Siempre ha apostado por mantenerse en un segundo plano y se siente cómoda apoyando a su marido en la discreción, pero en las últimas semanas el nombre de Elke Büdenbender suena cada vez con más fuerza. Todas las miradas están puestas en la jurista, que acompaña a su marido, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, en la ronda diplomática de alto nivel que está haciendo por diferentes países para fortalecer alianzas entre naciones. Sus estilismos ya despuntaron la pasada semana en España, donde estuvo con los reyes Felipe y Letizia, y continúan impactando en Reino Unido, donde está compartiendo actos con los miembros de la Familia Real británica. Su última aparición, en un segundo banquete de gala, ha disipado cualquier duda: estamos ante un nuevo icono de la generación baby boomer.
© GTRESVeinticuatro horas después de la impresionante cena en el castillo de Windsor, la cita se ha repetido, aunque con elementos diferentes. La anfitriona ha sido la alcaldesa de la City de Londres, Susan Langley, que ha invitado al matrimonio alemán, autoridades y miembros de la realeza a una velada en el Guildhall. Se trata de un edificio del siglo XII (con renovaciones posteriores) que sirve como sede ceremonial y administrativa de la City of London Corporation, la autoridad que gobierna el distrito financiero central de la capital británica. Una cita de máxima relevancia en la que ha destacado el estilismo de la primera dama germana, gracias a su elegancia, sobriedad y sello propio.
© Getty ImagesLa mayoría de asistentes han apostado por looks en tonos oscuros, como la princesa Ana. La hermana del Rey, que es además una de sus personas de máxima confianza, llevaba un vestido negro con brillos cubierto por un abrigo con tulipanes en la espalda, y la Tiara de Flor de Pino, que es una de sus favoritas y la estrenó al cumplir 23 años. La nota de color de la velada ha corrido a cargo de Elke Büdenbender al elegir un vestido largo rojo con escote cruzado tipo esmoquin y drapeado en la cintura. Lo ha combinado con zapatos y clutch negro y solo tres joyas: un brazalete dorado, un collar de perlas y un anillo a juego. Una combinación tan sencilla como favorecedora que vuelve a convertir a la primera dama en protagonista.
© Getty ImagesEl hecho de que haya elegido el rojo tiene un gran significado más allá de ser un color que aparece tanto en la bandera de Alemania como en la de Reino Unido. Se podría decir que es toda una declaración de intenciones, puesto que es un tono que irradia personalidad, proyecta decisión, seguridad, empoderamiento. Elena García, consultora de imagen personal, contaba en FASHION que las mujeres que, como Elke, lo utilizan en sus looks, son aquellas que están satisfechas y seguras con su imagen, y quieren proyectarlo.
© Getty ImagesSu estilo moderno y a la vez atemporal quedó reflejado también la noche del miércoles en el banquete de Estado con los Reyes y los Príncipes de Gales. Para la velada, en la que también estuvo la supermodelo Claudia Schiffer, eligió un vestido de terciopelo verde de Talbot Runhof, firma que lo define así: "Es elegante, a la vez que define la figura y es sexy, glamuroso y brillante, pero increíblemente cómodo. Además, gracias a la elasticidad adicional, el material se adapta a la perfección a la silueta y acentúa las curvas femeninas sin apretar. El escote se mantiene alto y sobrio. Las modernas mangas acampanadas, diseñadas con un volante de lujoso radzimir, aportan un toque de estilo. La cintura esbelta y drapeada se funde con una falda sirena sutilmente acampanada, creando una silueta de reloj de arena de ensueño”.
Su historia de superación y amor
Más allá de su armario, por el que la prensa alemana la alaba, de su trayectoria profesional y de ser una pieza clave en la carrera política de su marido, Elke Büdenbender tiene una historia personal conmovedora. Comenzó como vendedora en una empresa de logística antes de comenzar sus estudios de Derecho en la Universidad Justus Liebig, donde conoció al que hoy es su marido. Se casaron en 1995 y un año después nació su hija Merit. En 2010, cuando trabajaba como jueza en el Tribunal Administrativo de Berlín, le diagnosticaron una enfermedad renal degenerativa. Necesitaba un trasplante de riñón y su donante fue Frank Walter, quien puso en pausa su carrera (entonces líder de la oposición con Angela Merkel en el poder) para estar con ella y volcarse en este complejo proceso que tuvo un final feliz. "La donación no es un gesto heroico ni un regalo para mi esposa. Si lo fuera, sería un regalo para los dos, para poder tener más tiempo para estar juntos", explicó el presidente alemán sobre su generosidad al dar un riñón a la mujer de su vida.
