, siempre has llevado tu relación con mucha discreción…
MARÍA: [Interrumpe] Y la sigo llevando.
Pero da la sensación de que estás más relajada en este aspecto.
MARÍA: Yo siempre he vivido relajada. Si no, no hay quien viva sin relax durante 25 años.
INMACULADA: Hombre, Hombre, claro que está relajada. Los años relajan siempre.
Aunque María siempre ha dicho que nunca se ha ocultado, hace años era impensable que posarais en un photocall.
MARÍA: Es que no es verdad. Cuando han pasado desgracias en la familia o el mismo día que di el pregón en el orgullo gay. aparecieron fotos de las dos… Hay miles de fotos de las dos. Y es porque habíamos ido juntas a los sitios, obvio.
Creo que ha sido positivo que dieras un paso al frente. Especialmente, porque las mujeres necesitaban referentes.
MARÍA: Eso no lo entiendo… Pero, es verdad que, en mi vida hubo un antes y un después, después de dar el pregón del orgullo. Ahí, tomé conciencia de que había muchas personas que lo pasaban muy mal y que yo era una privilegiada. Entonces, me tocó echar…
Probablemente, ahora sea mucho más fácil hacer algo así que en tu época.
MARÍA: Pero es que yo hago ahora lo mismo que hace 25 años. No hago nada más extraordinario. Mi vida sigue siendo la misma. Pero, si he conseguido cambiar un poquito la vida de alguien, me dio por por satisfecha.
¿Se te ha acercado gente para decírtelo?
MARÍA: Sí, un chico que me emociono muchísimo. Sólo por eso, ya mereció la pena el pregón.
Os casasteis hace tres años. ¿Ha cambiado vuestra vida?
MARÍA: Para nada. Seguimos haciendo exactamente lo mismo.
INMACULADA: Bueno, es verdad que un matrimonio siempre ayuda a asentarse.
María, ¿qué destacas de Inmaculada?
MARÍA: Es una persona con muchas cualidades. Siempre está ahí y es una gran persona.
Inmaculada, ¿y tú de María?
INMACULADA: Su personalidad. Es muy buena persona.
No es fácil estar siempre al lado de un artista
MARÍA: Ni de una artista ni de un electricista ni nada. Es fácil estar mucho tiempo.
Pero, María, tú tienes tus giras, tus viajes por promoción, tus días enteros metida en un estudio…
MARÍA: Pero ella viene conmigo a muchos sitios. Y ha venido siempre. No es complicado, de verdad.
Estando ya casi en Navidades, toca preguntar: ¿te gustan estas fiestas?
MARÍA: A ver, nos gustan siendo conscientes de que han cambiado muchas cosas. Pero a nosotros, sino a todo el mundo.
Te refieres a las ausencias.
MARÍA: Claro. Las Navidades seguirán siendo Navidades, pero de una manera distinta. Y lo que hay es que aceptar y asumir que hay otra manera de vivirla lo mejor que se pueda mientras tengamos salud.
¿Ya tenéis planeado qué vais a hacer este año?
MARÍA: Nosotras no somos de muchos planes, pero los planes son esos que hace y después se deshacen.
¿Pues alguna tradición que te gusta seguir en estas fiestas?
MARÍA: A parte de reunir a los amigos en casa, sigo montando una estación de esquí en casa, que la monto yo sola.
¿Cómo?
MARÍA: Sí, sí. Lo que oyes. Es una estación de esquí en miniatura, pero una parafernalia tremenda, de metros.
¿Y eso?
MARÍA: Porque me encanta. Soy poquito kitsch para la Navidad. Pongo un árbol gigante y el misterio porque soy católica, pero después, en vez del portal de Belén y esas cosa, pongo una estación de esquí maravillosa.
¿Qué balance haces de este año que termina?
MARÍA: Bueno, pues a por otro. Lo bueno de un año es que te permita terminarlo y comenzar otro.
¿Deseos para el 2026? ¿Qué proyectos tienes a la vista?
MARÍA: No soy muy de contar los proyectos, pero alguno hay.
¿Algún disco, que ya va tocando?
MARÍA: Algo hay, pero ya veremos. Poquito a poco, poquito a poco. Yo no soy de exigirme ni de marcarme metas, porque, si después no las alcanzas, te quedas mal.
Por último, ¿cómo te encuentras con todo el problema –del robo en su casa– que ha habido con tu sobrino?
MARÍA: De eso, no voy a hablar nada. Es una norma.













