La familia Flores ha vuelto al centro del foco mediático con el estreno del documental sobre Antonio Flores, 'Flores para Antonio', de su hija, Alba Flores. Un repaso por la vida del compositor, cuya muerte aún duele y mucho para los miembros de esta saga de artistas: "Lo vi en el Festival de San Sebastián, pero ya no puedo verlo más", le confesaba Lolita a Sonsoles Ónega en su programa 'Y ahora Sonsoles'. "Tengo la herida abierta todavía y me cuesta mucho hablar del tema. Es mi vida, es mi paraíso, donde mi hermana Rosario y yo queremos ir cuando muramos,", decía con emoción sobre la muerte de su hermano, que azotaba con fuerza a toda la familia el 30 de mayo de 1995. La hija mayor de Lola Flores y Antonio González, 'El Pescaílla' también ha hablado en los últimos días de su trabajo en 'Poncia', la criada de La Casa de Bernarda Alba, bajo las órdenes de Luis Luque, y que podrá verse en las próximas semanas en el Teatro Bellas Artes de Madrid, hasta el 15 de febrero. Una obra que le ha llevado a estar de promoción en distintos medios, desvelando algunos aspectos de su vida más íntima en la actualidad.
Sus hijos y nietos, sus grandes amores
La ganadora del Premio Goya a la Mejor Actriz Revelación en el año 2003, reconoce cuál ha sido el mejor papel de su vida: el de madre y abuela. Hace unos días contaba en Antena 3 cómo es la relación con sus hijos, Elena y Guillermo Furiase, quien acaba de cumplir 32 años: "Soy su madre, pero soy su amiga, y hacen conmigo lo que quieren. Me río mucho con ellos y ellos conmigo. Para mí siguen siendo pequeños", ha confesado.
Pero, sin duda, son Noah y Nala, los hijos de Elena Furiase y Gonzalo Sierra, quienes realmente le han robado el corazón. La actriz ha contado que le encanta quedarse a dormir con ellos, y que pasa largas jornadas jugando con los dos hermanos.
La primogénita de la conocida saga de artistas ha confesado cómo reaccionó su nieto cuando la vio sobre un escenario por primera vez: "Noah se asustó al verme detrás de la cortina antes de empezar la función", recordaba Lolita con humor, quien ha añadido que se derrite con sus dos nietos y que le encanta consentirles y pasarse horas con ellos inventando canciones juntos.
De alquiler en el centro de Madrid
Acostumbrada a vivir a las afueras de la capital con su familia, Lolita cambió la tranquilidad de La Moraleja por el bullicio del centro de Madrid. Desde hace años vive en la emblemática avenida del Paseo de la Castellana, en una casa con más de 200 metros cuadrados. Su residencia, desde hace aproximadamente una década, está llena de recuerdos, como la gran escultura de su madre, Lola Flores, que reina en el corazón de su salón.
El corazón su vivienda, el salón, se ha convertido en una zona de juegos desde que la cantante de 'Amor' es abuela. Los pequeños de la familia Flores están cada dos por tres en casa de su abuela para llenarla de alegría y a ella, de felicidad absoluta. Junto al gran ventanal, Lolita dispone de una cálida alfombra para jugar con sus nietos descalzos.
"Vendí mi casa para pagar Hacienda. Una multa de alrededor de 600 mil euros", contaba en el programa 'Deluxe', de Telecinco. Ahora Lolita disfruta de unas increíbles vistas del Paseo de la Castellana a través de un gran ventanal y disfruta de vivir mucho más cerca de la gran oferta cultural que le ofrece la ciudad, entre los teatros de la Gran Vía o las salas de cine donde disfrutar de una buena película, como buena amante del arte y de la cultura.










